Luigi Cabrini director de la OMT en Montevideo, el “Cambio climático” como desafío

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Este pasado 27 de setiembre se ha cumplido en todo el mundo el Día Mundial del Turismo. La Organización Mundial del Turismo (OMT) ha vinculado el turismo con el cambio climático. Denominando como lema de esa jornada “El turismo afronta el reto del cambio climático”. En este sentido el Ministerio de Turismo y Deporte (MTD) de Uruguay, realizó diversas actividades con la presencia de Luigi Cabrini, director de Desarrollo Sostenible de la OMT.

La ONDA digital dialogó con el director de la OMT, que visitaba por primera vez Uruguay sobre el significado y alcances del fenómeno llamado “cambio climático” para su organización.

– El lema del “Día Mundial del Turismo” fue el cambio climático.

¿Este fenómeno esta planteado cómo problema para la OMT?

– Más que como problema como desafío y ese es un poco el lema completo, responder al desafío del cambio climático. Ha habido – sobre todo en los últimos dos años – un análisis más riguroso y más profundo, por un lado del impacto que el cambio climático tiene sobre la industria turística y al cual los operadores turísticos, todos los responsables desde el gobierno y hasta los mismos turistas, tienen que reaccionar y responder. Y por otro lado también la concientización del hecho que la actividad turística también contribuye – no mucho – pero también contribuye a los gases de efecto invernadero que son la causa última del cambio climático. Y es sobre esta interrelación que hemos enfocado nuestro trabajo en la OMT en los últimos dos años y por la cual hemos elegido el lema de este año.  Entonces, por un lado responder y adaptar, sobre todo, capacitar, dar instrumentos a los operadores turísticos sobre todo en los destinos, de cómo hacer frente. Cómo hacer frente a la erosión de las playas, cómo hacer frente al aumento de temperaturas, a veces al aumento de insectos para que el destino siga siendo un destino visitado por los turistas. Y por otro lado, qué medidas se pueden tomar: ahorro de energía, ahorro de agua, a veces cambios en el modo de transporte (cuando se puede tomar un tren porqué no, en vez de tomar el avión), para que también la industria turística eduque en el marco del esfuerzo global y de su contribución al cambio climático. Es en estos dos ejes que hemos encuadrado nuestro trabajo y queremos dedicar las actividades en el marco del “Día Internacional del Turismo”.

-Ya que estamos en un país emergente, Si bien estamos hablando de fenómenos globales, ¿ese desafío es común a todos los países, tiene grados?

Claro, un poco el problema en la negociación es que también se están llevando a cabo dentro del organismo de las Naciones Unidas para el cambio climático, es que el fenómeno es global pero hasta ahora, quien ha contribuido más en el efecto invernadero no son, evidentemente, los países en vías de desarrollo. Y entonces el principio que se llama de las “concertadas y diferenciadas responsabilidades”, es decir, que todos tienen que responder pero no se puede suponer que se parte de la misma base. Hay que ver un poco cuál es la historia detrás de cada país.  No se puede exigir a un país que acabe con su desarrollo, sobre todo si es un desarrollo incipiente. Este es un poco el principio que se va a manejar dentro de la Convención para el Cambio Climático.  Nosotros como OMT no somos una agencia política.  Nuestra tarea, nuestra responsabilidad es, sobre todo, por un lado llevar información porque ha habido muy poca, llevar datos concretos para que la gente pueda conocer y no se base en estimaciones muy groseras y, por el otro lado, ofrecer algún recurso técnico. Estamos iniciando ahora un proyecto con fondos de la Comunidad Europea, de la Comisión Europea, para aumentar el uso de energía renovable y reducir el consumo de energía en los pequeños y medianos hoteles de toda la Unión Europea. Creo que es un proyecto que, además de los resultados en sí, puede ser un referente y un indicativo de buenas prácticas que se pueden también aplicar a muchas otras regiones del mundo. Estamos viendo también con el IICA y con representantes de la industria de la aviación, cómo a través de mejores tecnologías, mejores manejos en los aeropuertos, también se puede reducir la contribución de la aviación. Así es que nosotros vemos nuestro rol para facilitar este proceso y, por supuesto, esperando que las negociaciones lleguen a buen fin. Yo creo que es necesario llegar a un acuerdo, que en Copenhague el año que viene se llegue a un acuerdo, porque aunque las responsabilidades han sido diferentes, el problema es de todos y todos tenemos interés en tener una respuesta a ello.

– ¿Se puede hablar de receptividad de la parte empresarial y de los Estados en la misma dirección o parecida?

– Diría que ha habido una muy buena receptividad por parte del sector privado, personalmente creo que incluso más de lo que yo hubiera pensado. Yo creo que el sector privado se ha dado cuenta de que, si no se hace algo, es el mismo capital del turismo que se va a dañar. Cuando las playas se erosionan, cuando la biodiversidad desaparece, cuando las estaciones de Sky no tienen nieve, es evidente que lo que se toca es un interés económico directo.  Entonces hay un interés del sector en tratar de encontrar medidas y en eso hemos encontrado, en mi opinión, que no ha habido una política del “avestruz”, de negar el problema, sino que ha habido una muy buena respuesta. Es importante destacar también que los turistas, como ciudadanos, estamos concientizados y también, con nuestra actitud y con nuestra preferencia, a veces ayudamos a comportamientos más sostenibles que otros.  Las encuestas nos han dicho que hasta el 80% de turistas no les importa pagar un poco más, pero que el circuito que hacen o el hotel donde van, apliquen unas “políticas verdes”.  Y creo que eso es bueno, porque el turismo es una gran cadena y todos tienen que actuar de alguna forma.

– Parecería que este no es el único factor de interrogante para el turismo actualmente, si lo vemos globalmente. ¿Cuál es la “salud” del turismo mundial?

– Si hacemos un análisis a partir de los años 50, el turismo ha crecido de 25 a 900 millones de turistas internacionales en unos 60 años.  Nuestra previsión de la OMT es que el crecimiento siga y estamos estimando 1.500 millones de turistas internacionales en el año 2020.  Es decir, es una industria que ha crecido rápido y que va a seguir creciendo. Evidentemente este año 2008 no va a ser un buen año.  La crisis económica está impactando y eso lo vamos a ver en los resultados, pero son ciclos de corto plazo y en el largo plazo esa es la tendencia. Eso, evidentemente, implica un gran desafío de sostenibilidad en general, no es solamente el cambio climático.  Es el uso de los recursos naturales, el impacto social, el impacto económico y todo eso tiene que ser bien manejado.  No podemos dejar que haya un “desarrollo salvaje” porque eso no va a ser posible. El imperativo de la sostenibilidad yo creo que se hace todavía más presente, pero es posible combinar sostenibilidad con resultados y con ingresos económicos. Creo que esa es un poco la clave, sobre todo, considerando además que el turismo es un gran contribuyente a la remisión de la pobreza. Dentro de los “Objetivos del Milenio” de las Naciones Unidas el turismo ha hecho y puede hacer todavía mucho más en los países más pobres y en las zonas más pobres de los países ricos para aliviar la pobreza. Hay que verlo también desde esta óptica como un importante instrumento de desarrollo y seguir dándole el apoyo y el respaldo que necesita.

-¿Podría desarrollarnos un poco más ese concepto?

– De los 50 países menos desarrollados en el mundo, el turismo representa la fuente número uno o número dos de divisas extranjeras. Ese ya es un dato que, de por sí, es bastante interesante. Tenemos un proyecto que se llama “STEP” (Sustentable Tourism for Elimination of Poverty), que son proyectos pilotos en zonas pobres, en comunidades, en donde, con un concepto que implica el control del desarrollo turístico de la propia comunidad, los indicadores económicos y de resultados para la parte más pobre de la población son extremadamente elevados. Hoy en día, dentro de cualquier desarrollo regional, el turismo es un gran componente.  Hoy en día con la globalización, con el costo del transporte tal y como es, no se puede pensar en ningún país un desarrollo regional cualquiera que no incluyera ningún componente turístico, ya sea doméstico o internacional. Y ahí es donde hay que aplicar ciertos criterios, porque en un turismo donde una multinacional que recupere el 95% de los ingresos, evidentemente ese turismo no va a reducir pobreza. Pero en un turismo que comparta los ingresos y donde haya una división de responsabilidades y donde, repito, exista un control de la comunidad sobre el mismo desarrollo, ese es un turismo que puede tener un buen impacto social y económico.

– Usted ha mencionado que este año podría haber dificultades en torno a los factores económicos. Hay allí un problema que se manifiesta con relación a las líneas de aviación. Parecería que globalmente hay una crisis en ese sector.

– La aviación, ya desde hace algunos años, está sufriendo una especie de terremoto, con la liberalización hemos visto cuantas compañías desaparecen. Yo creo que el mismo sector de la aviación está todavía en un período de asestamiento, todavía no hemos visto una consolidación. Por supuesto, el aumento del precio de los combustibles y, además, el sube y baja que estamos viendo, evidentemente, no ayuda. Pero yo no veo ésta como la causa directa. La causa directa es que hemos visto históricamente que en períodos de recesión o de baja económica disminuyen los viajes, aunque el viaje hoy en día, es un elemento esencial de la vida, ya no es un plus. Aún así, cuando en el presupuesto familiar hay reducciones, quizás no se eliminan las vacaciones, pero se reduce, en vez de hacer 10 días se hacen 8, en vez de gastar tanto se gasta un poco menos.  Eso es un poco lo que está sucediendo, o sea, que no hay un padrón pero sí hay una pequeña baja y se debe, sobre todo, a que baja la propensión al consumo y hay una menor disponibilidad de ingresos.  Pero hemos visto en otras ocasiones – la crisis de Asia en el 87, el 11 de septiembre del 2001 – son crisis que duran, a veces, algunos meses, a veces 1 o 2 años pero después hay un fenómeno de recuperación.  Lo que no se ha viajado antes se viaja después, así que en el mediano o largo plazo hemos visto que el crecimiento ha sido de un 4% anual en los últimos 17 o 18 años y va a seguir más o menos así. Quizás bajando ligeramente a partir del año 2010-2012 porque ya la base va a ser sumamente elevada, pero pensamos que va a seguir en esa tendencia.

– ¿Para la OMT, existe la categoría Mercosur, o se manejan país a país?

– Nuestra membresía es sobre todo de países. Tenemos ahora 154 países miembros, todos los países de América Latina son miembros.  Por supuesto que, en la medida en que hay organizaciones en donde el turismo es parte de su propio mandato o responsabilidad, sí tenemos relaciones y cooperación con ellas.  Hace poco estuve en la reunión del Parlamento Centroamericano, donde todos los países son miembros pero el Parlamento en sí tiene unas actividades vinculadas al turismo y fui invitado a unos eventos donde el protagonista, el actor, es el estado, pero eso no obsta que si el estado así lo pide, haya una cooperación con la OMT en organismos tales como el MERCOSUR u otros.

-¿Qué desearía agregar sobre estos temas que mis preguntas no hayan recogido?

– Esta es la primera oportunidad que llego a Uruguay, conocía el país a través de lecturas y contactos y me parece que la política de Uruguay, incluso el mismo slogan “Uruguay Natural” creo que es una indicación de la política de desarrollo turístico que se está haciendo aquí y me parece muy acertado.  Por lo que acabamos de hablar, es extremadamente importante hacer un turismo respetuoso de su medio ambiente y del entorno. Hay potencial de crecimiento a nivel global y Uruguay ha tenido muy buenos resultados últimamente y me parece que está bien posicionado para seguir.  Y eso se tiene que hacer – como se está haciendo aquí – teniendo en la base unos principios de sustentabilidad.  Ese sería un poco mi mensaje final.

– ¿Se estudia y se promueve el concepto de “sustentabilidad”, desde la OMT? 

-Yo diría que es un proceso que se inició con acuñar este término, con explicarlo y por traducirlo. Creo que en eso estamos también trabajando en la OMT, en traducirlo de una palabra genérica a algo muy concreto. Hemos elaborado una serie de objetivos para ejemplificar que quiere decir “sustentabilidad”.  Ahora estamos en un proceso junto con otras agencias en hacer unos 40 o 50 criterios muy simples para que se pueda decir: “bueno, sí mi hotel es sostenible de acuerdo a estos criterios”. Y eso es también para trasladarlo a políticas y a actuaciones para que se pueda transformar de un concepto a algo práctico. Queda mucho por hacer, pero me parece que estamos bastante en el buen camino.

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