Si transformara al “gordo” Platero en emprendimiento comercial seguro que le hago sombra a Wikipedia. EL riesgo de realizar una consulta telefónica con el gordo es grande, uno puede hasta sospechar que está con algún arreglito con Carolina Cosse (Antel), porque basta una consulta para que entre contextos, anécdotas y definiciones pasen muchos minutos, divertidos, informados pero de enorme beneficio para Antel. Sugiero consultarlo tomando mate, llamarlo telefónicamente es un peligro para cualquier economía.
En recorridos de la mente andaba con el asuntito este del fascismo cuando recordé un viejo libro de Jack London, El talón de hierro, recreaba o imaginaba, por así decirlo, una especie de forma autoritaria que muy bien podría compararse con el fascismo. Ese libro fue escrito a principio del siglo XX, lejos estábamos aún de Hitler, Mussolini y el fascio como emblema. Sin embargo, las expansiones comerciales, los aumentos de producción y búsqueda de mercados, ya provocaban sacudones políticos que eran campo para la literatura.
Por el llamado telefónico a mi oráculo de referencia (Platero.com) me enteré que el autor, al que yo solamente lo imaginaba por Alaska y corriendo detrás de Colmillo Blanco (otra de sus fantásticas novelas) en realidad también fue periodista y hasta cubrió como corresponsal la guerra Rusia – Japón.
Los enormes cambios económicos, provocaron sacudones políticos y sociales de magnitud, la tecnología que hoy veríamos como primitiva en la primera parte del siglo XX, revolucionaba la vida. Vivimos la primera gran guerra mundial. La revolución bolchevique dio un giro novedoso del curso de la historia. El ascenso de Hitler y Mussolini en Alemania e Italia y el “fascio” como emblema, desembocaron en la segunda guerra mundial.
En aquel escenario se acuñó la definición de fascismo como caracterización de una etapa o de un período definido por Gorgi Dimitrov (1882 – 1949) quien, desde la tercera Internacional, proponía la formación de Frentes Populares para luchar contra lo que se definía como…. “la dictadura terrorista abierta de los elementos más reaccionarios, más chovinistas y más imperialistas del capital financiero.”
El capital especulativo de rápida multiplicación necesitaba de formas políticas que le hicieran propicio su desarrollo. Detrás de formas autoritarias y represivas enormes fortunas fueron a parar de unas manos a otras. Se desplomaron sistemas productivos enteros y los bancos se transformaron en los verdaderos árbitros del desarrollo.
De aquellos días, la represión, las formas autoritarias y el capital financiero quedaron emparentados y caracterizados como “fascismo” y el término, más que como adjetivo fué usado como definición.
En los setenta en América Latina “el fascismo”, vuelve a usarse y fue motivo de disputa de distintas fuerzas de izquierda. La pertinencia o no de usarlo para definir a las dictaduras se instaló como tema de debate. Más allá de la corrección o no de aquella definición (no es el motivo de la presente nota), lo que sí es claro es que las formas represivas, el autoritarismo y el capital financiero están estrechamente vinculados.
El liberalismo económico de Milton Fridman desde la “Escuela de Chicago”, las cartas de intención firmadas por los gobiernos dictatoriales de la época con el FMI que les permitía préstamos para obras de infraestructuras pero no habilitaban para emprendimientos productivos, aseguraron el endeudamiento de América. Es así como los bancos fueron los grandes beneficiarios y árbitros del período.
El renacer democrático trajo libertades y expansión de modelos productivos. Cuanto más progresistas o de izquierda fueron las formas políticas adoptadas por los países de América Latina, más diversas fueron las economías, renacieron fábricas, se multiplicó la producción. Con ello los bienes producidos empezaron a llegar a sectores que habían sido violentamente expulsados del sistema pauperizando a millones de personas excluidas.
Podría extenderme bastante más pero parece bastante claro que para que la libertad florezca, la economía debe ser productiva y con distribución inclusiva. Cuando el capital especulador prevalece o está en crisis, siempre recrudecen las guerras, las formas autoritarias y la represión.
Creo que la derecha reniega de su pasado, escondiéndolo. Los apellidos de los candidatos de los blancos y colorados están emparentados estrechamente uno, Bordaberry, con el golpe de Estado que terminó instalando el modelo neoliberal, el otro Lacalle, también podemos asociarlo claramente a los modelos neoliberales de gobierno. Curiosamente ambos candidatos juniors, hacen piruetas donde hablan poco de economía y se alejan de sus progenitores, como si el pasado no existiera. Sin embargo, la mona por más que se vista de seda…. ¡es de derecha!
No hay ningún ejemplo de restauración política de derecha que no tenga elementos regresivos, sino que nos baste mirar el ejemplo cercanos de Piñera en Chile.
Por lo dicho, un solo camino electoral es posible para la profundización democrática, un nuevo gobierno del Frente Amplio.
Por Walter Martinez Pisani
Dibujante y publicista
La ONDA digital Nº 676
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