“Algunas veces las redes sacan lo peor de la gente.
Otras, son un gran abrazo de empatía y sororidad.
” Fabiana Goyeneche.
Títulos tiene, dos, Escribana y Abogada. Sigue estudiando en la Facultad de Derecho y se la puede ver cualquier mañana subir por las escalinatas de la Facultad. También puede ser que te la encuentres en un ómnibus, cosa que me sucedió, no tiene auto. Le solicitás una entrevista y te recibe nomás en su despacho más bien chico, en un rincón de ese enorme edificio que es la Intendencia de Montevideo. Es Directora de un área que al asumir vio recortada sus tareas de trabajo y sobre todo su presupuesto.
Uno puede verla o compartir reuniones siempre con tono cordial, con corrección.
Esa misma muchacha hace no hace mucho encabezó una de las batallas conceptuales más importantes de los últimos tiempos en Uruguay, el NO A LA BAJA.
Una sociedad que se pone más y más conservadora, frente a la inseguridad y el miedo siempre apela a que haya represión, a más cárcel, a que las penas se endurezcan, sin embargo cuestionada por una generación de jóvenes, todos nos vimos interpelados y convocados a la reflexión. Nos embarcaron en una gran discusión conceptual y abstracta. Partieron de una voluntad mayoritaria claramente favorable a bajar la edad de imputabilidad y con su acción constante, inteligente y sobre todo conceptualmente reflexiva lograron dar vuelta la opinión generalizada. Una enorme multitud se convocó en la Plaza Independencia, para festejar.
Fabiana Goyeneche y Federico Barreto fueron los portavoces, fueron caras visibles de una de las pocas épicas convocantes de la sociedad.
De esa mujer hablan las redes, una serie de feroces comentarios, comparaciones hasta con el ¡¡Goyo Alvarez!!Francamente deberíamos escandalizarnos y rechazarlos.
¿El origen de todo esto? La acción de la Intendencia, desde su área, por un pizarrón que contenía un texto discriminatorio. El hecho en sí mismo es discutible. Personalmente me parece un poco exagerado que se haya sometido a tamaña exposición. Quizás que el hecho lo haya divulgado Rodrigo Arim, destacadísimo intelectual haya colocado el tema en primer plano. Por mi parte digo que tenemos indignaciones selectivas. Diariamente escucho a Darwin decir disparates monumentales, me divierto sin que por ello lo condene por sus parlamentos a todas luces humorísticos.
Cuando vi la frase no la asocié, pero cuando se hizo público a que hacía referencia, francamente me pareció una humorada sutil. Recomiendo la película de Tarantino, “Los ocho odiosos”, recordé el cartelito que estaba en la puerta de aquella cabaña solitaria en medio de la nada y me sonreí.
Podría decir que el tema debió resolverse de otra manera, pero algo que nos debe llamar la atención es lo que provocan las redes sociales. La explosión agresiva sobre una mujer política, joven de izquierda es muy llamativa. Primero porque ni siquiera es la primera vez, Fabiana Goyeneche ha recibido amenazas sistemáticas, violentas, soeces, durante la campaña del NO A LA BAJA, no parece ser éste un marco para nada similar y sin embargo dio lugar a “que saliera lo peor de la gente”
Un joven del P. Nacional, es uno de los que lanza comentarios más lamentables. Una lástima que los partidos tradicionales renueven sus cuadros políticos con jóvenes que son capaces de decir tamaños disparates.
De cualquier manera, la inmediatez que permite las comunicaciones de hoy y la redes sociales habilitan a que transformemos hechos pequeños en grandes batallas mediáticas. Aquí estoy yo mismo poniéndole letras al asunto.
Desde mi lugar no es más que obligación indispensable de solidaridad para alguien a quien conozco quiero y respeto. Pero como colectivo social deberíamos interpelarnos más.
Sucesos tremendos nos rodean y el mundo que cada vez es más una aldea global, se interna en lo que la ONU, define como la tercera guerra mundial. El poder bélico es infinitamente superior al de la segunda guerra mundial y que costara treinta y cinco millones de vidas.
Asistimos con naturalidad a que los misiles vayan y vengan. A que la madre de todas las bombas destruya las mismas bases, que los mismos dineros con que se hizo la bomba, construyó. Así dicho es solo un juego de palabras, pero se esconde un rumbo dramático que estamos recorriendo como humanidad.
Aquí, mientras tanto, un comercio escribe una humorada en un pizarrón presumiblemente discriminadora, las redes, los intelectuales y periodistas desatan un feroz debate sobre el hecho y una vez más Fabiana Goyeneche es insultada con ganas.
Tengo la impresión que algo no anda bien por nuestra tierra.
Por Walter Martinez
Columnista uruguayo
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