Capital concentrador como modelo de inequidad

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La concentración de la riqueza como génesis de la desigualdad y la injusticia social es el movilizador eje temático que propone “El Capital en el Siglo XXI”, el monumental ensayo de economía política del investigador francés Thomas Piketty, publicado por Fondo de  Cultura Económica.

Este libro, de casi setecientas páginas, es una de las obras más desafiantes de un tercer milenio caracterizado por la despiadada profundización del modelo concentrador y especulativo en todo el planeta.

La obra ha suscitado debates y controversias, entre quienes lo critican ácidamente por sus propuestas osadas y por supuesto removedoras y sus apólogos, que la consideran un crucial aporte a la reflexión colectiva.EL-CAPITAL-EN...

Más allá de eventuales coincidencias o discrepancias, lo realmente concreto es que se trata de un fermental trabajo de largo aliento, que analiza el desarrollo del capitalismo desde los tiempos de la revolución industrial hasta el presente.

Esta investigación evoca la centenaria historia del capitalismo, analizando sus diversas fases de auge y declive, a la luz de la evolución y las transformaciones operadas en el devenir del tiempo.

Aunque esta modelo suele tener su correlato político en el liberalismo y en la democracia de extracción burguesa, el autor demuestra –con evidencias irrefutables- que no ha sido sinónimo de desarrollo humano, felicidad colectiva y menos aun de equidad social.

Esta comprobación permite inferir que el capitalismo no está asociado a la prosperidad ni al pleno usufructo de las libertades individuales, como lo suelen afirmar sus más entusiastas defensores.

Muy por el contrario, se trata de una estructura de poder profundamente excluyente, en la medida que construye un statu quo de privilegio reservado únicamente a los rentistas y a los propietarios de los medios de producción.

En el decurso de su largo reflexión, el catedrático invoca a pensadores como Adam Smith- uno de los padres del liberalismo económico- a Thomas Malthus, a David Ricardo y, naturalmente, a Karl Marx, entre otros.

Ese esfuerzo de memoria le permite probar que muchas de las inequidades que azotaban a la humanidad hace dos siglos, siguen desafiándonos en el presente.

En ese contexto y apoyándose en elocuentes estadísticas, Piketty denuncia el creciente desequilibrio entre el capital y el trabajo en el acceso a la renta, en un proceso que se remonta a la década del setenta del siglo pasado.

En ese período de más de cuarenta años y más allá de eventuales crecimientos del Producto Interno Bruto, el capital sigue apropiándose de la mayor porción de la renta producida por la fuerza de trabajo.

No en vano las conclusiones del pensador galo han generado la exacerbación de voceros y operadores neoliberales, quienes se sienten imputados de apropiarse del fruto del esfuerzo ajeno.

Es que este libro tiene la contundencia de un manifiesto, en la medida que demuestra, en el propio terreno de las matemáticas, el permanente enriquecimiento de un capitalismo sórdido, egoísta y excluyente.

Para afirmar su tesis, el autor analiza nada menos que dos siglos de historia, en cuyo contexto el capital siempre ha ganado, aun en los contextos de crisis o enlentecimiento de la economía como en la actualidad.

En buena medida, Thomas Piketty sugiere que ese desequilibrio -que alimenta las inequidades – es un problema estructural del sistema y no un producto de meras coyunturas temporales.

Por supuesto, lo que ha irritado más a los acérrimos panegiristas del modelo es la propuesta del autor de promover la creación de nuevos impuestos destinados a corregir esos desequilibrios.

En efecto y partiendo de la tesis que el devenir del tiempo ha coadyuvado a construir una suerte de capitalismo de naturaleza patrimonial, el economista propone la implementación de impuestos progresivos a la acumulación de riqueza.

Este proyecto podría contribuir a quebrarle el espinazo a la inequidad y a mitigar los dramáticos efectos derivados de la aplicación del sistema concentrador.

Más allá de eventuales disquisiciones, “El Capital en el Siglo XXI” es un libro clave para interpretar las tensiones y dicotomías del presente, que abreva del conocimiento, el estudio, la investigación y la experiencia.

Thomas Piketty relanza un debate tan fermental como necesario, que apunta a explicar el origen de la desigualdad y las radicales diferencias sociales que subsisten en el presente.

Este monumental trabajo de análisis nos interpela como sociedad y nos convoca a desafiar el discurso de los tecnócratas, siempre funcionales a un sistema hegemónico que – pese a sus flagrantes disfuncionalidades- aspira a perpetuarse en el tiempo.

Por Hugo Acevedo
Periodista y crítico literario

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