Los mismos sucesos conclusiones bien distintas (2)

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La semana pasada hice comentarios sobre un artículo publicado en la Diaria, “La distensión con Argentina y el kirchnerismo en las dos orillas. Casi no abordé en mis comentarios, las simpatías que el autor dice existen en sectores de la izquierda uruguaya con el modelo K. Las definiciones “populistas” y la política K llevada adelante según el autor son anacrónicas, equivocas e inmorales. Los grupos y sectores de izquierda uruguayos que verían con “buenos ojos” tal modelo serían más bien miopes.

En esa tendencia irrefrenable que tenemos a las comparaciones de procesos distintos con los mismos parámetros me permito observar algunas cosas.

El éxito o fracaso del modelo argentino no parece que lo podamos medir a partir del reciente resultado electoral y mucho menos calificarlo a partir de la antipatía que nos generaron las medidas de ese gobierno para nuestro país. El fracaso o éxito del modelo se justificará o no por las implicancias y resultados que para la sociedad argentina tenga y no por el antipático relacionamiento que tuvieron con Uruguay. Sobran en la historia ejemplos prepotentes de gobiernos argentinos y brasileños con Uruguay. Por tanto no serán novedosos los Kirchner en ese campo.

9 walter-200x230El triunfo de Macri podrá explicarse de muchas maneras, las denuncias de corrupción pesaron en la sociedad argentina, más allá de su existencia, el uso como espada política desgastó sin dudas al gobierno. La falta de un candidato fuerte por parte del Frente por la Victoria también pesó. La soberbia con que a veces avasallaron a la oposición les trajo no pocos problemas.
Estoy tentado a calificar todos estos aspectos como políticos y como errores de lectura de la realidad, pero no veo tan claro que eso pueda considerarse como “fracaso del modelo”.

Parece risueño ver como aquí en Uruguay se habla de tarifazos por el aumento del 10% de los servicios públicos, mientras en Argentina, casi al mismo tiempo las tarifas públicas aumentan más del 100%. ¿Cómo calificaríamos tal aumento? Ambas medidas no pueden ser comparables, responden a situaciones distintas. El “nuevo modelo argentino” quitó los subsidios del Estado a las empresas de Energía Eléctrica, Agua y Gas. El transporte también sufrió la quita de subsidios. Esto repercutió directamente en toda la sociedad argentina, quienes reciben sueldos fijos vieron mermar notoriamente su capacidad de compra.

Si tengo que opinar digo que la política de subsidios del modelo K, mantenía el precio del boleto barato y en una sociedad donde la gente para trabajar se traslada distancias considerables era un gran aporte a la economía popular. De la misma manera las tarifas de los servicios pesan con los ajustes muchísimo más en los ingresos de los hogares. Si algo se puede agregar es que el pago de los servicios era bimensual, ahora las facturas se abonan cada mes. Resumiendo, les acortaron el crédito. En paralelo, los sectores del campo vieron disminuidas las retenciones que les hacían a sus exportaciones. Obviamente entre un gobierno y otro hay énfasis distintos, el criterio sobre de donde se sacan los recursos para que el Estado funcione es claramente distinto.
Podría extenderme en otros ejemplos sobre el cambio de modelo en Argentina, creo que la polarización electoral no habilita a pensar el cierre de un ciclo, sino más bien creo que se abre un período de conflictividad en aumento.

Soy de izquierda y uruguayo si comparo, sin dudas, apruebo más el modelo kirchnerista que al macrista. Los fenómenos globales influencian, condicionan y hasta emparentan los procesos de cada país, de cada región. Pero las singularidades de cada proceso les dan desarrollo propio e intransferible. Por esas mismas circunstancias, la política internacional aperturista llevada adelante por Macri nos conviene como uruguayos pero sería ingenuo pensar que la apertura de relacionamiento obedece a una mirada de buen vecino. Argentina está abriendo sus fronteras al mundo, su producción nacional lo va a sentir.

Como soy de izquierda y uruguayo no necesito elegir un modelo populista o peronista, el camino singular de Uruguay y de su izquierda fue la construcción del Frente Amplio, una alternativa que superó el modelo bipartidista tradicional, que construyó en torno a un programa una alianza de sectores sociales diversos y que hoy estamos desafiados a reformular y profundizar ese proceso de diversidad y unidad. Creo que la existencia del Frente Amplio nos coloca en un escalón superior a los argentinos en experiencia política.

Es una trampa peligrosa esa de emparentar políticas de manera simplista, adjudicar, populismos, progresismos, caducidades y miopías, el neoliberalismo es simpático, eficaz, gestionador, bailarín y desideologizado, hasta que llega al poder.

Por Walter Martinez
Columnista uruguayo

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