José Artigas en las Instrucciones del año XIII manifiesta la ruptura con la Corona de España y con la familia de los Borbones, por lo tanto con la monarquía. Fue el primer republicano de América del Sur. La bandera de Artigas tiene los colores de la Revolución Francesa, la que decapitó al Borbón Luis XVI.
Está complicado para ser artiguista y simpatizar con la monarquía y los Borbones.
En Cataluña se vive un proceso que conduciría hacia la independencia de los catalanes bajo la forma de una República Catalana como recientemente votó la mayoría del parlamento catalán, luego del histórico referéndum- en nuestro país son legales- del 1º de octubre, donde pese a la brutal represión y la ocupación policial de Cataluña, el pueblo catalán fue categórico, en su voluntad independentista y antimonárquica.
La respuesta del gobierno de Rajoy no se hizo esperar: golpe de Estado constitucional contra las autoridades legítimas catalanas. Fue más violento inclusive que el golpe de Estado en Brasil contra Dilma Rousseff. En España el golpe lo dio el gobierno de un Estado Monárquico, donde el rey es Felipe VI.
La vía para el golpe fue la aplicación del artículo 155 de la constitución de 1978, como una de las tantas espinas clavadas del Franquismo y el uso político de la fiscalía general, de la”democrática” Audiencia Nacional, de un código penal donde por hacer manifestaciones pacíficas y querer votar te aplica una jueza reaccionaria, penas de 15 y 30 años por los delitos de Sedición y Rebelión.
Hasta el lenguaje muestra el origen de dicho código. De cumplirse dichas penas algunos de los detenidos podrían estar en la cárcel más años que Nelson Mandela. ¡Y todo en nombre de la democracia!
El tribunal- de la inquisición- de Madrid envía a prisión al vicepresidente catalán, Oriol Junqueras (un socialdemócrata catalán) y a otros ocho consejeros del gobierno autónomo, acusados de sedición y rebelión por proclamar la independencia. Y hay una orden de captura para el presidente catalán Carles Puigdemont (un hombre que no tiene nada de izquierda) y otros cuatro integrantes del gobierno catalán.
Pero unos días antes como marcando el rumbo represivo del gobierno español, habían sido mandados a prisión dos dirigentes civiles de la Asociación Nacional Catalana y de Omnium Cultural, Jordi Cuixart y Jordi Sánchez, por haber convocado a una manifestación pacífica, sin incidentes, ni heridos ni detenidos.
O sea, que estamos en presencia de un golpe de Estado constitucional por parte del estado Monárquico que disuelve el parlamento catalán y cesa al gobierno. Y el gobierno español convoca a elecciones en Cataluña al mismo tiempo que suprime la autonomía catalana. Pero antes les mete preso a 11 dirigentes importantes. ¡Elecciones bien democráticas! Y el mutismo es casi general. Muchos que hablan en otras circunstancias se callan, siendo cómplices de estos atropellos a la democracia y a los derechos humanos más elementales.
La súper “democrática” Unión Europea y el parlamento Europeo que dan clases de democracia apoyan estos atropellos. Se le suma el apoyo del “demócrata” Trump, y del FMI. Cataluña es un mal ejemplo, y hay que aplastarla. Lo mismo que hicieron con Grecia.
La lucha soberanista del pueblo catalán es tan, pero tan pacífica, que haría sonrojar al mismísimo M. Gandhi. Pero sigue el mutismo cómplice.
En otro contexto Lenin en 1919 estuvo de acuerdo con la autodeterminación de Finlandia y son conocidas sus discrepancias de cómo se manejó el problema de Georgia en 1922. Quedó en minoría con respecto al gobierno encabezado por Stalin. Son aleccionadoras sus cartas donde da su posición sin imponer nada a nadie.
El 31 de diciembre de 1922 vierte conceptos como este: “En mis trabajos sobre el problema nacional he escrito ya que el planteamiento abstracto del problema del nacionalismo en general no sirve para nada. Es necesario distinguir entre el nacionalismo de una nación opresora y el nacionalismo de una nación oprimida, entre el nacionalismo de una nación grande y el nacionalismo de una pequeña nación”. Y esto lo decía en el contexto del nacimiento de la URSS.
Pero volviendo a lo concreto.
¿Qué debe hacer hoy una persona progresista ante la crisis que afecta tanto a Cataluña como a España en su conjunto?
¿El pueblo catalán tiene derecho a decidir?
Siempre a las luchas independentistas se las ha acusado de ilegales. Aunque llega un día que pasan a ser legales. Es la historia del mundo. ¿Es tan descabellado querer formar una República? Las monarquías son un anacronismo.
Pero ahora con las cartas vistas, con “justicia” express, que no da tiempo para la defensa. Con los primeros presos políticos en años en Europa. Presos por opinar y manifestar sin violencia. La misma justicia española que no detiene ni procesa a las bandas fascistas que atacan a ciudadanos que actúan pacíficamente.
Los discursos de los principales referentes del PP son también contra TV3 catalana y contra los educadores catalanes. TV3 es infinitamente más plural que TVE. Y la educación catalana es reconocida por ser muy superior a la media española. No se puede descartar, escuchando al troglodita del fiscal general, incluso la ilegalización de uno o más partidos catalanes. Las encuestas serias no le cierran a Rajoy. Aún en este clima represivo y autoritario las elecciones del 21 de diciembre las pueden volver a ganar las fuerzas que quieren la independencia. Y el voto por el respeto a la democracia con libertades y sin presos políticos puede ser aún mayor.
Si ganan las elecciones las mismas fuerzas que proclamaron la independencia, ¿Rajoy seguirá aplicando el 155? Todo parece indicar que Rajoy encabeza un proyecto de recentralización del estado español, que termine con su pluralidad.
Esta batalla a la corta o a la larga la define el pueblo. El mismo que estos días sale por decenas de miles a las calles. Los miles que salen de pegatina, los miles de jóvenes que llenan la Diagonal de Barcelona, los miles que gritan los goles de Suárez y de Messi y que gritan: ¡Libertad para los presos políticos!
En los próximos días habrá un nuevo paro cívico impulsado por los trabajadores. Y están las movilizaciones de Omnium Cultural que culminarán con millones de catalanes en las calles el día 12 de noviembre.
El 21 de diciembre el pueblo catalán derrotará en las urnas a los represores, como hizo nuestro pueblo el 30 de noviembre de 1980. El contexto no es el mismo. Pero el sentimiento es parecido en muchas cosas.
El Imperio en sus distintas expresiones, la monarquía y la oligarquía española y la oligarquía catalana están contra de la independencia. Como dijo el presidente de la Cámara de Comercio de España y “capo” de Freixenet, José Luis Bonet: “los grandes empresarios no tenemos sentimientos nacionalistas, sólo nos preocupa la ganancia”.
¡Por la lucha del pueblo catalán por ser libre y decidir por sí mismo su destino!
¡Libertad para los presos políticos catalanes!
¡Viva la libre determinación del pueblo catalán!
¡Abajo el 155 y la represión del gobierno de Rajoy!
Por el profesor Gonzalo Alsina
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