Argentina: El miedo, el relato y la realidad

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En la ciencia económica, constituye un imprescindible ingrediente la verificación estadística de los hechos económicos, necesario complemento de los planteos teóricos a priori o de las evaluaciones posteriores. No obstante, esta línea de pensamiento no parece ser compartida por el Gobierno Nacional que, desde el año 2007 intervino el INDEC ( Instituto Nacional de Estadística y Censos), desfigurando , en algunos casos, la realidad estadística del país, y en otros, omitiendo la presentación de series estadísticas vitales para la evaluación de la marcha económica.

En este último caso se encuentra la ausencia de las cifras de pobreza e indigencia en el país.

El 29 de octubre del año 2013 el Indec publicó por última vez su cuestionado informe semestral sobre aquellos índices, referido al primer semestre de 2013. Según el mismo, el 3,7% de los hogares y el 4,7% de las personas de los aglomerados urbanos eran pobres, mientras que la indigencia afectaba al 1,5% de los hogares y al 1,4% de las personas. Estimaciones alternativas arrojaron resultados muy superiores. Para FIEL, en el segundo trimestre de 2013 el 14% de las personas estaba bajo la línea de la pobreza y el 4,1% calificaba como indigente. Según la Universidad Católica Argentina (UCA), en tanto, en el cuarto trimestre del año 2013 el 3% de los hogares y más del 5% de las personas eran indigentes, mientras que la pobreza afectaba al 17% de los hogares y a una cuarta parte de las personas.(1)

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Los analistas advierten que, como consecuencia de la elevada inflación y el estancamiento del mercado laboral, resulta obvio que la pobreza y la indigencia aumentaron desde que el Gobierno dejó de difundir los datos.

Las estadísticas oficiales de pobreza e indigencia correspondientes al primer semestre del corriente año 2014 debían difundirse -de acuerdo con las fechas de publicación de los años anteriores- entre septiembre y octubre, algo que no ocurrió.

Cual podría ser la razón del ocultamiento estadístico?
Quizás el miedo.
El miedo reunió con su par Juan Manuel Urtubey. Resulta interesante poder observar el manejo que desde el Gobierno nacional se lleva a cabo con esta variable.

Desde hace mucho tiempo, oficial o extraoficialmente se han desplegado acciones tendientes a atemorizar, a silenciar en algunos casos, a cooptar en otros, a través de presiones, llámese escraches, controles impositivos, etc., cuando no la presión directamente ejercida por medios heterodoxos. No están lejanos los gritos en asambleas societarias del ex secretario Moreno, o en sus reuniones imperativas con sectores empresarios. No obstante, como una suerte de espejo invertido, resulta curioso que sea el Gobierno quien acusa a los medios o a la oposición de utilizar esta metodología. En las últimas semanas, el oficialismo agita la bandera de que un triunfo de la oposición en 2015 será un pase garantizado para dar marcha atrás con los denominados pilares del modelo, como programas sociales y estatizaciones. “Nosotros o el abismo”.

Así se han comenzado a expresar desde los distintos niveles oficiales, en una simultaneidad que a partir del desafortunado vaticinio del militante K Alex Freyre, en su alusión a la eventual escasez de remedios, se han hecho oír evidenciando una estrategia comunicacional elaborada expresamente. Sembrar miedo y simultáneamente acusar de lo mismo a quienes no concuerdan con el pensamiento oficial.

La propia Presidente ratificó esta presunción cuando aseguró: «Algunos quieren asustar para ajustar”. (2)

No obstante, el reciente Coloquio de IDEA, constituyó un pequeño paso en el sentido de superar una propensión al silencio del sector empresario. Se hicieron oír quejas, cuestionamientos y críticas por parte de los asistentes, expresiones otrora ausentes, que reflejaron una suerte de catarsis de los allí presentes.

El relato
En varias oportunidades se ha mencionado en estas columnas que el Gobierno ha privilegiado su propio relato por sobre la realidad. Realidad que puede ser verificada en la medida que haya estadísticas. De allí el silencio oficial en esta materia.

Algunos ejemplos del relato oficial: En el cierre de un congreso de jóvenes empresarios de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (Adimra), la Presidente señaló: «Mi gran temor reside en que, en general, se instale en la sociedad que hay una gran crisis para, entonces, los que vengan con políticas de ajuste fundamentando una crisis que en realidad no existe».

Con ese énfasis, negó los desequilibrios de la economía, la inflación y el aumento del gasto público. A su vez el Ministro de Economìa agregó: «Éste es el debate de cara a las elecciones de 2015: ¿se va a seguir con un proyecto de industrialización?“… en materia de inversiones productivas la Argentina está por arriba de Brasil, Estados Unidos y solamente somos superados por Corea y Francia», en una tácita alusión a los recientes reclamos de los empresarios en el Coloquio de IDEA por la falta de condiciones para invertir, el estancamiento en la creación de empleo y las cifras de caída de inversión de los últimos años. (3)

La realidad
Tal como se puede observar en los siguientes indicadores, la Argentina no sólo tiene alta inflación, brecha cambiaria, recesión y destrucción de empleos privados como consecuencia de los crecientes desequilibrios macroeconómicos que viene arrastrando en los últimos años. Además estos problemas se agudizan ante las evidencias de que el gobierno de Cristina Kirchner no piensa corregir el rumbo hasta el final de su mandato.

Las expresiones que la Presidente llevó a la ONU, junto con sus denuncias sobre «terrorismo financiero» a treinta meses del primitivo fallo del juez Griesa, sólo sirvieron para corroborar aquellas presunciones. Si el Gobierno no admite los problemas concretos, atribuye siempre los errores propios a culpas ajenas y sus consecuencias a conspiraciones internas o externas, cualquier decisión para enfrentarlos resulta improbable. (4)

Indicadores de la realidad.

Sector automotor
Entre enero y agosto de este año, las terminales automotrices instaladas en la Argentina produjeron 403.534 vehículos, casi 133.000 menos que en el mismo período de 2013. La producción de los primeros ocho meses de 2014, sin embargo, también fue inferior a la de períodos equivalentes de 2012 (477.000 unidades), 2011 (547.000) y 2010 (436.000). (5)

El sector automotor, una de las caras más visibles de la actual recesión económica, es apenas un ejemplo de una tendencia más amplia: por el pobre desempeño de la actividad en los últimos años, particularmente en 2014, algunos indicadores importantes retrocedieron varios escalones y se encuentran en niveles de cuatro o más años atrás.

Exportaciones
Según las sospechadas cifras del Indec, entre enero y julio de este año 2014 (último dato disponible) la Argentina exportó bienes por un valor total de US$ 43.501 millones, 10% menos que en el mismo período del año pasado. Frente a las de 2011 y 2012, las ventas de este año muestran caídas similares. También en este caso, para encontrar un registro peor al de 2014 hay que retroceder hasta 2010. (5)

Exportaciones industriales
Un dato que refleja el deterioro estructural de las exportaciones argentinas es la evolución de los despachos de manufacturas. En los primeros siete meses de este año las exportaciones industriales, medidas en cantidades, registraron una caída de 14% frente al mismo período de 2013.

La evolución en este rubro refleja lo que ha pasado con la producción del sector. El índice de producción industrial del Indec actualmente está (considerando el promedio de enero a julio de cada año) por debajo de los niveles de 2011, 2012 y 2013. (5)

Construcción
Según el Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (Ieric), en julio de este año (último dato disponible) el sector contaba con 20.094 empresas en actividad, 8,9% menos que en el mismo mes de 2013. Obvio resulta resaltar que un menor número de empresas se traduce en disminución de las fuentes de empleo. (5)

Inversión
La inversión, de la que depende la producción futura, también ha retrocedido varios escalones. Actualmente la inversión en construcción y en maquinaria y equipos es muy inferior a la de los tres años previos. Para encontrar un registro más bajo hay que retroceder hasta 2010. (6)

Actividad económica general
En consonancia, la actividad económica registró en septiembre su séptima caída consecutiva interanual de 4,2%. De este modo, en el acumulado de los primeros nueve meses del año el PBI muestra una variación negativa de 2 por ciento. (6)

Consumo
A pesar de las medidas que tomó el Gobierno, los analistas estiman que para lo que resta de 2014 se mantendrá la tendencia negativa en las ventas de los productos de la canasta básica, estimándose que el año va a terminar con una caída de entre 1 y 2% en unidades en el consumo de la mencionada canasta. (7)

Energía
La crisis energética derivada de la caída en la producción de hidrocarburos, uno de los rasgos sobresalientes de la década kirchnerista, llega al final del ciclo político con una nueva evidencia: el país se ha convertido en un importador cada vez más frecuente de petróleo, algo que no ocurría desde hacía dos décadas. Lo mismo había sucedido mucho antes con el gas, que el Gobierno importa en volúmenes cada vez mayores desde hace 10 años.
Pese a la recesión, las importaciones de energía continúan en aumento, con una suba de casi 10%, hasta los 5700 millones de dólares. (8)

Uno de los abastecedores energéticos es el Uruguay, otrora importador de energía argentina, quien frente a los cortes de electricidad ha despachado el equivalente al 2% del consumo total argentino. (9)

Sector inmobiliario
Las escrituras de agosto en la Capital Federal, mostraron una caída del 9,3% en el número de operaciones frente al mismo mes de 2013. El mercado de las propiedades en la ciudad de Buenos Aires representa menos de la mitad de la dimensión que tenía en agosto de 2011, un par de meses antes de que el Gobierno decidiera implementar el cepo cambiario. (10) crecimiento son aún más pesimistas que los que calculó la UTDT sobre la base de datos oficiales y estimaciones del FMI.

Crecimiento relativo
La realidad económica terminará contradiciendo el relato político.
De acuerdo con datos oficiales de la región y con las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), a fines del año 2015 el país mostrará el crecimiento acumulado en cuatro años más bajo de toda América del Sur, incluso un par de puntos por debajo de Venezuela.

Entre 2012 y 2015, la Argentina reflejará una expansión acumulada del producto bruto interno (PBI) de sólo 0,5%, de acuerdo con los cálculos elaborados por el Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT).

En orden ascendente, acompañan a la Argentina, que ocupa el último lugar, Venezuela (2,7%), Brasil (5,3%) y Uruguay (14,4%). (11)

Inflación
Venezuela será nuevamente el país de América latina con mayor inflación en 2014 (se estima que rondará el 64%). Detrás aparece la Argentina, que este año mostraría -según cálculos de la mayoría de las consultoras privadas- un rango de suba de precios del 40 por ciento. (11)

Empleo privado
El empleo privado sigue también el ritmo de la crisis económica. FIEL estimó que en los tres últimos años la creación anual promedio de empleo privado fue casi tres veces menos que la registrada en la década que va desde 2001 hasta 2010. (11)

El futuro
Existe un mayoritario consenso que las cargas que la administración K dejará de herencia a un eventual futuro gobierno serán muy pesadas: déficit fiscal, presión tributaria récord, alta emisión del BCRA para financiarlo; 65% del gasto público concentrado en dos rubros (jubilaciones y subsidios a la energía y transporte), déficit externo de cuenta corriente, cepo cambiario, tipos de cambios múltiples de hecho , fuerte distorsión de precios relativos (tarifas, brecha cambiaria, salarios), ajuste de retenciones impositivas al trabajo y a jubilados, entre otras.

Con esta perspectiva, también los mercados descuentan cambios previsibles para 2016. Existe una mayoritaria opinión que un futuro gobierno deberá aplicar un plan de estabilización económica para bajar la inflación, racionalizar gradualmente los subsidios, poner fin al gasto discrecional, aplicar una reforma impositiva a favor de la producción y el empleo, devolver autonomía al BCRA, eliminar los controles cambiarios, desmantelar el andamiaje intervencionista sobre la producción, reconstruir el ahorro en pesos y el mercado local de capitales, reinsertar a la Argentina en los mercados comerciales y financieros del mundo para estimular la inversión, recuperar la infraestructura y promover una industrialización competitiva. Todo ello en un marco de seguridad jurídica y dentro de un progresivo plan de aplicación.

Referencias del diario LA NACION de Buenos Aires, año 2014: (1) 1-11; (2) 17-10; (3) 31-10; (4) 28-9; (5) 20-9; (6) 18-10 Informe de OJF y Asoc.; (7) 27-10; (8) 23-9; (9) 29-10; (10) 10-10; (11) 20-10.

Por Pablo Broder
Economista argentino

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