La mujer como protagonista de la historia

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El sexo femenino como ignorado protagonista de nuestra historia es la materia que aborda “Mujeres desconocidas del pasado montevideano”, el reeditado libro del dramaturgo Milton Schinca, publicado por Ediciones de la Banda Oriental.

Milton Schinca fue, sin dudas, uno de los grandes referentes de la literatura nacional, que transitó exitosamente por casi todos los géneros de la creación.

Su actividad poética se inició en 1961, con la publicación de su libro “De la aventura”, que fue seguido por otros recordados títulos: “Mundo cuestionado”, “Cambiar la vida”, “Poemas sex”, “Libro de Eis”, “Escenarios” y la antología “Viaje hacia Eis”.
En teatro estrenó recordadas obras, entre las cuales cabe mencionar las siguientes: “Guay, Uruguay”, “Pepe el Oriental”, “Boulevard Sarandí”, “Bernardina de Rivera”, “Ana Monterroso de Lavalleja”, “Los artiguistas”, “Nuestra Señora de los ramos” y “Delmira”, entre otras.

2 MUJERES DESCONOCIDASSu predilección por la indagación histórica le permitió transformarse en una suerte de atento observador de conductas y etologías humanas, que derramó abundante sabiduría en su prolífica creación artística.

A ello se suma, naturalmente, su reconocida sensibilidad para interpretar o reinterpretar el sentir pasado y contemporáneo y retratar -con singular elocuencia- algunos de los rasgos más representativos de nuestra identidad vernácula.

“Mujeres desconocidas del pasado montevideano”, que contiene cincuenta relatos, confirma la vocación del autor por la construcción de radiografías humanas tan potentes como minuciosas.

Asumiendo la emergencia de rescatar del olvido a un conjunto de mujeres injustamente ignoradas por una historia narrada por hombres, el escritor se adentra en la peripecia y el espíritu de estos personajes femeninos.

En el propio prólogo Schinca explica que las protagonistas de la obra no son sólo mujeres anónimas sino también algunas notorias pero igualmente desconocidas, aún para los más ávidos lectores e inquietos investigadores.

Tal es el caso, por ejemplo, de la madre y la esposa del caudillo José Artigas, quienes fueron naturalmente opacadas por la grandeza y la indudable incidencia histórica del caudillo revolucionario.

Otras, además de desconocidas, son anónimas. Sin embargo, también coadyuvaron, de un modo u otro, a construir nuestro pasado. En ese contexto, es de insoslayable referencia una mujer charrúa sobreviviente de la masacre de Salsipuedes, quien fue ultrajada y arbitrariamente separada de su hijo.

No menos convocante es Victoria, apodada “La cantora”, una patriota que en las noches del Montevideo sitiado solía pasearse por las murallas entonando provocadores estribillos que desafiaban a los españoles.

Schinca evoca también el trágico romance entre Nicolás de Vedia, artillero sitiador de nuestra capital, y su amada Manuelita, quien pereció durante un ataque que tuvo a su amante como uno de sus protagonistas.

Este libro propone un revelador periplo por los territorios de la memoria histórica, rico en abundantes acontecimientos, anécdotas y hasta en personajes sobre cuya existencia no se tiene una absoluta certeza. Obviamente, los vacíos de la investigación son colmados por la sabiduría y el talento creativo de Milton Schinca.

Empero, la pluma del autor no se limita a la mera evocación de mujeres identificadas con nombre y apellido, sino que también contiene diversas miradas sobre el rol del sexo femenino en la sociedad del siglo XIX.

En ese contexto, Schinca reproduce reflexiones de soldados extranjeros o meros aventureros que recalaron en nuestro territorio, quienes condensan en sus escritos o diarios reflexiones sobre las costumbres de las mujeres que otrora poblaron la Banda Oriental.

En la mayoría de los casos, estos aportes resulten singularmente significativos para conocer e interpretar los códigos de quienes interactuaron y participaron en memorables hitos de nuestra historia.

Los testimonios, que por supuesto siempre están centrados en la mujer, comportan valiosas viñetas que enriquecen sustantivamente la calidad de este trabajo literario.

La mayor virtud del escritor es construir los relatos con la información mínima recabada en su investigación, a lo cual adosa su indudable talento y sabiduría para narrar y transformar al lector en una suerte de testigo privilegiado. Esta obra, sin dudas referente en la extensa producción del autor, promueve una profunda mirada sobre el papel y el lugar de la mujer en la sociedad colonial y post-colonial.

El libro, que está naturalmente despojado de prejuicios, arroja renovada luz sobre acontecimientos históricos fundamentales de nuestro pasado.

Por Hugo Acevedo
Periodista y crítico literario

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