El show uruguayo 2024
Las manifestaciones de la sociedad uruguaya son representadas por actores privilegiados que elijen sus papeles. Miembros del “statu quo” político y empresarial son consecuentemente mostrados en los medios de comunicación que los avalan para que la población los vea, lea y escuche. Algunos interpretan, camuflados, papeles promocionales de sus emprendimientos con una impronta disruptiva e innovadora. Son tan consecuentes en su accionar monopólico (u oligopólico) de sus intereses que recuerdan el Antón Pirulero. Cada cual atiende su juego y si no lo atiende paga deuda de honor. Claro que también los hay -políticos o empresarios o ambas cosas a la vez- que desaparecen del juego mediático sin dejar de ser “ganadores”.
Pero respecto a lo señalado en primer lugar, a nivel de Montevideo, esto ha ocurrido con Juan Salgado. Si se revisan sus manifestaciones públicas, puede decirse que ha actuado en “modo urbanista” muchas veces (en su momento, pronunciándose sobre las ciclovías, por ejemplo), como si no tuviera intereses específicos en relación a la mayor empresa de transporte de ómnibus de la ciudad, que no necesariamente coinciden con el interés colectivo. O con Marcos Taranto, proponiendo urbanizar con edificios en altura (tal como los que construye su empresa).
Y también, desde otro lugar y en relación con otro tema, ha ocurrido con el economista Ignacio Munyo que loa la producción maderera amparada en la Ley Forestal en tanto, como si fuera poco, aclara que esa exitosa actividad empresarial ya no recibe los beneficios fiscales del estado… que usufructuó más de treinta años!.
RESPONSABILIDAD SOCIAL
La actuación colectiva en la sociedad de la información implica responsabilidad pues sus efectos trascienden multiplicados. No obstante diluir la actividad vital en el contexto social, expone nuestra vocación de creador o innovador. Recuerdo un cartelito en el bureau de Ronald Reagan “puedes hacer mucho si no te importa quién se lleve la fama”. Por el contrario, hoy en Uruguay se induce la exacerbación de la figura de “los malla oro” manchada de egocentrismo, competencia y triunfo sobre los demás. Poniendo esfuerzo y capacidad personal, esto loable, pero en desmedro de las mayorías del ámbito social donde se desenvuelven. Se justifican al pasar del egoísta “sálvese quien pueda” a ser los mejores entre iguales… en una sociedad cada vez más desigual.
EL CLIMAX
La campaña electoral es la gala de actuación con previo pasaje a liguilla y todo. Los protagonistas ensayan desde que termina el verano y sus vacaciones. Los locales de ensayo de multiplican y las barras se juntan en ellos, calles y ramblas. Salvo honrosas excepciones escriben libretos de dudoso beneficio colectivo y los explicitan en los medios que ideológica, disimuladamente, los avalan. Si no estuviera en juego el futuro cercano de todo el país sería una entretenida y larga comedia…de enredos.
Por Luis Fabre
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