La movilidad, otra mirada

Tiempo de lectura: 4 minutos

Si hablamos de tránsito
Con tres días en el centro de Buenos Aires, las comparaciones son inevitables. Con una escala mayor que nuestra ciudad capital, las características del tránsito vehicular son prácticamente las mismas. Si bien el régimen semaforizado incluye adelantos como la “onda verde”, la similar congestión de nuevos automóviles colapsa el sistema llegando por horas a ser más lento que caminar! En la capital argentina el porcentaje de viajes en vehículos privados ha pasado del 33 al 57% en los últimos diez años. Correlativamente los del transporte público bajaron del 67 al 44% en el mismo período. Pero allí la opción por el subte transporta de un extremo a otro de la urbe en menos de una hora. Y crece otra con mucha fuerza: el porcentaje de viajes en bicicleta pasó del 0.4 en el 2009 al 3,5% en el 2104. Las bicisendas se usan porque se respetan y viceversa. Mi percepción es que hay un consenso colectivo sobre el respeto a la circulación no obstante ser ésta una sociedad urbana más heterogénea, más impersonal que la nuestra y que comparte una ciudad metropolitana diez veces mayor.

Cuando hablamos de sistema multimodal, de qué hablamos?
Por aquí los más audaces proponen la combinación de varios medios de transporte a saber: ómnibus, trenes, vehículos automotores privados. No incluyen las bicicletas, cuyos circuitos hasta el presente realizados son independientes, cortos y cerrados; no integrados. Más segregadas aún, las sendas peatonales se ubican, con un uso intensivo-que precisamente debería inducir a generalizarlas- sobre la Rambla.

Arq- Luis FabreTodavía más ambicioso
En una concepción integral de la movilidad debe, complementariamente, plantearse la instalación de un medio de transporte colectivo que aproxime peatones a las zonas centrales y las multicentralidades que posee Montevideo. Nuestra propuesta es el Monorriel, a cuya descripción y fundamentos ya publicados en este medio agrego una reflexión: todos sabemos que el avión es el medio de transporte más seguro, basado en las condiciones técnicas, de seguridad y control. Mas lo esencial es que tiene menos obstáculos en su ámbito de circulación. El monorriel cumple esa condición.

Vamos las bicis
Cambiar de paradigma implica controvertir el vigente: la trama urbana amanzanada y sus calles para vehículos no es la única ni seguramente la mejor forma de recorrer la ciudad. Cuando se concibe la circulación desde el medio elegido para practicarla, optimizando su uso, las opciones pueden ser otras, distintas.

La bicicleta no necesita el espacio de un auto, su radio de giro es menor, su peso y rodado permite variados pavimentos y su circulación es más libre y sin ocasionar riesgo a otros. Por ejemplo; las bicisendas demarcadas sobre las calles entre las Facultades de Arquitectura, Ciencias Económicas e Ingeniería pueden incluir tramos dentro del
Parque Rodó con trayectos más cortos, más seguridad, más espacio y otros usos recreativos. Pensando en el ciclista. Y puedo seguir…pasando por el puente sobre el lago y muchos otros puentes livianos, en otros niveles espaciales, distintos al del automóvil.

Con la bicicleta otro paradigma se rompe, el costo de transportarse. Ya ni siquiera es imprescindible comprarse una. No hace falta “tener” sino “acceder” a ellas como sucede en la Ciudad Vieja. Mi propuesta es incorporar sendas formando parte de un sistema más amplio, extendido sobre el territorio habitado. Conectadas con las terminales del transporte colectivo e incluso con algunas paradas de buses en los barrios periféricos. Con soluciones de estacionamiento seguro y sin costo.Con iluminación nocturna y dispositivos de seguridad. Etcétera.

Y nosotros mismos
Pero más amplio que la bicicleta es el andar del ser humano y es hora de volver a él en un contexto actualizado. Consignemos que la solución a la polución, la sobrecarga en el tránsito y su inseguridad “tiene su correlato en otras transformaciones de hábitos cotidianos: alimentación, reciclado, otro uso del tiempo, búsqueda de lo simple…un tipo de vida más libre de las imposiciones del consumo y de las trampas que nos tienden las innovaciones tecnológicas” (1)

El hombre no es el animal más fuerte, pero sí el mas versátil. Alcanza con ver su despliegue en los deportes extremos. Sin llegar a su práctica es notorio que los dispositivos tecnológicos y las dietas adecuadas preparan cualquier físico para una movilidad mayor, generación tras generación. Demostrado el sedentarismo como causa de enfermedades debidas al mismo, sumado al estrés por el aceleramiento progresivo de nuestra forma de vida, el prescripto ejercicio físico puede canalizarse en el desplazamiento cotidiano. La vestimenta adecuada al mismo está al alcance de todos, las condiciones de higiene también. Las condiciones para las sendas pedestres son similares a las de las bicisendas incluyendo los trayectos. Parece conveniente volver a unir la acción de movilizarse con la más arcaica de la humanidad: hacerlo con las propias fuerzas. Volver, con todas las ventajas, a la “tracción a sangre”.

Más
Coincidentemente con este artículo sobre movilidad urbana un informe del Banco Mundial para Uruguay, desde una visión en la macroeconomía, apoya mis planteos. Sus técnicos, procurando revertir el creciente aumento de la demanda de combustibles para el transporte “Plantean que una disminución de las distancias y las frecuencia de los desplazamientos o una sustitución de los recursos energéticos utilizados para propulsar los vehículos, así como el incremento del uso de bicicletas y el traslado a pie, permitiría reducir uno de de los factores de riesgo de la economía uruguaya, al abatir su exposición al mercado petrolero mundial” (Semanario Búsqueda 4 de junio 2015 Pág. 25.)

Por el Arquitecto Luis Fabre

La ONDA digital Nº 722 (Síganos en Twitter y facebook)

(1) Juan Carlos Kreimer “La Nación”23/5/2015

(Síganos en TwitterFacebook)
INGRESE AQUÍ POR MÁS CONTENIDOS EN PORTADA

Las notas aquí firmadas reflejan exclusivamente la opinión de los autores.