Sembrar desde el avión

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La humanidad actual sobre el planeta

La historia es mucho más extensa que la de la humanidad sobre el globo. Y el futuro también lo será, pero sin la humanidad. El abuso sobre su naturaleza, sus sistemas de vida animal, vegetal y de sus bienes físicos está produciendo una creciente venganza contra los depredadores; nosotros.

Las arcaicas costumbres de respeto místico de los grupos humanos se pierden con la dispersión e instalación trashumante en todos los rincones junto a la   pertenencia e identidad con el lugar de origen. Las comunicaciones, movilidad y forma actual de vida se basan en consumo intenso de energías producidas durante milenios por nuestras socias; la flora y la fauna. Y también el consumo desenfrenado sobre estas últimas rompiendo el equilibrio de vidas integradas hasta con nosotros mismos. Por todo ello, las distorsiones se producen en todos los medios donde existe la vida. Es hora de admitir que vendrán otras peores y si suena aterrador, no es exagerado. 

La vital contradicción del crecimiento

Además de los presentes daños colaterales, nuestro desempeño tiene un horizonte previsible. Seguir extrayendo y consumiendo los bienes naturales, fosilizados o no, acelera un ciclo hacia la escasez y extinción de los mismos. Y aún peor es seguir expoliando las tierras con mono agricultura intensiva, envenenar los mares y la atmósfera.  

El decrecimiento y la austeridad deben ser los paradigmas del presente  

Un acuerdo global sobre la extracción de los bienes naturales se hace imprescindible dejando de lado la hipocresía de los poderes nacionales y empresariales del presente. Los Estados- nación no son los dueños del planeta, pero sí responsables de su mantenimiento y han incumplido con ello. Sobre todo en democracias como la nuestra, los ciudadanos debemos controlar, pues ahora se sabe bien que no es sólo en dinero el valor de la tierra, el agua y el aire que respiramos.    

Los Derechos también tienen límite

Respetando el derecho a la vida, el ultra consumo acompañando el crecimiento demográfico es un componente que puede y debe descender. Si queremos mantener este último, debe ser posible alimentar a todos sin comernos el planeta.

La solución trascendente para mantener la vida de la sociedad humana debe resultar de un balance. No alcanza con derivar los remanentes al reciclaje. Salvo algunos para la economía circular, deben eliminarse todos los no- indispensables. La selección responsable de productos para la humanidad debe incluir a los alimentos, vestimenta, movilidad, acondicionamientos térmicos, sanitarios y hasta medicamentos. Y los residuos deben acotarse para no tener de los mismos más que un mínimo porcentaje derivado del consumo. Esto vale para los individuos, el hogar, industria, agricultura…e incluso la guerra!  

 Ya no es posible alegar desconocimiento

“Todos somos fulano” es el slogan de colectivos en pro de justicia y atención a loables causas individuales. Una acepción universal para todo individuo es precisamente ésta, pero se queda corta. La solidaridad debe abarcar a la flora, fauna y remanentes de vida anterior heredados en el sistema tierra. 

Arquitecto Luis Fabre(j)

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