Como emotiva construcción emocional

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La obsesiva aventura de reconstrucción de la historia de un padre prematura y trágicamente desaparecido, es la crucial materia temática de “Invención tardía”, la nueva novela del narrador Horacio Cavallo publicada por Estuario Editora. Este es un relato de búsqueda, en tanto indaga en la memoria propia y ajena o no tan ajena, a partir de múltiples dimensiones de naturaleza causal.

Este libro es, a su vez, una metáfora sobre la orfandad y el querer aferrarse o bien recuperar la identidad primigenia, que a menudo se torna difusa e ininteligible.

Es también una alegoría sobre la propia función de la literatura, como registro de ficciones nacidas de la mera inspiración personal pero también de realidades frecuentemente impregnadas de trazas biográficas.

INVENCION TARDIA

No en vano el disparador de la anécdota literaria es la peripecia de un joven, quien -a partir de testimonios documentales o meras recuerdos- intenta decodificar el periplo existencial de su padre.

Obviamente, el primer impacto emocional de naturaleza por supuesto traumática está dado por la trágica circunstancia del deceso, en un accidente de tránsito que conmueve por su violencia.

La dramática contingencia funciona inicialmente como una suerte de lacerante amputación afectiva, que convoca a reflexionar sobre lo realmente inexorable. Por supuesto, se parte de la lógica que el destino es inmutable.

A ello se suma que su progenitor era un escritor que concibió una obra breve pero no por ello menos significativa, que devino, a la sazón, en una suerte de póstumo legado.

Esa producción literaria, que comporta bastante más que una mera herencia artística, constituye un desafío en sí mismo y el eje sobre el cual gira toda la novela.

Por supuesto, una de las motivaciones más trascendentes es naturalmente la admiración, que obviamente trasciende al mero vínculo filial con su progenitor. En esa pulsión subyace la necesidad de humanizar al ser querido, con el propósito de mitigar una ausencia que es ya de por sí dolorosa.

Empero, esa suerte de epopeya personal será una tarea compartida, a partir de la irrupción de una joven universitaria que está escribiendo una tesis sobre la obra del autor desaparecido.

Es claro que esa pesquisa tiene naturalmente otras connotaciones originadas en la seducción. En ese contexto, será el amor por la mujer deseada que operará como una suerte de potente acicate para el cumplimiento de la auto-impuesta misión.

En esas circunstancias, la ecuación causa-efecto operará como la suprema motivación para desentrañar los enigmas de un itinerario que tiene mucho de laberíntico.

La clave es reconstruir la vida de alguien que ya no está, en una ruta que siempre está marcada por la propia literatura del escritor desaparecido.

Para reforzar esta tesis, Horacio Cavallo construye una metáfora de potente elocuencia: las partes del padre diseminadas sobre una mesa de trabajo.

Obviamente, esas partes son los libros y algunas fotos del muerto, insumos que permitirán exhumar a esa persona físicamente ausente pero tal vez afectivamente presente.

En ese contexto, el novelista trabaja su relato en múltiples dimensiones temporales, que remiten a las experiencias del padre del protagonista.

Esos permanentes saltos en el tiempo permiten identificar a otras personas que lo conocieron y pueden dar testimonio sobre algunas facetas ocultas de su vida, que bien podrían ser cuestionadas.

Cavallo juega permanentemente con las dudas, las incertidumbres y las tensiones, en una dinámica que aterriza acontecimientos del pasado en el presente.

El persistente entretejido de extrapolaciones le permite redescubrir a su padre, más allá de eventuales idolatrías y meras especulaciones. En el decurso de este dilatado periplo que tiene mucho de investigación detectivesca, se suman varias historias autónomas que alimentan, a la sazón, el contexto del relato central de esta novela.

Una de las peculiaridades que enriquece este texto es la recurrente utilización de diversos lenguajes y técnicas de construcción literaria, que oscilan entre el formato meramente narrativo y la poesía.

Ello transforma el consumo de este libro en una fascinante aventura que requiere una lectura siempre atenta e inteligente, acorde a la necesidad de decodificar los significantes del no siempre explícito discurso autoral. “Invención tardía” es un relato de fuerte acento simbólico, que reflexiona sobre la reconstrucción alegórica de la memoria, los afectos, las rupturas, las identidades literarias y la primordial función de la literatura, como intrínseco retrato humano y emocional.

Por Hugo Acevedo
Periodista y crítico literario

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