En las pasadas elecciones generales celebradas el 26-J en España ninguno de los partidos en liza ganó por mayoría. Los resultados, como ya informamos en su momento, fueron muy parejos a las anteriores elecciones celebradas el pasado diciembre, con pequeñas variantes. Ciertamente, de los vaticinios sólo se cumplió el que todos aseguraban, que se iba a acabar el bipartidismo. Así ha sido, y así ha vuelto a suceder, ni el Partido Popular (PP), actualmente en el gobierno, ni el Partido Socialista (PSOE), líder de la oposición, pueden llegar a formar gobierno por sí solos debido a la negativa del resto. Para ello, necesitan, como sucedió en las anteriores elecciones, llegar a pactos con otros partidos y obtener al menos una minoría que les permita gobernar.
Los escollos que había después de las anteriores elecciones, los sigue habiendo actualmente, después de estas segundas votaciones. De todos modos, todos los dirigentes políticos anuncian que prefieren que se forme como sea un gobierno en los próximos días, a que tengamos que recurrir a unas terceras elecciones que serían después del verano. Nadie quiere esta última y extrema solución.
Pero al igual que sucedió en las anteriores elecciones, los pactos pertinentes para llegar a esa mayoría simple no se obtuvieron, y tanto el actual presidente en funciones, sr. Rajoy, como el segundo candidato, Pedro Sánchez, líder del PSOE, segunda fuerza más votada, no obtuvieron la aprobación de una minoría, ni siquiera simple de la Cámara de Representantes para ser investido presidente, a pesar de que el sr. Sánchez había logrado un pacto con el cuarto partido más votado, el emergente Ciudadanos. Pero su suma no fue suficiente ante la suma de votos en contra del resto de partidos, incluidos lógicamente, PP y Podemos. Ante la imposibilidad de nombrar un presidente que pudiera formar gobierno, por la ausencia de acuerdos entre las diferentes fuerzas políticas, y con acuerdos que no sumaban los votos que deberían sumar (en caso de que no se diera ninguna abstención y el resto votara, como sucedió, en contra), fue necesario repetir las elecciones. Esta segunda vuelta se celebró -como también dimos cuenta en nuestras anteriores crónicas- el pasado 26 de junio.
El resultado fue semejante, con pequeñas variaciones que afectaron a la baja al PSOE y al C,s, quizá por su anterior pacto; dejaron igual en escaños al emergente Podemos, y dieron unos escaños más al PP. Pero ninguno como para formar gobierno si no suma sus resultados con otros partidos. Y estos pactos, hoy, como ayer, parecen brillar por su ausencia. Es más, en opinión de este corresponsal, parece más difícil todavía el camino, como si las diversas fuerzas se hubieran distanciado a tenor de las informaciones que nos vienen llegando desde que el Rey les ha convocado a las consultas, como hizo en su momento para tantear el terreno. La situación, pues, es parecida, por no decir, al día de hoy, peor. Y el camino para lograr pactos o adhesiones cuenta con muchos obstáculos.
Nadie quiere mover ficha
Así están las cosas. En tablas. Después de las conversaciones que durante esta semana el Rey Felipe VI está llevando a cabo con los diferentes líderes de los partidos, ninguno quiere dar el brazo a torcer, y ninguno muestra intención de apoyar al otro, a los más, como ha advertido Ciudadanos, llegarán a abstenerse en caso de que el actual presidente en funciones, Mariano Rajoy, quiera presentarse de nuevo. Una presentación que el líder del partido más votado, el PP, ni ha negado, ni ha afirmado. A estas alturas, cuando faltan dos semanas de agotamiento del plazo para tener gobierno, nadie sabe si se va a presentar o va a renunciar a la sesión de investidura, consciente de que no tiene las de ganar. Como buen gallego, no se sabe si sube o baja de la escalera, y aguardará hasta el último momento a tomar una decisión. Está, no obstante, manteniendo conversaciones con partidos regionalistas, cuya intención mayoritaria es votar negativamente a su investidura, mientras, el portavoz de Ciudadanos ha afirmado que se abstendría, y Podemos y PSOE aseguran que votarán que “no”. Otra vez se repite con el mismo escenario la anterior sesión parlamentaria, en la que fracasó la propuesta del sr. Rajoy de ser nombrado presidente, al no obtener la mayoría, ni siquiera simple. Lo mismo sucederá en esta segunda intentona, si las cosas siguen como están.
Quien también guarda silencio es el líder del PSOE. Cuando se le pregunta si va a hacer algún pacto con otros partidos contesta con la evasiva de que “quien tiene primero que mover ficha es el actual presidente y líder del partido más votado”, y una vez que lo haga él, el sr. Sánchez, decidirá. En el PSOE, a través de su portavoz, siguen asegurando que votarán negativamente a la investidura del actual presidente en funciones, porque, siguen pregonando, quieren un cambio de gobierno y evitar como sea que siga el PP gobernando este país. Afirman que su voto será negativo, pese a las presiones que antiguos dirigentes y pesos pesados del partido, algunos antecesores en sus gobiernos socialistas, les están ocasionando para que al menos se abstenga y pueda seguir gobernando el PP, evitando de esa manera una ausencia de gobierno de la que puedan cansarse los ciudadanos. Consejos y advertencias que no están dispuestos a obedecer los nuevos miembros socialistas. Según estas mismas fuentes, están haciendo oídos sordos a tales advertencias. Decidirán por su cuenta sin admitir presiones, mientras tanto, siguen aferrados a esa negativa en vista de los resultados que les dio el pactar con C,s. Ya veremos cuando llegue el momento, aunque sería lo más lógico, pues si el pacto anterior con Ciudadanos, considerada una marca blanca del PP, les ha restado votos, es de suponer que menos pactarán, aunque sea con la abstención, con el PP, su rival; sería su final, y en caso de unas próximas elecciones, quizá lo pagarían tan caro que estarían abocados a su posible y probable desaparición. Eso lo saben muy bien los actuales dirigentes.
Podemos, por su parte, anuncia que tiene las manos tendidas al PSOE y a los partidos regionalistas para posibles pactos, corrigiendo lo que haya que corregir, con tal de llegar a formar, junto al PSOE y esos partidos minoritarios pero que al fin y al cabo, todos juntos, es mayor suma, un gobierno de cambio y progreso estable. Es decir, un gobierno progresista que trate de recobrar los derechos anulados y paliar los recortes llevados a cabo por el gobierno del señor Rajoy. Su voto, por tanto, será a todas luces negativo tanto para el PP, como para el PSOE, si éste no pacta con ellos.
Del anterior pacto entre PSOE y C,s ni se habla, y parece que ni ellos ni el PSOE quieren sacarlo a relucir porque fue uno de los factores que influyó en la pérdida de votos y de escaños de sendos partidos. Es de suponer, por tanto, que dicho pacto no se repita. Así pues, la única solución, en vista de que los partidos regionalistas e independentistas se niegan a dar su voto afirmativo al PP, parece ser que pasa por contar con Podemos. El partido menos alejado de su programa y su ideología se supone que debe ser el Partido Socialista. Pero todavía quedan muchas reticencias, tanto en el PSOE como en el resto de partidos, en aliarse con una coalición nueva de carácter claramente izquierdista.
Podemos es, en fin, la clave para un nuevo gobierno. Sea como sea, si el PSOE quiere llegar a formar gobierno debe aceptar su alianza con Podemos. Pero los escollos que había después de las anteriores elecciones, los sigue habiendo actualmente, después de estas segundas votaciones. De todos modos, todos los dirigentes políticos anuncian que prefieren que se forme como sea un gobierno en los próximos días, a que tengamos que recurrir a unas terceras elecciones que serían después del verano. Nadie quiere esta última y extrema solución.
Mientras tanto, todo el país está a la espera de ver qué pasa. Esta incertidumbre no impide que los españoles se dispongan a disfrutar de sus bien ganadas vacaciones. Agosto es un mes en que España se detiene para dedicarse al ocio y la fiesta. Agosto es por excelencia el mes que todos esperan para disfrutar del merecido descanso. Ya veremos en septiembre, cuando la rutina y la política sean el comentario y la preocupación de cada día.
Por Ramón Hdez de Ávila
Corresponsal de La ONDA en España
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