“Omar Paitta, Héroe de la patria”

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Nuevamente los “autores anónimos” sacan a la luz, páginas de la historia reciente del Uruguay, Al igual que en “Gol del pueblo uruguayo”, ahora en “Omar Paitta héroe de la patria”, penetran en capítulos de la historia escondida de la resistencia popular a la dictadura cívico-militar entre 1973 y 1984. Lo hacen a través de 173 páginas, en 16 entrevistas a hombres y mujeres, la mayoría de los cuales son absolutamente desconocidos por el grueso de la población.

Porque “la reconstrucción de la lucha contra la amnesia colectiva es de primer orden. No es un elemento accesorio para la acumulación de fuerzas, ¡ Es central !. Hay un proverbio africano que dice que mientras los leones no tengan historiadores, las historias de cacerías seguirán glorificando al cazador”, apunta Oscar Andrade, Secretario General del SUNCA, en la página 160 del libro editado por el propio gremio de los obreros de la construcción para su reparto gratuito entre sus más de 40.000 cotizantes.

Entre remeras rojas
Pueblo Nuevo, un barrio popular de la ciudad de Las Piedras, un miércoles a las 14 horas, fue invadido por una multitud de remeras rojas con la inscripción de “Brigada Solidaria Agustín Pedroza-SUNCA”. Bajo un sol radiante cerca de 2000 obreros de la construcción rodearon un pequeño estrado en una calle llamada Paraguay hasta ese día. Se celebraba la fecha de nacimiento de Omar Paitta, el lanzamiento del libro sobre su figura y gesta, y la designación con su nombre de la calle que recorrió de alpargatas y overol aquel proletario que fue canillita, panadero, obrero de la construcción y parte sustancial de la resistencia clandestina a la dictadura hasta su apresamiento, tortura y asesinato en dependencias de la OCOA, un 21 de setiembre de1981.

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Entre los oradores, el Intendente Marcos Carámbula resaltó la necesidad “de ser concientes que la historia de los pueblos se construye desde la historia anónima de los trabajadores que construyen la historia. Ese es el gran sentido de este homenaje a un luchador. Omar Paitta vive y sueña con nosotros en los sueños de todos. Omar va a andar siempre con nosotros!”

Oscar Andrade en nombre del sindicato cerró la oratoria destacando la entrega y el sacrificio de aquellos hombres y mujeres que “día a día ponían el pellejo sobre la mesa para enfrentar a las bestias”. Hizo hincapié en la historia de vida de O. Paitta, obrero de la construcción, militante sindical y político, miembro de la Juventud Comunista y puntal de la organización del Partido Comunista en la clandestinidad. Dedicó un párrafo aparte a los “autores anónimos”, nombrándolos: Gonzalo y Gustavo Alsina, ex presos políticos, destacando que elaboraron el libro “sin recibir un peso” “siendo la labor de ambos, un ejemplo cotidiano en la batalla por la memoria”.

También Andrade resaltó “la alegría porque el nomenclator comience a respetar la lucha la historia de la lucha popular” y la “vergüenza” que produce la actitud de todos los ediles del Partido Colorado que al igual que los herreristas no votaron ni la instalación de la placa conmemorativa ni la designación de Omar Paitta a la calle otrora llamada Paraguay.

AIMAR: “Me siento orgulloso de él”
La oratoria habitual de Oscar Andrade en los actos de masas suele ser extraordinariamente coherente y revulsiva. Es un agitador nato, de mensaje claro y contundente. Pero esta vez no fue así. Su intervención, agredida por le emoción, fue vibrante pero entrecortada, pues le tocó bailar con la más fea: hablar después del breve mensaje que leyera el nieto de Omar Paitta. Un silencio estremecedor se apoderó de la multitud conmovida por la palabra del joven estudiante de UTU. Muchas lágrimas empañaron muchos ojos.

“Para empezar, yo no conocí a mi abuelo. Desde que era un niño siempre me dijeron que él había desaparecido en la dictadura, lo cual era suficiente para mi en ese momento. Conforme fui creciendo, adquirí una mayor capacidad de entendimiento y curiosidad, entonces tanto mi madre como mi abuela y mis tías me explicaron más detalladamente que había ocurrido en la dictadura y con el tiempo saqué mis propias conclusiones sobre lo sucedido.

Hoy, en conmemoración de su nacimiento, quiero expresar lo orgulloso que me siento de ser nieto de Omar Paitta y recordarlo, no por su desaparición, sino por ser una persona que luchó por los demás, que intentó cambiar las cosas, que a pesar de la re-presión no se quedó callado y clamó justicia, incluso sabiendo las consecuencias que esto acarrearía. Por eso me siento orgulloso de él sin siquiera haberlo conocido. Quiero dar las gracias a la Intendencia de Canelones y al sindicato del Sunca por mantener viva la memoria colectiva”.

El libro
En el texto se brindan, sobria y contundente, hilos que permiten conocer parte del entramado de la telaraña de la resistencia popular.

En el testimonio de Graciela Fernández, viuda de Omar Paitta, madre de tres hijas y clandestina igual que su compañero durante largos años, emerge dura una vida de sacrificio y privaciones. Sin aflojes. Virtud aprendida sin dudas del ejemplo materno, Doña Idalina Pío, que al decir de Marcos Carámbula “aguantaba lo que fuera. Tenía dos hijos panaderos. Ayudaron dentro de las dificultades a Omar y a Graciela. Yo no sé como vivían los funcionarios del Partido en esa época, pero no era fácil del punto de vista del sustento. Idalina murió a los noventa años, comunista, comunista de a pie. Jamás me pidió un peso!, jamás! Idalina fue el sostén de muchos comunistas y en particular de Omar y Graciela. Como hacia no lo sé. Ella andaba con su bolsita…siempre estaba trillando y haciendo política, permanentemente”. En el acto reseñado, Marcos relató también que en “la bolsita” siempre iba “Carta” (el órgano del clandestino partido) y variados materiales de información.

En otra de las entrevistas, Carlos Aguirre Zabala, compañero y amigo de Paitta desde los años 60, con quién vivieron y militaron en la clandestinidad, destaca el papel relevante de la esposa del desaparecido. “Lo de Paitta fue heroico”, tanto como “lo de la compañera que estuvo al lado de él, en todos esos años, criando a las gurisas”…,” ¡ella también fue una protagonista!, en todo lo vivido, como el de tantas compañeras”. Agrega que en las casas donde se radicaron “nunca tuvieron ropero. Graciela lavaba la ropa de las tres gurisas, la secaba, la planchaba y la guardaba en la valija, siempre con la valija pronta!”. “Una noche llega Omar, nos dice que había caído alguien, y nos vamos petisa. Agarraron la valija, tomaron a las niñas de la mano y se fueron”.

En los subterráneos de la libertad se movieron hombres y mujeres en las mas difíciles condiciones y realizando tareas legales para ilegales, o sumergiéndose en el mundo de la clandestinidad. José Bruzzone, bancario, oriundo de Canelones, trabajando en Montevideo, atendía políticamente a camaradas del “santoral” y de la Costa de Oro. Su contacto era el perseguido Omar Paitta.

Pero el Pepe Bruzzone tenía otras responsabilidades como por ejemplo alquilar casas para los ilegales.”Para Paitta, tres o cuatro veces”. En el detalle del como se conseguían las casas, se destaca la participación activa de gentes que, sin tener compromisos partidarios, hacían gestiones en inmobiliarias, salían de garantías, colaboraban financieramente. Intuían de que se trataba. Y las hacían igual, a pesar de la crudeza de la represión. Raúl Lagos militante comunista de Canelones desde fines de los 60, trabajó siempre como mozo de bar. En el año 75, quedó desenganchado de la organización hasta que el azar lo hizo encontrar con O. Paitta, ya clandestino quién lo encuadró nuevamente en la militancia. Sus distintos lugares de trabajo fueron puntos de contacto o buzones para propaganda o entrega de dineros. Además, alquiló casas para los perseguidos, donde gente que intuía de que se trataba facilitaba las cosas. Así, un escribano con estudio en la Ciudad Vieja, primo de J. Pacheco Areco, salió de garantía para rentar una casa en Melilla. Allí convivieron las dos familias. “Once mudanzas hicimos!, once mudanzas en todo el período de la dictadura,..,con los chiquilines, con él, con la Petisa Graciela y todos nosotros”

Los cambios de vivienda ante cualquier peligro significaron una constante, pero debe resaltarse que muchas de las casas donde habitaron los protagonistas de la resistencia, nunca fueron descubiertas por los servicios de la dictadura, resultado de la seriedad del trabajo clandestino y del heroísmo de compañeros de gesta que soportaron las torturas sin largar prenda.

Pepe Bruzzone aborda el tema de la confianza entre los camaradas y la firmeza de los cuadros, según Omar. “Paitta me dijo cuando cayó León Lev, que tenía confianza en él. Con ese hombre no hay problema. Ese hombre no canta. Es muy duro en algunas cosas, pero firme. Cuando cae “la bruja” Pacella me dijo: cayó el secretario del Partido, pero quédate tranquilo que ese hombre aguanta. Omar Paitta me dijo que si él caía, lo iban a matar”.

A lo largo del libro aparecen hilos y más hilos de la telaraña de la resistencia. Desde los contactos de “Perico” Pérez Aguirre con Marcos Carámbula, de este con Germán Araujo, de Omar con Marcos. “Nunca dejamos de tener vínculos con el Partido, en esa transmisión heroica hasta llegar a Ramón Cabrera”, dice el actual Intendente de Canelones.

Y en esa larga lista de resistentes, ”los que no salen en las fotos” como los nombrados mas arriba, aparece “Pedrin” Graffigna, el futbolista, campeón con el Defensor del Profe De León, que en el año 1978 defendió a Rampla Juniors. En ese año, “Pedrín” ingresaba a la cancha con su mascota: Tania, la hija mayor de Omar Paitta. Graffigna sabía bien el símbolo que representaba aquella niña. Luis Blanco, otro hombre vinculado al deporte, pero como juez de futbol profesional, oriundo de Canelones y militante del P. Comunista desde los años 60 relata parte de su actividad clandestina en relación directa con Omar,”Javier” para el pito profesional. “Paitta iba al estadio, me transmitía algo importante y me dejaba materiales”, “Omar iba o a la puerta de la América por donde salíamos, o me esperaba en la puerta de la Olímpica, en el Estadio Centenario”.

Es muy difícil escribir una bibliográfica sobre tigres y proletarios.
Es más difícil cuando hay tanta vida en tan pocas páginas.
Es necesario leerlo.
Por los héroes.
Por la HISTORIA.

Por el Profesor Daniel Mañana

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