Desde siempre el hombre ha querido conocer el secreto de la vida. Pero sólo hace muy pocos años los investigadores contemporáneos descubrieron lo evidente: vivir es conocer y conocer es vivir. Y más aún todavía, para vivir no se necesita cerebro, como lo demuestra cualquier bacteria. Rodeada aún de misterios, la vida es una actividad sistémica, incluida en la categoría de sistemas vivos abiertos, que interactúan con el exterior, integrando otros mayores. Así lo describí en la teoría de Gaia, la mismísima Pacha Mama.1
Relaciones entre sistemas
La teoría de los sistemas vivos provee un marco conceptual para abordar el vínculo entre las comunidades ecológicas y humanas. Parafraseando a Fritjof Capra; ambos son redes cerradas organizativamente pero abiertas a los flujos de energía y recursos, con estructuras producidas en su historia de cambios, e inteligentes en el conocimiento de procesos de vida. No obstante, entre sus diferencias sobresale la consciencia, el lenguaje y la cultura humana.
Podemos aprender de los sistemas ecológicos a vivir sosteniblemente. Una comunidad humana sostenible es consciente de las múltiples relaciones entre sus miembros. Como el patrón de vida es en red, las relaciones entre los miembros no son lineales y se retroalimentan a través de la red. Así cualquier perturbación no tendrá un único efecto y sus consecuencias, difícilmente predecibles, repercutirán y se expandirán por todo el sistema. No es eso lo que pasa en el mundo interconectado actual?
Algunos principios
Como reseñamos en el referido artículo, los sistemas tienen principios como la autopoiesis (crearse a sí mismo) al que agregamos uno propuesto por Yllia Prigogine, premio Nobel de química: los sistemas dinámicos lejos de su condición de equilibrio-que equivale a ausencia de vida- se complejizan con el transcurrir del tiempo, pasando por situaciones de estabilidad, llamadas configuraciones. Visualizo esas configuraciones en el desarrollo de pasadas civilizaciones que llegaron a condiciones de bienestar y altos grados de cultura y logros para desintegrarse, la mayoría de la veces, por sí mismas.
Creo que las sociedades humanas, como lo demuestra su historia, viven de acuerdo a estos principios y eso explica las épocas de grandes progresos, la decadencia y final abrupto de grandes civilizaciones continuando, sin embargo, la vida para recobrar esplendores y logros.
Para pensar y actuar
Estamos trascurriendo una época de complejidad creciente. Tendremos la lucidez de llegar a una configuración de concordia entre todos, de colaboración que preserve y prolongue la vida toda en el globo o veremos explosionar la civilización construida por tantas generaciones?
1.Luis Fabre “El sistema de la Pacha mama” “La ONDA digital” Nº 833
Por el Arq. Luis Fabre
La ONDA digital Nº 835| (Síganos en Twitter y facebook)
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