Chile|Conclusiones sobre un paro frustrado

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El gobierno logró aprobar el resistido ajuste de un 3,2 % de aumento para los empleados fiscales con la negociada concurrencia de los votos de la derecha y la abstención de los comunistas. Las conclusiones de este ajuste y del paro son las siguientes:
1. La inflación a octubre del presente año según datos del INE era de un 2,9 %. Vale decir, a diciembre superará el 3,0 % lo que significa que el reajuste entregado por el gobierno apenas corresponde al aumento del costo de la vida durante el año 2016. La triste y dura realidad es que, una vez más, los trabajadores chilenos no han logrado obtener un aumento real de sus remuneraciones. Cuando RicardoFarruhablamos en general de «los trabajadores chilenos» nos referimos a que las negociaciones del sector privado por lo general tienen como referente los incrementos salariales que otorga el sector público.

Este cuadro es tanto más lastimero si se considera que el endeudamiento de los chilenos responde a indexaciones sobre el IPC; que cualquier crédito se otorga en base a la UF- Unidades de Fomento-, que no es más que una forma elegante en la que cada crédito se ajusta automáticamente a la inflación más la tasa de riesgo y la ganancia de las instituciones financieras. Lo mismo pasa con los arriendos, las vías concesionadas, los alimentos, los precios de los medicamentos, la luz, el agua, el gas, etc. mientras los salarios se mantienen fijos en pesos haciendo que los salarios reales disminuyan de mes en mes. El deterioro de la calidad de vida de casi un 80% de la población (aquellos que perciben ingresos mensuales por menos de 550 mil pesos) se hace cada vez más agudo. Mientras tanto, crece la impaciencia y el «enrabiamiento» de la gente.

2. Crece en la ciudadanía la percepción de que han sido nuevamente engañados, estafados; de que a la hora de legislar los “honorables” piensan sólo en sus estrategias, para mantenerse en los mullidos sillones del parlamento y desechan alegremente las mentirosas promesas de campaña que hicieron para lograr llegar hasta Valparaíso y que no les importa votar a favor de lo que poco días antes habían tildado de paupérrimo con cara de indignación legítima,

3. No se logra entender que de un día para otro los huelguistas agachen el moño cuando no lograron que el gobierno moviera en un ápice su posición y se queden tranquilos frente a esa derrota. ¿Qué intereses partidarios se conjugaron entre bambalinas para que esto ocurriera?

4. Desazón existe en la ciudadanía al comprobar que quienes se decían defensores de los intereses de los trabajadores, que los visitaban en los centros laborales para expresar su apoyo (en realidad solo buscando apoyo electoral), trucaron sus votos en una falaz «abstención», arrojando por la borda los intereses de los asalariados.

5. La opinión del Ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, autor de la cifra del 3,2% pesa más que la de la propia presidenta y que, probablemente, sea junto a Nicolás Eyzaguirre, Ministro Secretario General de Gobierno, el real poder detrás del trono y, de esa dupla, nace el profundo neoliberalismo que tiene a este gobierno preso de los dictámenes del gran empresariado nacional en contra de los intereses mayoritarios de Chile,

6. Estas jornadas han dado claro testimonio del arduo trabajo desarrollado por la ex Concertación, actual Nueva Mayoría y el gobierno de Piñera, en cuanto a dejar a los trabajadores sin sindicalización y que la existente es débil y muy poca como para doblarle la mano al gran capital y que la estrategia ha rendido sus esperados frutos, más allá de unas pocas escaramuzas que no definen ni siquiera batallas,

7. La tozudez gubernamental; la mentira institucionalizada que disfraza como aumento de sueldo la real pérdida de capacidad adquisitiva de la población y la debilidad de los movimientos “institucionalizados”, hoy virtualmente «apatronados», dejan como único camino de los cambios reales a los movimientos masivos por fuera de los partidos y la CUT, como el de NO MÁS AFP, para que este vilipendiado modelo termine y podamos tener en el país una situación económica, política y democrática mucho más justa que la llevamos tantos años viviendo.

8. La traición oficialista a las demandas de los trabajadores públicos, así como el «deslavado» apoyo de la CUT – Central Única de Trabajadores- no solamente se plasmó en una derrota para los trabadores asalariados, sino que además propició la implementación del descuento de los días no trabajados. Esto da claro testimonio de que el Gobierno y Bachelet son absolutamente impermeables a las demandas populares, porque están impregnados de la esencia neoliberal dictada desde las cúpulas empresariales y que la CUT no tiene ningún peso específico, al haber sido tanto tiempo un brazo y freno gubernamental contra los cambios que Chile necesitaba y necesita hoy más que nunca.

 

Por Ricardo Farrú
Director del periódico El Pilín cl.

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