Antes de escribir esto el título que tenía pensado era “perdimos una buen oportunidad” y estaba referido a la realización del último Plenario Nacional del FA donde se iba a discutir los pedidos de ingresos al Frente Amplio. En particular pensaba hacer mención a Casa Grande. La falta de quórum para discutir justamente era como lo definía el título, pero francamente las cartas públicas que cruzaron Mujica y Astori se robaron el centro de atención.
Nadie puede negar y nuestros dirigentes se encargan con claridad de ello, en el Frente Amplio conviven diversas miradas. Siempre ha sido así. El factor, o en realidad, los factores que resolvieron esto fueron el programa común que siempre fue límite y horizonte de nuestro rumbo, la permanente discusión, la madurez política que eso conlleva, ya que discutir en profundidad y con seriedadpero sin perder de vista donde están los límites para saber dónde finalizar. Justamente creo que la sabiduría de conjugar esto transformó una dificultad real en una fortaleza y característica del Frente Amplio. Ese fue uno de los rasgos distintivos que lo ha hecho experiencia singular en el mundo. En su origen que el PDC y el PCU, fueran fuerzas políticas integrantes era un hecho novedoso, tanto, que en el mismo momento, cerquita nomás, en Chile, ambas fuerzas adoptaban caminos bien distintosy ocupaban frente al gobierno de la Unidad Popular de Allende posturas contrarias.
No debería escapar a nuestros epistolares dirigentes las consecuencias más inmediatas de sus cartas. Ambos tienen votos sectoriales que los respaldan, sus intervenciones alinean indefectiblemente a los frenteamplistas detrás de una u otra carta y por ende, la discusión se multiplica, se amplifica, se ramifica, se enriquece con antecedentes de otros conflictos anteriores.
Hasta a mí me cambió las letras, las de hoy pensaba dirigirlas hacia mi preocupación por la falta de quórum del Plenario del FA. Sin embargo aquí estoy siguiendo la huella de las cartas que fueron y vinieron y los ponchazos que andan revoleándose y que según los escritores no sirven para arriar a ninguno de los dos.
Por mi parte diré que como me preocupan los vientos que soplan por América del Sur, la sospechosa coincidencia de la derecha continental usando como eje de campañas la temida palabra “corrupción”y resuelve haciendo innecesario cualquier programa que explique que van hacer cuando lleguen al gobierno. Por supuesto que corruptos no, eso lo aclaran de manera terminante y creo que lo único que no supieron hacer fue formar tribunales de honradez probada para que certificara lo inmaculado que serán sus acciones.
En ese contexto nuestros dirigentes se encargan simplificar temas complejos al hacerlos públicos a manera de reproche, deslizando además inexactitudes que hacen difícil discernir el objetivo político de las misivas.
Me parece que en el tema Ancap, como en el de Pluna antes, o en el de Antel hay enfoques ideológicos que pensar o discutir. No será por los efectos colaterales que podremos entender estos temas.
En primer lugar todos los frenteamplistas le asignamos a nuestras empresas públicas un rol esencial en el modelo de gobierno y rumbo económico de nuestro país. Más allá de lo exitoso que hayan sido los gobiernos frenteamplistas y dejando de lado la discusión de si viento de cola o a favor de la economía mundial lo que es incuestionable es que las empresas públicas jugaron un rol esencial. No es lo mismo para un Estado y para un gobierno tomar medidas económicas, planificar desarrollo o simplemente tomar medidas para defender el consumo si se tienen empresas estratégicas o no. Si éstas son privadas el peso específico del gobierno y su capacidadnegociadora o de incidencia se limita.
No sería posible haber tenido una política exitosa si no hubiéramos tenido una gestión general, incluyendo a los entes, buena. ¿Esto excluye haber errado?, no para nada, los problemas fueron varios con resultados evidentes, pero lo que sí es ideológico o político en primer lugar es el privatizar las pérdidas, socializando las ganancias o peor también privatizando los éxitos. Poco bien le hace a nuestra historia de unidad en la diversidad.
Pero yendo a lo que me parece central, a nuestros entes autónomos,¿se corresponde a estos tiempos o está bien que sean entes autónomos? A la luz de experiencias internacionales el aumentar la centralidad de las decisiones de conducción sobre los mismos ¿es acertado? ¿o aumentará la centralidad ejecutiva en pocas manos?.
Si el déficit de Ancap le hace inviable su funcionamiento es sin dudas un error en su política, ahora bien ¿cuantos miles de trabajadores tiene Ancap? ,¿Cuantos salarios y puestos de trabajo asegura?¿Cuánto IVA, recauda para el Estado?, ¿cuantas veces es factor de amortiguación en los precios cuando absorbió las subas constantes de petróleo que no hace mucho nos afectaba?
¿Tapo con estas preguntas los problemas o los errores? Para nada, sostengo que es ideológico, de programa y político lo que si debe discutirse. No comparto con Astori cuando reafirma que Ancap es una empresa. Es una empresa sí, pero del Estado, su rol es distinto a una empresa privada. Tenemos para las empresas privadas políticas de “seducción” facilidades para que inviertan, ventajas impositivas, atención permanente al rumbo de la economía para que sus ganancias sean incentivo para que inviertan y no cierren, pero esto muchas veces se hace posible porque el Estado uruguayo tiene en sus empresas públicas una herramienta que le da fortaleza económica, capacidad y respaldo para la acción política.
Dicho esto, tomo partido por Mujica, ¿no, para nada? No me gusta que se victimice y la verdad confió mas en que Astori haya hablado en el Consejo de Ministros haya hecho, pero no es lo relevante.
En las batallas por los Entes Autónomos fuimos abanderados de su defensa, la derecha fue y es privatizadora, entiende distinto el rol del Estado. Estamos en un nuevo tiempo. El cuadro general del continente es adverso para las izquierdas y el progresismo. Desde esa perspectiva tenemos que abordarlo. Defendamos en primer lugar la herramienta más importante que tenemos que es el Frente Amplio. O sea compañeros dirigentes a guardar el poncho que estamos en verano. Discutir en profundidad nuestros errores, elaborar para esta nueva realidad las políticas adecuadas, pero sabiendo que sin el FA, no tenemos forma.
Por Walter Martinez
Columnista uruguayo
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