De cada quien según su capacidad a cada quien según su necesidad
Al término corrupción lo podemos encontrar en su origen etimológico en el latín. En concreto, emana del vocablo “corruptio”, que se encuentra conformado por los siguientes elementos: el prefijo “con-“, que es sinónimo de “junto”; el verbo “rumpere”, que puede traducirse como “hacer pedazos”; y finalmente el sufijo “-tio”, que es equivalente a “acción y efecto”.
Me parece que habrá que pensar mucho e hilar fino. Imaginar una sociedad donde la gente naturalmente aporte lo que sabe y puede y reciba lo que necesita parece una utopía que no sirve ni para caminar como decía Fernando Birri y popularizaba Galeano.
Suena más bien a fábula de Alicia en el País de las Maravillas.
Luego de una década progresista y de izquierda, según se mire y en donde, como por arte de magia o como gripe inmune a toda vacuna los gobiernos se ven jaqueados por la derecha y con una sola palabra, corrupción.
Parece ser que esta simple palabra exorciza demonios programáticos, redistribuciones de riqueza, programas sociales, proyectos productivos y educativos. Todos los índices que en América hicieron un tiempo con menos inequidad de un plumazo, sin siquiera tener la necesidad de elaborar un programa alternativo, casi sin mayores obstáculos coloca contra las cuerdas o cuestiona seriamente a los gobiernos progresistas.
La derecha desplazada, vuelve renovada. Inmunizada de recuerdos, sin pasado. Con su larga historia de entrega, endeudamiento, ventas escandalosas de patrimonios públicos y sin una sola idea novedosa que los respalde, aún así, se lanzan como cruzados épicos en la defensa de la libertad y contra la corrupción.
Podría hacer una larga lista de datos que hablaran de Macri, o podría recortar y pegar de un reciente artículo que leí donde en Brasil desde que gobierna el PT, se han realizado investigaciones, se han descubierto ilícitos y procesado gente como pocos gobiernos. Como contrapartida podría apelar a los interminables índices que esta década americana ha traído a favor de los humildes.
Pero eso conformaría a mi opinión en realidad lo que me llama la atención es la facilidad con que la derecha continental nos coloca a la defensiva.
Casi inofensivamente respiramos aliviados cuando avanza el proceso que termina con altos miembros de la FIFA, presos por corrupción. ¿Quién lleva adelante este proceso?, la justicia norteamericana. La misma justicia omisa o tibia para juzgar a los responsables de la burbuja inmobiliaria del dos mil ocho y que provocó una crisis mundial de las finanzas. Sin dudas una clara dualidad de criterios. La misma justicia americana que operó a favor de los fondos buitres y en contra de la Argentina, recientemente. Podría agregar un rosario de arbitrariedades y abusos del gendarme del mundo, EEUU, pero en este caso hago énfasis en el gran escenario montado para un gran escándalo que es muy funcional a la situación política actual. La lucha contra la corrupción. Francamente que delincuentes de traje y corbata vayan presos no me quita el sueño, o en realidad lo aplaudo, pero francamente soy escéptico en cuanto al saneamiento de la FIFA y sus procedimientos.
Veo en este asunto, una gran vidriera luminosa donde “la corrupción” descubierta es perseguida. Muy funcional a las consignas de la época. Transparencia, lucha frontal contra la corrupción, objetivos que las ciudadanías del continente fácilmente identifican como valores compartibles.
Me sorprende realmente nuestra poca capacidad de respuesta, como de un plumazo, en nada, lograron sepultar la trabajosa agenda de derechos instalada, las políticas proteccionistas que ayudaron al continente a quedar protegido contra la crisis global. No creo que se haya cambiado sustancialmente la correlación de fuerzas continentales. Creo que las sociedades se han agrupado claramente en torno al pensamiento conservador y al progresista o de izquierda y que un fragmento menor, pero importante, el que inclina en esta situación para un lado o para otro es el que influenciado, cambia el fiel de la balanza.
¿La izquierda no tiene respuesta para esto? ¿Vamos a dejarnos arrinconar políticamente con consignas carentes de proyectos o en realidad peor y más siniestro, de proyectos escondidos?
Me parece que llegó el tiempo de la audacia, de formularnos caminos de profundización democrática, de mayores conquistas de equidad, género y justicia. Ya no alcanza aceptar como fatal los ciclos donde cuando la economía se retrae las libertades también. Porque a nadie le queden dudas, los modelos conservadores, las derechas siempre restringen las libertades.
De repente quizás estemos en tiempo de darle caminos específicos al de cada quien según su capacidad a cada quien según su trabajo y la vieja formulación marxista encuentre pensadores y actores capaces de conjugar esto con libertad ,equidad y nuevos paradigmas, donde la humanidad sea capaz de nuclearse para defender el ambiente, la paz, los recursos naturales.
La vida es compleja, cambiante sin dudas, pero pueblos y gobiernos tienen necesidades comunes, el mundo global reclama soluciones globales, grandes encuentros de “bloques de nuevo tipo” sociales y políticos, donde las agendas comunes desplacen a las viejas recetas.
Loa giros a la derecha no son fatales ni obligatorios.
Por Walter Martinez
Columnista uruguayo
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