El arte de gobernar
Caudillismo vs. Estructura de Gobierno
Ambos líderes del Partido Nacional, cada uno con su verbo, han reclamado al Gobierno nacional una actitud fuerte, firme y directa.
El Senador Jorge Larrañaga manifestó que el Frente Amplio y el Pit Cnt “le doblaron el brazo” al Presidente, por el decreto antipiquete, en tanto que el Senador Lacalle llamará al Canciller a Comisión por posición sobre Venezuela. Dijo, además, que se necesita o una «decisión firme» sobre la situación de la democracia en Venezuela, en el marco de la Organización de Estados Americanos. Sus palabras fueron estas: “Urge decisión firme”.
El caudillismo, que en realidad es herencia hispánica, da curso a su manifestación supuestamente criolla, del macho, subido a su caballo, que ni dobla el brazo ni muestra tibieza (¿?) al tomar una decisión.
En lo contemporáneo, ya no se utiliza esa versión decimonónica y totalitaria de gobernar, sino que se procura gobernar con y desde una estructura de Partido de Gobierno.
Entonces, es de recibo que el Presidente consulte o tenga en cuenta a las estructuras de izquierda que integran el Gobierno, ciertamente su Partido y, criteriosamente, a la central sindical, portavoz de los trabajadores, algo sustantivo en todo gobierno de izquierda, en el que el pueblo, desde lo social, es considerado.
Y no precisa el senador Jorge Larrañaga travestirse en Claudia Schiffer, Perderíamos a un hombre recio, a veces por demás rústico, pero honesto y digno adversario.
Venezuela en Sudamérica
La posición del Senador Lacalle sobre Venezuela y cómo el Uruguay debe reaccionar puede ser, “in extremis”, de recibo. Evidentemente, no está solo, otros políticos de la oposición piensan lo mismo, como las versiones más radicalizadas de la derecha regional.
Ahora bien, Uruguay siempre ha llevado adelante no sólo la no injerencia en los asuntos de otro Estado-Nación sino también tendido puentes, muy especialmente, en Sudamérica.
A ver, ¿qué es más importante?: ¿aferrarse a principios caros a todos nosotros y exigir, con voz alta, pública y sin medias tintas? ¿O acaso sea buscar salidas por medio de negociaciones discretas, pero firmes, en procura de destrabar posiciones peligrosamente antagónicas?
Dicho en buen romance: ¿Qué le es mejor para la propia Venezuela, como así también para algunos de sus vecinos, por caso Colombia y Brasil, así como el resto de los pueblos hermanos de nuestra América del Sur?
Es mejor, por inteligente, fraterno y decente, el buscar que retrocedan unos y otros del precipicio en el que se hallan y así propender al progresivo imperio de la paz con respeto a los Derechos Humanos.
Por último: ¿Quién gana con un estallido social en Venezuela? ¿Quién? ¿Y quiénes son los pueblos que arrastrarán consigo la indignidad de haber sido el brazo operativo de poderes extra región?
Breves crónicas de Héctor Valle
Historiador y geopolítico uruguayo
La ONDA digital Nº 809 (Síganos en Twitter y facebook)
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