El militante y fotoperiodista Facundo Molares fue muerto el jueves 10, aplastado en una carga de la policía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires contra una manifestación pacífica en las cercanías del Obelisco porteño. Nueve organizaciones defensoras de los derechos humanos afirman que el hecho es significativo de la reimplantación de la pena de muerte de hecho en la Argentina.
“El feroz e irresponsable uso de la fuerza aplicada en la represión que culminó con la muerte de Facundo Molares Schoenfeld no es un hecho aislado y obedece al desprecio que el gobierno de la Ciudad tiene por la integridad física y la vida de las personas que reclaman en el espacio público”, expresa el comunicado conjunto.
La exigencia de “una profunda investigación de lo sucedido”, fue respondida de inmediato por la fiscal Marcela Sánchez, que inició una investigación por «averiguación de causales de muerte», decidió apartar a la Policía porteña del caso y pidió los videos de las cámaras de seguridad de cercanías del Obelisco, en la Plaza de la República, donde se produjeron los hechos. Además, notificó que se dará curso a las declaraciones testimoniales para establecer quiénes fueron los efectivos de las fuerzas de seguridad que participaron de la represión de esta tarde, y que según denunciaron «mataron a patadas en el piso» al trabajador de prensa.
Tanto el jefe del gobierno porteño Horqacio Rodriguez Larreta como su ministro de Seguridd Eugenio Burzaco respaldaron el accionar de la fuerza policial y atribuyeron la muerte a “una descompensación”.
Por Sabrina Speranza
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