El circo uruguayo de la reforma jubilatoria

Tiempo de lectura: 2 minutos

En Uruguay convivimos, además de la banalización, con una práctica política al margen de la legalidad. Acciones análogas a delitos como el chantaje, falsas acusaciones y estigmatización por parte de individuos e incluso señalados colectivos activos en esa actividad. Acciones, para colmo, refrendadas, auspiciadas e inducidas por algunos medios de comunicación masivo en la población.

Como un virus contagioso, el desmadre de ese accionar espurio, implica a sus protagonistas con fundamentales instituciones sociales de las que reniegan de sus principios. Con tal desparpajo que uno de ellos difunde pública, masivamente, un desdoble imposible según el cual los vicios privados no se contraponen a las públicas virtudes. ¡Increíble!

El accionar contra la sociedad

Por estos días se pretende consumar un atentado contra un principio fundante de nuestra sociedad. La previsión social, orgullo de todo un país, es degradada con una martingala económica que manejan como prestidigitadores, un grupo de autodenominados expertos y es servida en bandeja a la posible mayoría parlamentaria oficialista.

Para hacer nacer este engendro concretado en Ley, los grupos que la componen intercambian prendas contrarias al interés de otra genuina, real mayoría; la del pueblo uruguayo. Simultáneamente exhiben al mismo espejito de colores con dudosas mejorías disimulando otras, esas sí seguras, a sus colectivos afines ideológicamente.

Lo esencial es invisible a los ojos

 Con un mundo, ya globalizado, que avanza inexorablemente hacia la generalización y universalización de los derechos humanos   omiten destinar mayor parte del Producto Bruto conseguido por el país en su conjunto, por la sociedad en la que se apoyan todas las actividades incluyendo producciones, negocios y ganancias. Y por el planeta, del que somos hijos legítimos, del que se extraen los bienes naturales. La ciudadanía que cumple con el pacto social integrado por principios rectores y leyes debe ser amparada, no menoscabada, en el derecho a la vida. Lo omiten a sabiendas en tanto defienden a minorías en la mezquindad de no compartir lo que, aún con el mérito de su actividad, sería imposible sin la participación de sociedad y el territorio. Este es el principal fundamento_ financiero como les gusta a liberales y distributivos como no les gusta_ para la justiciera implantación de una Renta Básica Universal a los ciudadanos del país… y del globo. Volviendo al foco en la circunstancia de esta arremetida contra prestaciones ganadas en muchos años de trabajo debemos ejercer, también de pleno derecho, la resistencia. Seguros que, en el peor de los casos, rememorando una frase: ganarán…pero no convencerán.

Por Luis Fabre

(Síganos en TwitterFacebook)
INGRESE AQUÍ POR MÁS CONTENIDOS EN PORTADA

Las notas aquí firmadas reflejan exclusivamente la opinión de los autores.