Brasil: presidente de la Cámara e iglesia evangélica acusados de corrupción

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En una nueva vuelta de tuerca en las investigaciones sobre el pago de propinas multimillonarias a políticos en Brasil, la Procuraduría General de la Republica acusó al presidente de la Cámara, Eduardo Cunha, de haber recibido cinco millones de dólares de una empresa coreana que negociaba con la brasileña Petrobrás servicios para la extracción de crudo.

Parte del dinero recibido fue depositado en una cuenta de la iglesia llamada “Asamblea de Dios”, ala que pertenece Cunha. Según la Procuraduría hay pruebas lo suficientemente claras como para acusar al presidente de la Cámara y también al senador y expresidente de la República, Fernando Collor de Mello, el mismo que fue destituido por el Congreso en 1992 por actos de corrupción.

La decisión podría ser clave para el desarrollo de la crisis política brasileña en la que Cunha ha adoptado un papel protagónico al decidir alejarse del gobierno de Dilma Rousseff y transformarse, de hecho, en pieza clave de la oposición.

6 Gilberto-Lopes-costa-rica-2Cunha promovió una serie de proyectos que multiplicaron los gastos públicos, a contramano de la política de ajuste fiscal que el gobierno trata de promover y despejó el camino para una votación expedita por el congreso de las cuentas de la pasada campaña electoral de la presidente, cuyo resultado podría dar paso al impeachment o la destitución de la actual mandataria.

La decisión de la Procuraduría hizo a un analista de la política brasileña recordar que “fríamente, hay que repetir, para no olvidar: el partido está en pleno desarrollo. Y, en ese proceso, el formato de las nubes cambia todos los días. Hoy el tiempo no está bueno para Cunha y para la Iglesia Universal del Reino de Dios. Pero mañana…”

No al golpe
El pasado domingo 16 de agosto la oposición salió a las calles para reiterar el pedido de impeachment contra la presidente. Dos días después el expresidente Fernando Henrique Cardoso, del conservador Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) saltó a la palestra, con un sorpresivo texto en su página de Facebook: –Si la propia presidente no fuera capaz de un gesto de grandeza (renuncia o reconocimiento claro de que se equivocó y señalar los caminos para la recuperación nacional), asistiremos a la desarticulación creciente del gobierno y del congreso, a golpes de ‘Lava-jato’ (que es como se conoce la trama de corrupción de Petrobrás que está siendo investigada por la justicia).

Sobre la manifestación opositora estimó que lo más significativo fue “la persistencia de un sentimiento popular de que el gobierno, aunque legal, es ilegítimo. Le falta la base moral, corroída por sinvergüenzadas del lulopetismo”.

Cardoso se sumó así a los que, en su partido, quieres en fin del gobierno de Dilma, una posición que no es compartida por todos en el PSDB.

Pero, además, se suma a la nueva orientación de los dardos opositores, apuntados a partir del domingo hacia ex expresidente y principal figura del PT, Lula. En el congreso, representantes del partido estimaron “irrelevante” el debate sobre si la manifestación habría sido mayor o menor que las dos anteriores, sino que habría dejado claro que “el país va, de forma irreversible, hacia un cambio”.

En su editorial, el diario “O Globo”, también expresión de los sectores conservadores del país, titulaba: “El ajuste del foco en las manifestaciones”.

Al lado de Dilma y del PT –agregaba– “Lula gana destaque como objetivo de las protestas, mientras crece el apoyo al juez Sergio Moro y al combate a la corrupción”. Moro, encargado de las investigaciones del “Lava-Jato”, fue figura destacada en los carteles de la manifestación opositora.

Los robos más grandes son legales, debemos repensar qué mundo queremos dejar a nuestros nietos pues estamos robándoles su futuro. Por Ernesto Ruiz Ureta. Leer Aquí

Mucho más importante que la discusión sobre el número de participantes (se estimaron en 800 mil en todo el país, un tercio de los 2,5 millones que participaron en las protestas en marzo pasado), O Globo destacó el “ajuste del foco”.

Lula, el nuevo foco
“Además de Dilma y del partido, el expresidente Lula entró en la zona de tiro de las protestas, todo indica que como resultado del hecho de que haya comenzado a ser citado en la cola de las investigación de la Operación Lava-Jato y sus diversas etapas –las cuales, al que parece, todavía no se agotaron”.

Con la investigación en pleno desarrollo, el gobierno y los diversos partidos políticos involucrados tienen poco control sobre lo que pueda surgir de las investigaciones. En particular, temen el resultado de la aplicación de lo que, en Brasil, se llama “delación premiada” y que permite a los acusados lograr importantes reducciones de sus condenas si cooperan de manera efectiva con la Justicia. En realidad, fue precisamente una de esas delaciones las que permitieron acusar a Cunha, quien niega cualquier responsabilidad en actos de corrupción.

Los “disparos” contra el expresidente Lula (que no está acusado judicialmente de delito alguno, ni de participación en la trama del Lava-Jato) apuntan a un cambio en la estrategia opositora orientada a poner fin a los cuatro mandatos del PT en Brasil.

Sin descartar el impechament, aunque, por ahora, reconocen no existir las condiciones para eso, la campaña contra el PT tiene en el “Lula inflado” un nuevo tema de propaganda.

Se trata de un enorme muñeco con la figura del expresidente vestido con el uniforme a rayas de presidiario, que los manifestantes exhibieron en Brasilia y al que, luego, los medios de oposición hicieron especial referencia, multiplicándolo en las redes sociales.

Ahí se puede leer, entre otras, frases como esta: “La caída de Lula debe ser acompañada de la caída de Dilma (no importa el orden) y de la extinción del PT”, expresión de un clima, en Brasil, que algunos recuerdan pidiendo el retorno de los militares, que en 1964 tomaron el poder e implantaron una severa represión a los opositores.

Apoyo
En medio de ese clima enrarecido, el jueves 20 los manifestantes salieron nuevamente a las calles para rechazar el clima golpista.

La convocatoria, firmada por organizaciones como el Movimiento de los Trabajadores sin Tierra (MST), la Central Única de Trabajadores (CUT) y la Unión Nacional de Estudiantes (UNE), tenía diversos objetivos, entre ellos oponerse al ajuste fiscal que el gobierno de Dilma propone. “La salida es por la izquierda”, reivindicaban.lula

La presidente de la UNE, Carina Vitral, destacó que la destitución de la presidente sería “un golpe a la democracia”.La senadora Fátima Bezerra, del PT, rechazó los pedidos de renuncia de la presidente o los intentos de votar su destitución y señaló que el objetivo era el fortalecimiento de la petrolera brasileña Petrobrás, la implantación del Plan Nacional de Educación y la consolidación de los conquistas sociales que caracterizaron los primeros gobiernos del PT.

Pero las críticas a la política económica del actual gobierno, incluidas en la convocatoria, no gustaron al PT, partido que decidió no firmarla.

Con la economía entrando en recesión –las cifras del primer trimestre del año indican una reducción de 0,2%– en un proceso paulatino pero que dura ya cuatro años de un crecimiento cada vez más reducido, los márgenes de maniobra del gobierno también se reducen, agravado por las denuncias de corrupción aun en pleno desarrollo sin que se pueda predecir a quienes más van a involucrar.

Brasil se suma así a una turbulencia política que se extiende por América Latina, con los gobiernos progresistas enfrentando diversos desafíos, sin que el conservadurismo que se le opone tenga mucho más que ofrecer, además de la política privatizadora de la época neoliberal. Lo que genera una crisis política cuya salida está en discusión.

Por Gilberto Lopes en Rio de Janeiro / escritor y politólogo.
gclopes@racsa.co.cr

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