No siempre nos llevamos bien con los vecinos pero un apagón de luz en la zona, o un corte de agua nos deja a todos bajo el mismo problema. Por lo tanto, enemistados o no, a veces las generalidades o los sucesos nos dejan del mismo lado.
Con cierta suspicacia podría concluir que el gobierno argentino, amparado en la alta visibilidad y lo sensible del tema, ha usado “el conflicto papeleras” políticamente. En lo interno, para calmar presiones ejercidas desde sectores ambientalistas y como a “río revuelto ganancia de pescador”, incluyó en el paquete del conflicto todo tema controversial de nuestras relaciones bilaterales para sacarle jugo. Así es que la mentada contaminación del Río Uruguay, impide el dragado del canal Martin García, el trasbordo de mercaderías en puertos uruguayos, en fin, desde que Bruno Mauricio de Zabala fundara San Felipe y Santiago de Montevideo en esas estamos con los vecinos.
Por eso más allá de las idas y venidas de nuestras relaciones con Argentina, las declaraciones de Danilo Astori, solidarizándose con Argentina por el reciente fallo de una Corte en EEUU (que perjudica la restructuración de la deuda de Argentina) me parece oportuna. Me llama la atención además, los pocos ecos que han tenido estas declaraciones en el Frente Amplio.
Creo que por estos días la necesidad de un Estado regulador, presente y fuerte es a todas luces indispensable. Sin entrar en matices de cuánto o en qué áreas, la doctrina liberal con el famoso latiguillo del estado regulado por el mercado fue nefasto en el pasado reciente de América.
Seguro que poca gente sepa o recuerde el nombre de Anoop Singh. Este buen hombre, de origen hindú, en sus visitas por el otro lado del río se alojaba en el Sheraton y recibía la visita de compañía femenina de alto costo en dólares. Daba material a la prensa que entre escándalos e indignaciones exponía al buen Anoop. Hasta aquí podríamos alinearnos entre los que defienden la privacidad o a las reivindicaciones de género condenando la prostitución y la trata pero el detalle es que el hindú era ni más ni menos que el responsable de la delegación del FMI que viajaba a revisar las cuentas de la Argentina, que vivía momentos críticos. Este heraldo fondomonetarista traía recomendaciones de austeridad y recortes a granel. Desde esa óptica entonces la conducta del ejecutivo generaba rechazo y condena. Con esos censores lidiaba América Latina por aquellos días y las recetas de ajuste que traían marginaban a millones de personas.
Supongo que también viene a cuento la frase de Bertolt Brecht:-“es más delito fundar un banco, que asaltarlo”. Nuestros vecinos, además de tener que soportar al licencioso Anoop, despertaron una mañana con los bancos cerrados.
Las instituciones bancarias dijeron “señores ahorristas: su dinero no está más”. Los bancos, sin salideras, ni armas de fuego, sencillamente evaporaron el dinero de sus clientes. Las más encumbradas instituciones bancarias se vaciaron. Las casas matrices se apresuraron a encontrar mecanismos para no respaldar a sus filiales argentinas, no haciéndose cargo del robo. En buen romance dijeron “señores clientes de bancos argentinos: la banca internacional privilegia obtener ganancias y si de pérdidas se trata, no nos compete, es asunto de ustedes, los argentinos”.
Estalló una gigantesca crisis en Argentina el 2001, saqueos de supermercados, manifestaciones enormes, muertos y desde que el presidente electo (De la Rúa) huyó en helicóptero desfilaron 5 presidentes en una semana (récord mundial de cambios), hasta que finalmente E. Duhalde se quedó con la banda presidencial hasta la normalización institucional.
Argentina entró en default y desde ese tiempo viene desarrollándose esta historia. El gobierno argentino, reencauzó hacia una economía productiva, con mayor intervención del estado, reestructuraron la deuda y fueron encontrando formas de pago con la mayoría de los acreedores (más del 90%). Como un solo ejemplo del desastre basta con decir que nacieron papeles moneda alternativos. Fueron varias las provincias que emitieron monedas propias (patacones, lecops), floreció el trueque como manera de intercambio, una suerte de vuelta a la Edad Media.
Compradores de deuda, parásitos que especulan se quedaron con más o menos el 8% de la deuda sin refinanciar y amparados en la “jurisprudencia internacional”, en este caso una corte en EEUU, pone en jaque la trabajosa estabilidad económica construida. El modelo neoliberal, la banca Internacional, el FMI y los “fondos buitres” como forma más nueva, sacuden la economía de Argentina. Pocos meses faltan para que expire la última traba posible para la consolidación de la restructuración de toda la deuda y que Argentina viene cumpliendo rigurosamente en sus pagos. Justamente entonces y a meses de sus nuevas elecciones presidenciales cayó este fallo. Así están nuestros vecinos, otra vez jaqueados por el capital especulador.
Me parece que no es un tema menor. Uruguay recibió las visitas de Anoop Singh, sufrimos también una feroz crisis financiera, también nos recetaron recortes y austeridad, la derecha en eso es muy homogénea (como las aspirinas y las 24 horas de cama para la gripe) siempre recetan lo mismo. Nuestro recorrido político y económico no ha sido el mismo pero cuando en el barrio cortan el agua o la luz, nos afecta a todos los vecinos. Por eso me parecen oportunas las palabras de Astori.
Por Walter Martinez Pisani
Columnista uruguayo
La ONDA digital Nº 677
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