¿Acaso tenemos todos las mismas Obligaciones y Derechos?
Al parecer en la democracia uruguaya habemos ciudadanos de diferentes categorías.
Estamos aquellos a los que la ley y la normativa vigente no son aplicadas con toda su extensión y profundidad, en tanto hay otros que tienen coronita. Hoy trataremos sobre ellos.
FUEROS SINDICALES
Hay que terminar con el privilegio de unos pocos en beneficio de la coherencia, la dignidad, la igualdad ante la ley si es que queremos vivir en una real democracia republicana participativa.
Tomemos en consideración, por ejemplo, el caso de los “fueros sindicales”:
En pleno siglo XXI es totalmente inconducente, e incongruente, seguir moviéndonos como si viviéramos en la mitad del siglo pasado.
En una época donde la constante es la participación igualitaria y el aprendizaje continuo, hay privilegios que caen por su peso.
Es decir, en una democracia republicana y participativa como la uruguaya el eje rector de cómo y hasta dónde ostenta el cargo el presidente de la República, debiera ser un norte, una guía de todo ciudadano y ciudadana.
Así estando las cosas, nos resulta difícil de entender cómo dirigentes sindicales y empresariales permanecen durante lustros en su cargos sin ni siquiera inmutarse.
Se violan de esta manera principios básicos de toda democracia.
Si a esto le sumamos el armado de las asambleas de agremiados donde las más de las veces se votan a última hora y a mano alzada, tenemos un cuadro siniestro.
Repetimos: El eje rector de una sana democracia republicana y participativa es la figura del presidente de la República.
Lo decimos con claridad: la duración en el cargo, las distribuciones y la debida rotación deben de oficiar de “tabla rasa” para cualquier ciudadano y ciudadana de este país, sin excepciones de tipo alguna.
Que quede claro: No somos anti-nada. Estamos a favor de una democracia real en la cual no deben de existir privilegios de especie alguna.
Los ejemplos que en este sentido, siempre hablando desde el plano político, los señores Fernando Pereira, Richard Read y tantos otros hombres como mujeres que se han entronizado en sus cargos sindicales, nos provocan náuseas.
Obviamente, nos merecen iguales observaciones las gremiales tanto empresariales como otras corporaciones que así proceden.
Esto debe acabar, porque la democracia es para todos o para nadie.
Créame se lo digo yo.
VALLE
S.A./ hvb
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