Decir que las incertidumbres han terminado probablemente no refleje la realidad. Es verdad que las mismas tendrán otra naturaleza, incluso más concreta, pues las incertidumbres que ahora se diluyen tenían fuertes aspectos jurídicos e ideológicos. Decir que terminaron es decir que las nuevas incertidumbres son de responsabilidad del nuevo Gobierno.
El manejo de la situación económica continúa ofreciendo incertidumbres en cuanto al control del gasto público y del déficit fiscal, bien como al comportamiento del PIB, del flujo de inversiones y, también, a la evolución del cambio. Esos problemas no son pocos y son de resolución delicada.
Las cuestiones políticas prosiguen con otro ropaje. El tipo de papel que el PSDB tendrá no está claro. La fragilidad de una alianza fue visible con la sorpresa dada por el Presidente del Senado en la cuestión relativa a los derechos políticos de la ex-Presidente.
Aparentemente, Renan Calheiros se entendió directamente con el PT y con la Senadora Kátia Abreu – y posiblemente también con el Ministro Levandowski – sin avisar a las cúpulas de su propio partido y de su “aliado”, el PSDB. La acritud resultante de la maniobra y sus implicaciones aun no se han definido. Los tucanos serán colaboradores desconfiados y posiblemente reticentes. Las elecciones de octubre próximo, a su vez, podrán traer nuevas dificultades a los acuerdos políticos que el Gobierno tiene que buscar.
Me parece que Eduardo Cunha no podrá beneficiarse de lo precedente pues, al contrario de Dilma Rousseff, él, al perder su mandato, caerá en dentro del alcance de la ley de borrón y cuenta nueva. Renan Calheiros, a su vez, mostró que tiene control sobre una parte sustancial de los senadores del PMDB y que el grupo “oficial” del partido no le será fácil controlarlo.
El equipo de la “Lava-Jato” continuará próximo a la Procuraduría General y a la opinión pública. No imagino que el Supremo, bajo el comando de la Ministra Cármen Lúcia, tendrá celo menor que el actual con relación a las prácticas de corrupción. La situación de los corruptos continuará siendo precaria y el desgaste de la clase política persistirá.
Es importante resaltar también que la crisis política con los países da América del Sur, entre ellos el Uruguay, viene asumiendo un papel más visible y hasta cierto punto sorprendente para nuestro Gobierno y para el país como un todo. Gracias al papel unificador y pacificador que siempre hemos ejercido, el Brasil no vive una situación así hace más de 150 años.
Por José Viegas 1
Embajador jubilado y ex Ministro de Defensa del Brasil
Artículo traducido por Héctor Valle
La ONDA digital Nº 785 (Síganos en Twitter y facebook)
(Síganos en Twitter y Facebook)
INGRESE AQUÍ POR MÁS CONTENIDOS EN PORTADA
Las notas aquí firmadas reflejan exclusivamente la opinión de los autores.
Otros artículos del mismo autor: