Apología de los indignados

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La rebeldía como intrínseca expresión de ideologías libertarias en tiempos de fuerte hegemonía del mercado y escepticismo colectivo, es la temática que recorre “Trilogía de la revolución”, el libro del joven y premiado dramaturgo uruguayo Santiago Sanguinetti, que acaba de publicar Editorial Estuario.

Este volumen contiene tres obras de teatro que desacralizan el discurso político y aterrizan en realidades ambiguas: “Argumentos contra la existencia de vida inteligente en el cono sur”, “Sobre la teoría del eterno retorno aplicada a la revolución en el Caribe” y “Breve apología del caos por exceso de testosterona en las calles de Manhattan”.

Las tres piezas, que naturalmente fueron representadas en las tablas, están ahora reunidas en un ejemplar único impreso que puede ser leído sin un orden predeterminado. Por más que las historias sean independientes, el disparador temático siempre es la revolución, en tanto paradigma de cambio o bien radical modificación de las pautas de convivencia de las sociedades contemporáneas.

TRILOGIA DE LA REVOLUCION

Por supuesto, este concepto, arraigado hace más de dos siglos en el imaginario histórico a partir de nuestra épica emancipadora y de las guerrillas de las décadas del sesenta y el setenta del siglo pasado, tiene en la obra de Sanguinetti un abordaje realmente peculiar.

Partiendo de la premisa que el teatro por su estética y singularidades es ya de por sí generador y constructor de utopías, la obra del autor tiene un fuerte componente irónico, que demuele mitos y prejuicios sin caer en el agravio o la eventual descalificación.

En ese contexto, los propios títulos de las propuestas teatrales anticipan esa mirada deliberadamente desdramatizada que reflexiona sobre las tensiones ideológicas que siguen atravesando a la sociedad del presente, pese al nuevo mapa geopolítico nacido de la descongelación de la guerra fría.

No en vano algunas situaciones y personajes -que tienen a la sazón una impronta jocosa- revelan las radicales contradicciones y disfuncionalidades de la condición humana.

Esta confusión es precisamente la que aqueja a los personajes de “Argumentos contra la existencia de vida inteligente en el cono sur”, cuyos protagonistas son cuatro jóvenes amigos que se proponen perpetrar un atentado en la Facultad de Humanidades, en el marco de una presunta acción revolucionaria.

Por supuesto, sus proclamas rayan en lo absurdo, ya que, mientras esbozan demandas radicales como la socialización de la propiedad de la tierra y el irrestricto acceso a libertades habitualmente restringidas por el orden burgués, cierran su discurso con un enfático “Viva Cristo Rey”, que remite al más recalcitrante pensamiento conservador.

Esas ambigüedades están también condensadas en “Sobre la teoría del eterno retorno a la revolución en el Caribe”, que narra la traumática peripecia de cuatro cascos azules uruguayos que integran la fuerza de paz de la Organización de Naciones Unidas en el martirizado Haití.

En este caso, no es casual que Sanguinetti incursione en un tema que ha generado agrias controversias incluso hacia la interna del oficialismo frenteamplista, por el permanente cuestionamiento de algunos sectores de la izquierda a la presencia de soldados compatriotas en esa castigada nación caribeña.

En este caso, este teatralizado relato desnuda la violencia extrema de esta escenografía de tragedia, sin soslayar oportunas lucubraciones sobre el colonialismo y el sometimiento y apelaciones de humor negro.

En tanto, el elemento articulador de la tercera pieza, titulada, “Breve apología del caos por exceso de testosterona en las calles de Manhattan”, es evidentemente la alienación.

El propio título de la obra, que refiere explícitamente al caos como sinónimo de desorden, también puede ser leído como la destrucción de un orden caduco y el amanecer de un nuevo statu quo de convivencia.

Naturalmente, no es casual que esta peripecia sea precisamente ambientada en una sociedad alienada y enferma de violencia por razones de génesis siempre multicausal, aunque profundamente conservadora y de talante mesiánico e imperialista.

Los tres títulos, que están naturalmente impregnados por una rampante ironía acorde con la impronta de un creador inteligente, inquieto y rupturista, aluden a pensadores revulsivos como Marx, Hegel, Lenin y Ernesto “Che” Guevara, sin soslayar a Nietsche, Mariátegui y hasta a Quijano y Sandino Núñez.

“Trilogía de la revolución” es un auténtico manifiesto contra el conformismo, que reflexiona sobre las angustias e incertidumbres que caracterizan a un tiempo histórico de indignación colectiva.

Por Hugo Acevedo
Periodista y crítico literario

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