Amanecer Frenteamplista en la Comisaría 10a.

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“*Todos ellos detenidos en momentos en que iban a realizar una volanteada con panfletos firmados por el Frente Amplio, actualmente ilegal; …”   Oficio 104.-11dl del 8 de febrero de 1975 en el cual documenta la entrega de 5 menores al Centro de Observación N°2 del Consejo del Niño firmado por el Crio de Servicio del D-6 Omar Cabrera. **

*El* día de ayer, 5 de febrero, fue un muy buen inicio del conjunto de iniciativas y actividades, encuentros y festejos que los frenteamplistas compartiremos con nuestro pueblo, celebrando el 50 aniversario del Frente Amplio. En realidad, todo comenzó el día anterior preparando el Amanecer Frenteamplista.

Esta celebración tiene varias dimensiones, la proyección al futuro, es quizás, la más importante, como se materializará los valores y la historia del frenteamplismo en la práctica política que permita frenar el atropello a la convivencia republicana, restablecer la senda del bienestar creciente en los hogares de las trabajadores y trabajadoras y el desafío de construir una nueva patria liberada ante un mundo que presenta, hoy en día, más amenazas e incertidumbres, que oportunidades.

No obstante, existe otra dimensión, la de la memoria, que es profunda, conmueve y remueve el alma. Los sentimientos, recuerdos y evocaciones que son savia de nuestra vida como seres políticos, y estos como tales aparecen en el colectivo, pero también en nosotros mismos.

Es así que retrocedo aquel martes de noche del 4 de febrero de 1975, cerca de la medianoche, en la calle Alarcón cerca de Av. Rivera (Montevideo), cuando unos chistidos seguidos por una orden de que nos detuviéramos nos paralizan a Homero y a mí. En ese entonces tenía 14 años cumplidos hace dos meses y Homero era un año mayor. Éramos militantes del círculo de la UJC del liceo N°7 Joaquín Suarez del secc.

Federico Engels, se había decidido que con motivo del aniversario del Frente Amplio se realizaran acciones sorpresivas para generar, en otra escala y dimensiones, un amanecer frenteamplista. Volantes en las veredas y banderas colgadas en los cables eran las actividades propagandísticas para realizar. Nosotros llevábamos los últimos volantes del recorrido que teníamos para hacer.

Cacheo contra la pared y un arma apuntándonos, el recorrido por Av Rivera y luego por Av. Pereyra con la muñeca retorcida y el arma sin seguro encañonada en la espalda, insultos y amenazas. Llegamos casi al mismo tiempo que Carlos y Gustavo, otros dos jóvenes comunistas de la misma convocatoria, que habían sido apresados en la calle con pasacalles o banderas, no recuerdo. Más tarde ingresan Alejandro y Alicia, ella mayor (18). Noche violenta, inesperadamente violenta, por lo menos para mí, hasta la madrugada. La única prueba era volantes alusivos al 4to aniversario del Frente Amplio y un material que era para Ombú de Bulv. España. Lógicamente que querían saber más y así fue como me enteré qué iríamos a parar al Departamento 6 (Inteligencia policial dedicada a los sectores políticos). Hasta ese momento pensaba que llamarían a mi madre, que me entregarían y quedaría por eso, … eran volantes del FA, si bien era un militante de la UJC, no había nada que me identificara, pero la maquinaría ya estaba funcionando, hacia bastante que lo estaba.

 

En el Departamento 6 poco importaba nuestra edad y la causa sencilla y simple de “tener volantes del Frente Amplio”. Plantones, algún golpe que otro, interrogatorios, incluso del Comisario Telechea.

Querían llegar a algo, los liceos de la zona estaban agitados y querían llegar. No estábamos solos, había por ahí otros detenidos, muy golpeados, torturados, en esa situación conocía a Luis Morín, militante de la zona de norte de Montevideo, con quién compartí una amistad en esos años y me volvía reencontrarme a la salida democrática cuando regresó al país. El 8 estaríamos ingresando como internados en el Álvarez Cortés , mientras tanto, lo supe luego, el lugar donde vivíamos en ese momento con mi madre fue allanado y revisado, dado que alguna medida se había tomado, no había libros ni materiales comprometedores o instintivamente Rosa los había sacado. Solo “encontraron” la novela Papillón de Henri Charriére, dejándole el mensaje de que me cuidara de leer esas cosas. También fueron por la farmacia que en ese entonces trabajaba, la misma estaba en Benito Blanco y Barreiro, “Horta” era su nombre en ese entonces.

Dicen que en ese momento había una representación de las Naciones Unidas interesada en lo que estaba pasando, lo cierto es que el 12 de febrero nos llevan en forma acelerada al juzgado de menores y somos entregados a nuestros mayores, incluso Luis sobre el cuál pesaba una orden de captura.

Mi vida cambio mucho en ese entonces solo con 14 años, perdí el trabajo que para mí era muy bueno y lo necesitaba, dejé estudiar ruso, que con el trabajo podía destinar el pago para ese curso que me interesaba, mi madre sufrió mucho, fuimos estigmatizados por una parte de la familia, cuando comencé el año lectivo pasé a estar marcado, incluso el director de la época en forma amable me advirtió que me cuidara. Ya no fue lo mismo, el 1 de mayo de ese año a la hora indicada salí hacia el ombú de Ramón Anador, uno de los cinco lugares a los cuales convocaba la CNT a manifestar, ahí fue herido Felipe con una bala de fusil por el FUSNA , ya en ese entonces sabía lo que me esperaba y podría pasar.

Por Genaro Ribero Peralta

 

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