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PAYSANDU EN MANOSEXTRANJERAS.3

En el lejano 1982, recién recibido y ganador allí de la ampliación del Banco de la República, periodistas para “El Telégrafo” Dea  García y Liliana Gros me entrevistaban sobre el patrimonio en esa ciudad. Glosando,  declaré_ indudablemente los arquitectos del Banco han tenido muy en cuenta preservar el hito arquitectónico  de la Sucursal Paysandú. La preservación edilicia ha sido cuidada en el país, aunque más en consideraciones teóricas que en las prácticas, hasta que el “boom” de construcciones financiadas por el Hipotecario hizo que problemas vislumbrados estallaran en los principales núcleos urbanos. Por ello grupos (como la SAU) estudian la forma de enfrentar y sobrellevar la necesidad de construir para conjugarla con la de no destruir los  valores del pasado. La periodista insiste_ “el mantener la fachada implica cuidado y respeto por el patrimonio histórico, que en lo personal, no ha sido tenido en cuenta en otros casos. Qué valores se han de destacar en este caso?”  Fue mi respuesta:  _ Este edifico alto, majestuoso y sólido, estima el Arquitecto Fabre, no sólo forma parte del patrimonio arquitectónico sino del cultural, necesario de preservar por razones extra-arquitectónicas. El caso resulta  semejante a la preservación en Montevideo de edificios del barrio Reus y representativos en la ciudad Vieja hasta el polémico conventillo Mediomundo  en el Barrio Sur  a los que debe incluir una nueva reglamentación que considere la temática  en todos sus términos. Lamentablemente, ya se han destruido valores imposibles de recuperar, pero soy un convencido de que estamos a tiempo de conservarlos en esta ciudad, hasta ahora, no tocada en lugares representativos de su evolución cultural y que justifica el mantenimiento (y restauración) de la fachada del Banco de la República. 

El presente

La celosa advertencia de la Comisión Nacional de Patrimonio a la Intendencia de Montevideo por su próxima intervención en la Rambla montevideana, me retrotrae al ámbito sanducero.

Pasaron 40 años desde que profesionales como Oscar Garrasino, Enrique Lopez Laphiz, Oscar Vignola, Walter Belvisi y otros tantos que conocí, ejercieron destacadas funciones urbanas. Y colectivos profesionales_ veterinarios con sus eventos anuales de Buiatria, docentes agrónomos en la Estación Cassinoni y la filial de Sociedad de Arquitectos del Uruguay_ aportaron a la ciudad. Le siguieron Intendencias  proactivas en la puesta en valor de valiosos inmuebles y espacios por todos conocidos. No obstante, en la actualidad la defensa, emblema de “la heroica”, sigue vigente para el patrimonio. Colegas como Rubens Stagno me tienen al tanto. Y debería ser difundido el cuestionado encargo de intervención sobre la faja costera  a  otros extranjeros, como en la historia también corsarios armados técnicamente, que actúan sobre la “fortaleza” de territorio  patrimonial adyacente al Paterno. Optimista o iluso, espero que no pasarán.

Luis Fabre (arquitecto)

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