Por Sergio Schvarz
Los trabajos en torno al programa del Frente Amplio, iniciaron el 19 de abril de 2022, y aún no han culminado del todo. En este largo año y medio han sido objeto de estudio y análisis por parte de todos los frenteamplistas que se acercaron a los comités de base y propusieron cambios.
Estas modificaciones fueron desde la sintaxis, buscando una mayor precisión que no dejara lugar a dudas, pero también porque en el tiempo pasado desde el primer borrador algunas cuestiones habían cambiado y se buscó que el Programa del FA comprendiera la situación actual y que fuera lo más apegada a nuestra realidad.
Por ello, luego de que las modificaciones se dieran, en una cantidad de 2.200, de distinto tenor –como hemos dicho–, el día sábado 9 de diciembre el Congreso se reunió en comisiones y subcomisiones para tratar las mismas.
Muchas de ellas, una gran mayoría, fueron consensuadas, luego hubo otras que habían tenido mayoría pero no la mayoría necesaria de 2/3 de los votos para que estas quedaran aprobadas, y por último un remanente de mociones que no habían llegado a la mayoría.
Esas dos últimas fueron las que se terminaron resolviendo en el Plenario del día 10 de diciembre. Hubo algunas otras que fueron derivadas a la comisión de Iniciativas y Propuestas ya que, por su tenor, por su importancia o porque establecía cuestiones políticas delicadas era menester tratarlas nuevamente, en profundidad.
La participación y el entusiasmo
Después que el viernes 8 de diciembre se declarara inaugurado el Congreso, con un discurso enérgico del ex vicepresidente Rodolfo Nin Novoa, el sábado comenzaron a sesionar las comisiones a las 9 de la mañana. El despliegue del Frente Amplio fue inmenso, con delegados venidos de todos los puntos cardinales. Unos venían mandatados por su comité, otros por su sector político. Al ser una fuerza plural, tanto política como ideológica, era inevitable que hubieran posiciones discordantes en algunos puntos, pero siempre se resolvieron en un intercambio de reflexión y, cuando no se lograron acuerdos, se derivó al Plenario para que éste decidiera.
Un intermedio para almorzar pasado el mediodía, la recorrida permanente de distintos dirigentes de la fuerza política por las comisiones donde se interesaron por el modo como iba transcurriendo la jornada, la síntesis necesaria de las mociones, el entusiasmo de estar escribiendo una página de la mejor historia de la fuerza política de izquierda, todo eso lograron un Programa que, sin duda, podemos decir que es el mejor programa que ha sido hecho por esta fuerza progresista no sólo para ganar el próximo gobierno sino, sobre todo, para intentar resolver los graves problemas que tiene el país y su gente, acorralada por esta ola neoliberal que benefició a un sector minoritario, los “malla oro”, en perjuicio del conjunto de la sociedad y de la población.
En la tarde continuó el trabajo de los congresales hasta que bajó el sol, y, a pesar del cansancio, el clima siempre fue de unidad, buscando allanar las discrepancias y encontrar el punto de equilibrio de todas sus fuerzas internas.
Ni vencedores ni vencidos, frenteamplistas siempre
Así llegamos al domingo 11 de diciembre. El Plenario se instaló, con la conducción de su presidente, del presidente del FA, Fernando Pereira, y a pesar del monumental trabajo que tenía por delante, continuó resolviendo lo que las distintas comisiones habían dejado para que todos y cada uno de los congresales votara según lo que le parecía mejor, con las argumentaciones a favor y en contra de las mociones que fueron escuchadas en un clima de respeto mutuo. La pasión, pero también el respeto, de algunas argumentaciones no fue óbice para que la mayoría decidiera según su parecer.
Conforme iba pasando el tiempo se acercaba el momento culminante de recibir a los cuatro precandidatos de esta fuerza política que se presentarán en las próximas elecciones internas del 30 de junio de 2024. De allí saldría, y todos los que estaban en un desbordado Palacio Peñarol tenían la absoluta seguridad, la nueva o el nuevo presidente. Sobre las seis y media de la tarde se culminó el trabajo al resolver los últimos puntos del Programa, quedando para una posterior etapa adaptar todos los cambios al documento programático.
En el día del 75º aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Frente Amplio remarca que esta declaración “sigue siendo una guía esencial para promover sociedades justas e inclusivas en todo el mundo”, y llama la atención a que, en nuestro país, “nos preocupa y nos duele que 1 de cada 5 niños se encuentre hoy bajo la línea de pobreza…”, así como el recrudecimiento de la violencia basada en género, y que aún, a 38 años de recuperada la democracia “sigamos sin encontrar el destino de nuestras compañeros y compañeros desaparecidos”.
También, la declaración del FA denuncia la “dura embestida” de este gobierno contra los derechos humanos, “que se constata en los intentos de cerrar la INDDHH, el proyecto de la ley de prisión domiciliaria, el retorno de discursos negacionistas del Terrorismo de Estado por parte de actores políticos que integran la coalición del actual gobierno, y los ataques a la Fiscalía”.
La declaración final, en tanto, leída por la vicepresidenta de la fuerza política, Verónica Piñeiro, entre otros aspectos repasa la situación internacional, en particular el conflicto entre Rusia y Ucrania, que “encendió nuevas alertas” y el conflicto entre Israel y Palestina, donde se pide “un inmediato alto al fuego permanente, la liberación de rehenes y la inmediata ayuda alimentaria” y “se hace un nuevo llamado a la paz frente al aumento de víctimas civiles inocentes”. En ese sentido se dice, expresamente: “Se han cometido crímenes de guerra y de lesa humanidad por parte de Hamás y el gobierno de Israel…”. Y llama la atención del hecho de que se mantienen activos “más de 70 conflictos armados y violentos en el mundo”.
A pesar del calor de la jornada, y del agotamiento, sobre todo de los que habían venido del interior, cuando llegó el momento de que entraran, juntos, los cuatro precandidatos, Carolina Cosse, Andrés Lima, Mario Bergara y Yamandú Orsi, las banderas de Otorgués ondearon entre furiosos aplausos y la algarabía de hombres y mujeres que dieron todo para que este programa refleje la construcción del Uruguay que necesitamos, un Uruguay donde todos podamos vivir en paz, con trabajo de calidad, con la seguridad necesaria para disfrutar la vida de las familias y, en especial, que no deje a ningún niño, a ninguna niña, atrás. La esperanza, renació.
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Declaración Final del VIII Congreso Extraordinario Tabaré Vázquez
Hemos finalizado nuestro VIII Congreso extraordinario, que se desarrolló desde el 8 hasta el 10 de diciembre, y que lleva el nombre de nuestro querido compañero Tabaré Vázquez. Tabaré expresó y potenció en su persona la acumulación histórica de la izquierda y el movimiento popular, proyectándola en el plano político, electoral, y de ejercicio del gobierno. Estas dimensiones raramente se manifiestan equilibradamente en una misma persona y eso ya le da un lugar destacado en la historia del país. Tabaré no sólo está en la historia del Uruguay, está en el alma de las y los uruguayos.
Tabaré fue sustancialmente un humanista que no limitó la práctica del humanismo a la búsqueda de valores propios, sino a su expresión superior en la acción colectiva. En su última intervención en una instancia orgánica del Frente Amplio, decía Tabaré en este sentido: “porque el humanismo es construcción de sí mismo, pero también construcción de la comunidad humana”.
Declaración Final del VIII Congreso Extraordinario Tabaré Vázquez
La mayor fortaleza de Tabaré en el Frente Amplio estuvo en los Comités de Base, en las y los militantes frenteamplistas, y en los que aún sin ser frenteamplistas confiaban en él. Anidaba entre la gente, y en especial entre las y los más humildes. Tabaré confiaba y apelaba a la gente, y la gente creía y confiaba en Tabaré. El suyo fue un liderazgo de raíz y horizonte popular.
El mundo y la región
En nuestro anterior Congreso Ordinario, señalamos que vivíamos tiempos inciertos a nivel global, junto al aumento de las desigualdades y de las crisis humanitarias. Al día de hoy, 5 años después, la situación no es mejor, y se aceleran cambios que ya habíamos advertido. La desigualdad global no ha mejorado: el 1% más rico ha acumulado veinte veces más riqueza que la mitad más pobre de la humanidad. Incluso durante la pandemia del Covid la riqueza de los 10 hombres más ricos del mundo se duplicó, en tanto el ingreso del 99% de la población mundial se vio deteriorado.
El conflicto militar entre Rusia y Ucrania encendió nuevas alertas sobre los límites que se pueden alcanzar en los escenarios que se despliegan en las transformaciones del orden global. En octubre de este año el conflicto Israel y Palestina adquirió un nivel de violencia y muerte desconocido, ante lo cual pedimos un inmediato alto al fuego permanente, la liberación de rehenes y la inmediata ayuda humanitaria. Respaldamos los esfuerzos que en este sentido ha realizado António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas.
El Frente Amplio hace un nuevo llamado a la paz frente al aumento de víctimas civiles inocentes en la zona del conflicto entre el gobierno de Israel y la organización terrorista Hamas. Se han cometido crímenes de guerra y de lesa humanidad por parte de Hamás y el gobierno de Israel, que no pueden quedar silenciados ni impunes.
Se debe promover el cese inmediato de las hostilidades, exigir la liberación de todos los rehenes y la rápida instalación de una mesa de negociación en búsqueda de la Paz.
Según los datos más conservadores, se mantienen activos más de 70 conflictos armados y violentos en el mundo. La paz, el antiimperialismo, la autodeterminación de los pueblos y la solidaridad internacional son principios rectores que orientan nuestro compromiso político.
En ese marco, defendemos y aspiramos a seguir siendo un continente de Paz, sabiendo que la violencia al interior de nuestros países no deja de crecer de la mano del crimen organizado, los grupos paramilitares, la persecución y asesinato de militantes sociales y políticos y por la violencia que implica la vida en condiciones de extrema vulnerabilidad.
La ultraderecha, la derecha conservadora y a veces de tipo fascista, son puntales ideológicos y culturales de la ofensiva global y regional contra la Democracia. Estos movimientos populistas que arrastran pueblo detrás de salidas conservadoras, autoritarias, discriminadoras y anti derechos, adoptan particularidades de acuerdo a las realidades de cada país, con retóricas diferentes.
Defendemos la integración regional y la soberanía como un principio fundamental de nuestra razón de ser frenteamplista, reafirmando la mirada artiguista. Debemos seguir realizando todos los esfuerzos necesarios para consolidar la integración como un asunto de los pueblos. En este sentido destacamos el trabajo del ex Presidente Mujica quien está recorriendo este camino y construyendo puentes entre gobiernos, movimientos sociales y juventudes del continente.
Creemos en la necesidad de la mayor articulación de los pueblos, las organizaciones populares, los movimientos sociales, los partidos y los gobiernos del continente. La necesidad de una integración profunda no se fundamenta sólo en el pasado, sino fundamentalmente por la necesidad de asegurar futuros posibles de paz, desarrollo, felicidad y vidas dignas para todas y todos.
Cuatro años de retrocesos y profundización de la desigualdad
En nuestro país, se cumplen ya cuatro años de un gobierno que se ha caracterizado por incumplir buena parte de sus promesas electorales. Dentro de un año, tendremos un país peor del que dejó nuestro Frente Amplio luego de 15 años de grandes progresos en términos de igualdad, bienestar, conquista de derechos, transparencia y prestigio internacional.
Desde el inicio, aún durante la pandemia, el gobierno mostró que sus prioridades pasaban por beneficiar a los sectores más poderosos de la sociedad. A pesar de la reiterada disposición de nuestra fuerza política para que se destinaran mayores recursos a las y los más vulnerables, a pesar de la solidaridad desplegada por las organizaciones sociales, este gobierno privilegió a los “malla oro” generando un aumento en la cantidad de personas en situación de calle, incrementando la pobreza, especialmente entre niños y niñas y las mujeres y agravando la fragmentación social.
En la compleja situación de la pandemia, se aprobó la polémica Ley de Urgente Consideración, que generó un pésimo antecedente en términos de calidad democrática, dividió a la sociedad y que gracias al esfuerzo militante de nuestra gente, estuvo a punto de ser derogada.
La prometida y festejada reducción del gasto público se basó fundamentalmente en la caída de los salarios y las jubilaciones y pensiones, la reducción de las inversiones en salud, educación y vivienda. Cuatro años después, y pese al recorte de inversión en políticas públicas que beneficien a las grandes mayorías, el objetivo de reducir el déficit fiscal no se ha cumplido.
En este periodo de gobierno ha aumentado la desigualdad. La caída del salario real y el empleo durante los primeros años afectó duramente a la mayoría de los hogares y muy especialmente a los más vulnerados y vulneradas. La desigualdad de siempre, para los de siempre nos interpela a buscar todos los caminos posibles para garantizar que las niñas, niños y adolescentes puedan crecer en entornos que les permitan desarrollar todo su potencial humano en el presente, que les permita ser protagonistas de un futuro más justo.
Las promesas en el campo de la seguridad pública no resisten el contraste con la realidad. El crecimiento del crimen organizado y su peor expresión, el narcotráfico, han generado situaciones de extrema violencia y han hecho que la sociedad se sienta insegura. Hoy el país vive una crisis de seguridad que reconocen los propios socios del presidente, el Ministerio del Interior se vuelve muchas veces inoperante, pero el gobierno no es capaz de aceptar ninguna de las propuestas que el Frente Amplio ha hecho para construir soluciones integrales y políticas de Estado sobre el tema.
Sostenido por una coalición de derecha, unida por el anti-frenteamplismo, más preocupada por mantener lugares y cargos que por dar respuestas a los problemas de nuestro pueblo, el gobierno ha implementado y permitido acciones que afectan la calidad democrática e institucional y ponen en riesgo el prestigio del país en el mundo.
El escándalo del Jefe del Servicio de Seguridad Presidencial, Astesiano, designado a sabiendas de sus antecedentes, haciendo tráfico de influencias a pocos metros del despacho presidencial; la entrega de un pasaporte en el exterior del país a un narco peligroso y pesado que estaba preso y el ocultamiento de información y las mentiras al Parlamento y a la Justicia sobre este hecho; las presiones a la Fiscalía y el Poder Judicial en el caso de un Senador formalizado por abuso de menores y otros hechos no pueden justificarse en las malas elecciones de colaboradores y exigen del Presidente explicaciones que no han sido dadas y acciones que no han sido tomadas. (Acuerdo con esos cambios y agregados)
Otros hechos como la concesión del Puerto de Montevideo a un monopolio privado extranjero durante 60 años, la asignación a dedo de viviendas del sistema público o el nombramiento de funcionarios con sueldos privilegiados en Salto Grande que permanecen en sus cargos a pesar del pronunciamiento parlamentario, muestran que el gobierno y la coalición han manejado de forma opaca muchas áreas de la gestión pública, y sólo se han preocupado por barrer debajo de la alfombra cuando estos casos han salido a la luz, como forma de mantener los cargos para cada uno de sus sectores.
La coalición aprobó también una reforma del sistema jubilatorio que fue desarrollada sin el necesario diálogo social profundo, que se concentra fundamentalmente en aumentar la edad jubilatoria sin discutir el financiamiento del sistema y sin encarar los desafíos que supone una seguridad social integral en tiempos de cambio, y que ha tenido el rechazo de trabajadores y jubilados.
Dos proyectos de país
El Frente Amplio ha actuado desde el inicio de este periodo de gobierno desde el lugar de oposición que la ciudadanía le asignó con su voto soberano. En ese rol, asumimos la responsabilidad de enfrentar un proyecto de país que generó retroceso de derechos, y nos opusimos desde todos los frentes de acción política a la embestida que supuso el proceso de aprobación exprés de la LUC. Nos dimos el tiempo para construir los acuerdos sociales y políticos de forma y contenido para llevar adelante un referéndum que nos permitió construir un gran movimiento opositor al proyecto de país de la coalición de gobierno.
Iniciamos este tiempo político del cambio de gobierno en condiciones adversas, durante una pandemia que fue dura, que supuso muchas pérdidas y muchos dolores. La hazaña de recolectar 800.000 firmas contra los peores 135 artículos de la LUC fue posible por el entusiasmo militante que en el primer semestre de 2021 ocupó las calles. El proceso de recolección de firmas contra la LUC nos marcó el camino, la gente movilizada, con amplitud y unidad hizo posible una gesta histórica.
En setiembre del 2021, una vez que concluyó el ciclo electoral y que finalizamos con éxito el proceso de recolección de firmas, hicimos síntesis de nuestro balance autocrítico en el Congreso “50 años de unidad”.
Una vez concluido el proceso de referéndum aprobamos en junio del 2022 un Plan Político que se sustentaba en 4 pilares: la contraposición de dos modelos de país, el fortalecimiento del vínculo de la fuerza política con las organizaciones sociales, el desarrollo organizativo y la generación de un amplio proceso de discusión programática.
«El Frente Amplio te escucha» fue una acción múltiple de escucha y consulta a sectores estratégicos de la ciudadanía orientada a fortalecer canales de diálogo. En varios sectores sociales se hacía visible el desánimo, la idea de estancamiento y un prudente descreimiento sobre las esperanzas de cambio que habían acuñado en el gobierno.
Uno de los temas recurrentes señalados por las organizaciones fue la carestía y la pérdida de niveles de consumo y calidad de vida. La retracción de la presencia del Estado en los servicios públicos, particularmente en el área de la salud, fue testimoniada en la falta de medicamentos en las policlínicas, en las dificultades para traslados e internaciones, en problemas recurrentes para disponer de especialistas en muchas partes del interior del país. En la educación, fueron relatados las situaciones de falta de estrategias de apoyo a las trayectorias educativas de adolescentes y jóvenes, así como las situaciones de inseguridad alimentaria en varios lugares de nuestro país.
Los problemas de seguridad, fueron reflejados en el aumento de hurtos y rapiñas, junto al impacto por niveles crecientes de violencia criminal fueron otros temas muy recurrentes en las reuniones. En particular, se señaló que el narcotráfico ha permeado las comunidades en forma acelerada alcanzando su presencia en localidades y pueblos pequeños y alejados de los principales centros urbanos.
Desde el punto de vista del fortalecimiento de nuestro vínculo con sectores de la sociedad priorizados de forma congruente con nuestros principios, dimos impulso a nuevas áreas de trabajo de cara a fortalecer nuestra organización en el interior, en nuestro vínculo con la cultura, los feminismos, y la reparación histórica con las uruguayas y uruguayos afrodescendientes. Los procesos empiezan a consolidar perspectivas transversales en la acción política del Frente Amplio y un trabajo específico dirigido a esos sectores.
En contacto con las Departamentales y Coordinadoras de Montevideo se planificó el crecimiento organizativo orientando la instalación de comités de base allá donde se identificara la necesidad.
La acción del Frente Amplio ha permitido transformar la realidad política del país. Del repliegue impuesto por la derrota electoral, pasamos a una situación que hoy nos permite decir con modestia -pero con convicción- que el Frente Amplio es, además de la principal fuerza política de nuestro país, una alternativa real de cara a disputar el gobierno nacional y una amplia lista de gobiernos departamentales y locales.
El Frente Amplio nació hace más de cincuenta años, en torno a principios, valores y un programa de transformaciones. Además de pasado y presente, una fuerza política es sobre todo, futuro. Es una esperanza compartida, una luz puntual al final del camino: es un programa que nos guía. Hoy, como siempre, más que nunca, el Frente Amplio es su gente, sus principios, sus valores y su programa.
Un programa para un tiempo de cambios, incertidumbres y amenazas, pero también para un tiempo de esperanzas y nuevas utopías.
El Programa que hoy aprobamos se propuso y logró ser un programa de la gente, para la gente. En su confección participaron miles de compañeras y compañeros, y se incorporó la escucha que el Frente Amplio realizó durante los dos últimos años a lo largo y ancho del Uruguay. Es también, un programa con un doble compromiso: a corto plazo, atendiendo el periodo de gobierno 2025-2030 y a largo plazo en la mirada estratégica de los cambios estructurales necesarios para una mejora en la calidad de vida de toda la población.
al Uruguay como un país de capacidades, desarrollo sostenible y solidaridad, donde el desarrollo productivo sostenible camine de la mano de una transición ecológica justa que nos coloque en la senda de un crecimiento económico con justicia social y sustentabilidad ambiental.
El aporte de la ciencia, investigación, innovación y la educación determinarán el rumbo hacia estos objetivos. La innovación debe estar dirigida de manera adecuada para asegurar que lo que se produce,y cómo se produce, para generar creación de valor que pueda ser distribuido en la sociedad.
El trabajo es una prioridad de primer orden, porque lo concebimos como un elemento constitutivo de la dignidad de las personas y un factor crucial para el desarrollo de comunidades más justas.
Para todas estas tareas el rol del Estado y una institucionalidad eficaz para el desarrollo son fundamentales.
Uruguay debe ser un país de bienestar para todas y todos. Asumimos el desafío de construir una sociedad más igualitaria, que no deje a nadie al costado del camino. En esa tarea es fundamental la lucha contra la pobreza en la que viven numerosas familias, especialmente aquellas con niños, niñas y adolescentes, así como contra las desigualdades de género, lugar de nacimiento, origen étnico u orientación sexual y contra las numerosas formas de violencia presentes en los espacios públicos, las instituciones y los hogares. Nos comprometemos a trabajar por el ejercicio pleno de una vida libre de violencia para todas y todos.
La equidad social, entendida como igualdad de derechos y oportunidades, en base a una mejor distribución del ingreso y la riqueza es un objetivo permanente de nuestras políticas.
Los cuidados concebidos como un derecho humano será una prioridad en el rediseño de una nueva matriz de protección social. El futuro lo construirán las infancias, adolescencias y juventudes de hoy, y eso este programa le asigna una línea estratégica propia.
La educación como un derecho humano para todas las personas durante toda la vida, y la salud, concebida como una sola salud, desde una perspectiva de derechos, integral y comunitaria son dos áreas sociales en las que nuestro país se ha destacado, pero en la que debemos mejorar mucho más incorporando los cambios que este tiempo nuevo nos trae.
La vivienda, el hábitat y los espacios públicos, insertos en territorios y ciudades integradas y habitables son un objetivo que va de la mano con una convivencia pacífica, con mayor seguridad y el combate a la criminalidad para tener una sociedad más segura, menos violenta y protegida de la acción del crimen organizado, que tanto daño provoca a todo nivel. El deporte, para todas las edades y en todo el país, lo concebimos también en sus dimensiones culturales, de salud y de convivencia.
Queremos un país de cultura, entendida como pilar del sentido de la vida y de la fuerza constructora de la sociedad. Son aspectos claves la institucionalidad cultural y los espacios para el desarrollo de las políticas con la participación de la gente, así como también los derechos culturales, la descentralización y ciudadanía cultural.
La cultura da trabajo, y por ello la prioridad de trabajadoras y trabajadores de las artes y la cultura es clave en nuestra mirada de la cultura como componente del desarrollo económico. La cultura artística nos compromete con la apertura de nuevos horizontes en todo el país, incorporando los nuevos desarrollos y entendiendo que la cultura también es digital.
Queremos un Uruguay que asuma la perspectiva interseccional de género como transversal e integradora. Para ello, la democracia paritaria, con el reconocimiento y ejercicio de derechos políticos paritarios, y la autonomía económica de las mujeres y la corresponsabilidad de género son factores centrales. Visualizamos y combatimos la feminización y los sesgos raciales de la pobreza y las discriminaciones múltiples por razones de clase, étnico-raciales, de discapacidad y territoriales.
La educación y la construcción cultural inclusivas y transformadoras de los roles y estereotipos discriminatorios son un objetivo permanente, así como el combate integral a la violencia racial y de género. La salud integral de las mujeres y las políticas de cuidados basada en la corresponsabilidad social y de género son líneas estratégicas que requieren de un Estado que desarrolle políticas de bienestar, universales e integradoras de las diversidades y que integre las políticas territoriales hacia una distribución igualitaria del bienestar.
Concebimos un Uruguay que profundice la democracia y construya ciudadanías. En este eje central, las responsabilidades de la comunicación del Estado, las políticas públicas para la construcción de ciudadanías protagónicas y participativas, así como la democratización y profundización de la Justicia son aspectos fundamentales.
La defensa de la verdad y la justicia, la derrota de la impunidad y la consolidación de la idea de Nunca Más Terrorismo de Estado son principios irrenunciables y permanentes.
Es necesario adecuar la administración pública y los servicios digitales del gobierno a los avances tecnológicos, para lo que entendemos que es clave avanzar hacia una segunda generación de transformación digital en línea.
Para el Frente Amplio el Uruguay debe ser un país integrado, concibiendo la diversidad territorial de nuestro país como una verdadera riqueza. Un nuevo proyecto territorial para el desarrollo del país está planteado en estas bases programáticas, en el cual la transformación productiva, el ambiente y la integración territorial de las políticas sociales son pilares imprescindibles. El rol del Estado y la participación y el protagonismo ciudadano en el proceso de desarrollo territorial es clave en la profundización de la descentralización, que requerirá de una nueva y mejor gobernanza.
Se abren nuevos tiempos para una mirada de desarrollo regional como nuevas escalas territoriales de desarrollo, y el desarrollo local integrado e integrador para el crecimiento económico, ambiental y social adquiere nuevas significaciones.
Entendemos al Uruguay como un país soberano en una nueva situación mundial. Nuestra concepción fundacional y artiguista de soberanía adquiere nuevos ribetes en este siglo XXI convulsionado, siempre sobre nuestras bases históricas y con la concepción muy clara de un Uruguay abierto e integrado con la región y el mundo. Para ello, avanzar en una Defensa posible, creíble y efectiva es un objetivo primordial.
El futuro del país y el papel del Frente Amplio
Si algo sabemos los uruguayos y las uruguayas es que estos no han sido ni serán los mejores cinco años de nuestras vidas. Si sabemos que serán cinco años de muchas promesas incumplidas. Si sabemos que serán cinco años de muchos retrocesos. Si sabemos que serán cinco años que dejarán muchas dudas. Y es probable que sean los peores cinco años de los últimos veinte años. Uruguay es hoy es más desigual y menos libre que hace cinco años. Hoy miles de uruguayas y uruguayos viven peor que hace cinco años. Cambiar es necesario. La sociedad uruguaya tiene la convicción que se puede vivir mejor.
Con el Congreso que hoy culmina buscamos construir un nuevo momento político. Ingresamos en la etapa final del trabajo para ganar en el próximo proceso electoral el Gobierno Nacional, con mayorías parlamentarias y la mayor cantidad de intendencias departamentales. Es necesario recuperar el gobierno para el pueblo con nuestro Frente Amplio. Ese es el desafío que le planteamos a nuestro pueblo. Que el gobierno vuelva a estar al servicio de las grandes mayorías nacionales.
Para ese objetivo es que aprobamos un Programa, con las ideas y propuestas para que ese cambio se haga realidad y las precandidaturas del compañero Mario Bergara, la compañera Carolina Cosse, el compañero Andrés Lima, y el compañero Yamandú Orsi, a la Presidencia de la República por el Frente Amplio.
Tenemos enorme confianza en un equipo que acumula amplia experiencia de gestión, refleja la diversidad política y territorial de nuestro país. Sentimos que nuestra propuesta electoral es una enorme contribución para que el compañero o la compañera que resulte electo en las internas encabece una fórmula potente al servicio de las transformaciones que Uruguay precisa.
Con estas ideas, nutridas por los aportes de las organizaciones sociales en sus más diversas expresiones, ponemos en marcha un amplio llamamiento para construir las mayorías sociales y políticas que permitan consolidar la alternativa a un gobierno de retrocesos y profundización de la desigualdad.
Cerramos nuestro Congreso en el 75 Aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el que reafirmamos el firme compromiso del Frente Amplio con la defensa de la dignidad humana, y en contra de la impunidad, por Verdad y Justicia y Nunca Más Dictadura.
Como afirmaba nuestro querido General Líber Seregni: “El Frente Amplio no es una ocurrencia de dirigentes políticos.
El Frente Amplio es una necesidad popular y colectiva del Uruguay. Es un hecho colectivo con razones colectivas. Las resoluciones individuales de todos nosotros tienen causas sociales y metas sociales, porque tienen que ver con el destino entero de la sociedad uruguaya.”. El Frente Amplio saldrá al encuentro de todas y todos los que quieran construir “Un Uruguay donde nacer no sea un problema, ser joven no sea sospechoso y envejecer no sea una condena”. Nos proponemos convocar a las grandes mayorías nacionales para desarrollar un nuevo ciclo de transformaciones progresistas.
Montevideo, 10 de diciembre de 2023
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