Próximo el relevo, el militante PS repasa temas no resueltos durante su gestión al frente del organismo internacional, como el levantamiento de las sanciones impuestas a Cuba, la problemática situación en Venezuela y la permanente negación de EE.UU. a ratificar la Corte Interamericana de Derechos Humanos. “Dependiendo de por dónde le apriete el zapato, unos países quieren priorizar unos temas u otros”, reconoció.
“No ha sido fácil manejar una OEA en la que hay muchas discrepancias ideológicas”, reconoce José Miguel Insulza, quien desde hace casi diez años es secretario general del organismo multilateral que representa a todos los países del continente americano.
“Aunque los embajadores se lleven todos muy bien y estén dispuestos a sentarse a una mesa eso no significa que vayan a concordar en todo, porque muchas veces tienen posturas ideológicas distintas”, señala el militante del Partido Socialista.
Ahora que se aproxima el relevo, Insulza hace balance de su gestión y repasa hitos como el levantamiento de las sanciones impuestas a Cuba por el organismo o la problemática situación en Venezuela.
Respecto a lo primero, confía en que en la VII Cumbre de las Américas, que se celebrará en Panamá en abril próximo, se produzca el retorno de la isla al Sistema Interamericano, mientras que para Venezuela ve difícil una solución si las partes no hacen concesiones para reanudar el diálogo.
Sobre la necesidad de adecuar la OEA a los nuevos retos políticos de la región, recuerda que eso es algo “ya ha ocurrido en otras ocasiones”, como cuando surgieron las dictaduras militares en el Cono Sur o se desataron las guerras civiles en Centroamérica.
“La OEA se puede adaptar, el problema no es ése; el problema es que hay 34 países con objetivos, propuestas y tamaños distintos” y eso hace que, por ejemplo, haya distintos puntos de vista sobre qué significa intervenir en asuntos internos.
Pero además de la diversidad de modelos políticos, “también existen diferencias por el tamaño y grado de desarrollo de los países miembros”.
“Dependiendo de por dónde le apriete el zapato, unos países quieren priorizar unos temas u otros”, agrega Insulza, quien recuerda que la OEA es un organismo multilateral, no supracional.
“Un golpe de Estado no es la única forma en que se rompe la democracia”, sostiene.
También si alguien entra a controlar el poder judicial o comete un fraude masivo en las lecciones debería actuarse”, opina. “Sin embargo, frente a esos temas siempre hemos tenido dificultades”.
El secretario general de la OEA recuerda que todos los países miembros actuaron de manera contundente cuando en 2009 se produjo un golpe de Estado en Honduras.
“Pero ha habido otros casos de rupturas quizás no tan flagrantes en los que no ha habido disposición para actuar”, lamenta. “Si no hay consenso, no se puede hacer nada”.
El hecho de que en América Latina haya numerosos organismos de integración regional y subrregional no resta fuerza a la OEA, a juicio de Insulza.
“América es un continente de regiones. Probablemente la integración política y económica vaya ocurriendo a ese nivel. Hay un espacio de integración que en la OEA difícilmente podrá consumarse”, opina.
Por otro lado, el secretario general echa en falta una mayor presencia de América del Norte. “No hemos tenido una gran presencia, sobre todo de Estados Unidos, en la organización”, dice.
“Mucha gente piensa que el problema es Venezuela o Bolivia, pero ellos siempre están ahí, siempre opinan, siempre actúan”.
“Pero por alguna razón, aquello que siempre se supone, y es que Estados Unidos mete las manos en la OEA, ha estado lejos de ocurrir en el último tiempo”, agrega .
Insulza sostiene que “los tiempos cambian” y por eso “hoy día ya no es aceptable para algunos países que quienes les dictan en materia de derechos humanos no pertenezcan a las convenciones”.
“Ése es un tema complicado que Estados Unidos y Canadá tienen que ver“, añade Insulza al recordar que no todos los socios de la OEA forman parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos o no la han ratificado. “Eso es algo que relativiza el objetivo de la OEA”.
Reconoce que las diferencias entre los socios, como la que existe entre Bolivia y Chile por la salida al océano Pacífico, pueden afectar a la cohesión interna de la organización.
“Pero no olvidemos -puntualiza- que ambos están en la Corte Internacional de Justicia de La Haya en virtud de un tratado suscrito en la Organización de Estados Americanos, el Pacto de Bogotá sobre Solución Pacífica de Controversias”.
Y acerca de las elecciones en la OEA, Insulza prefiere no pronunciarse sobre los dos candidatos, el uruguayo Luis Almagro y el guatemalteco Eduardo Stein, a quienes conoce muy bien.
“Ambos son muy competentes. Y seguramente tienen que decir cosas fuertes sobre la OEA, como corresponde en toda campaña. No me voy a resentir por eso”, acepta el actual secretario general. (Fuente: theclinic.cl )
Insulza habla del gobierno de Bachelet y la Concertación
“Estamos construyendo el presente sobre la base del pasado que también construimos todos juntos. Entonces, eso es lo que hace que aparezca una cierta antinomia entre los que son de la Concertación y la Nueva Mayoría. Pero no es así. Los que fueron o son de la Concertación, son de la Nueva Mayoría y eso todo el mundo tiene que aceptarlo”, dijo el secretario general de la OEA.
“Yo me siento muy de la Concertación y también me siento de la Nueva Mayoría”, dice el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, al abordar en entrevista con El Mercurio el transitar del bloque oficialista, no exento de polémica, sobre todo por los úlitmos roces entre la DC y algunos sectores.
El ex ministro del Interior plantea que “ha habido algunas tendencias equivocadas, de pensar que se está refundando todo, que se está haciendo todo de nuevo y eso hace que quienes nos sentimos de la Concertación reaccionemos en el momento”.
En ese sentido, emplaza a esas voces de intentos refundacionales entender que este contexto sólo se entiende sobre la base de lo que antes hizo la Concertación, que nació para derrotar a la dictadura de Pinochet en las urnas.
“Estamos construyendo el presente sobre la base del pasado que también construimos todos juntos. Entonces, eso es lo que hace que aparezca una cierta antinomia entre los que son de la Concertación y la Nueva Mayoría. Pero no es así. Los que fueron o son de la Concertación, son de la Nueva Mayoría y eso todo el mundo tiene que aceptarlo”, agregó.
Insulza confiesa que le molestan las diferencias que se ventilan por la prensa, a diferencia de cómo se manejaba eso antes.
“Dentro de esta Nueva Mayoría que recién nace hay demasiada polémica que, francamente, debiera ser resuelta lo más rápidamente posible por el rostro que se da (…) la Concertación tuvo siempre un rostro de poca polémica interna, y cuando tuvo mucha polémica interna, tendió a perder su fuerza. Pero en los primeros años de la Concertación había un gran ánimo de mostrar unidad y creo que ese mismo ánimo de unidad debe predominar hoy en la Nueva Mayoría”.
En ese contexto asegura que a “la Nueva Mayoría no se va a evaluar y aprobar por las discusiones en los diarios, sino por lo que se haga”. Respecto de los roces DC con algunos sectores, ante lo que algunos falangistas como Gutenberg Martínez han dicho sentirse incómodos, opina que “lo curioso es cuando alguna gente dice que somos mayoría en el país y, al mismo tiempo, ataca a la DC, que es parte de esa mayoría (…) o sea, no somos mayoría en el país sin la DC, eso es claro. Por lo tanto, entiendo que haya dirigentes democratacristianos que se sientan incómodos cuando se ven cuestionados o sacados al pizarrón, porque esa no es la forma de forjar mayoría con ellos”, acusó.
Las diferencias de la DC con algunos sectores del oficialismo se han dado sobre todo en el marco de la reforma educacional, primero en la votación en la Cámara y ahora por la tramitación en el Senado.
En la Cámara, los diputados falangistas fueron fustigados por votar en contra de penalizar el lucro con cárcel. La PC Karol Cariola, encabezó los emplazamientos, tema que finalmente llegó hasta La Moneda con la DC exigiendo respeto.
En el mismo tema, esta semana escaló el conflicto entre el senador PS, Fulvio Rossi, y el presidente de la DC, Ignacio Walker, luego de que este último consiguiera imponer sus plazos para la tramitación de la reforma en el Senado, tras el anuncio del propio Rossi de apurarla a petición del gobierno.
Ayer, Rossi se enfrascó en una guerra de declaraciones cruzadas a través de la prensa con Jorge Pizarro y Andrés Zaldívar. Los senadores DC lo trataron de majadero y poco reflexivo en sus juicios, mientras que el senador PS insistió en sus dichos acerca de que la movida de Walker reflejó un afán personal, y desleal con el Ejecutivo.
Al respecto, Insulza también opinó y dijo que “las cosas tienen un ritmo y no se puede avanzar a la velocidad que uno quiere (…) entonces, me parece difícil poder decir ‘aquí te traigo este proyecto y sácamelo en tres días o en una semana’, eso no pasa”. (Síntesis de la entrevista del Mercurio de The Clinic Online)
Entrevista completa en el Mercurio.
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