“El dinero es una cosa y otra la disponibilidad de la vacuna en tiempos de escasez”…“Quien recibe la vacuna en el mundo, será por supuesto una cuestión que crea lazos y nuevos recuerdos”. Expresiones de Angela Merkel el 26 de enero en el Foro de Davos en conferencia virtual, pidiendo una repartición justa de las vacunas contra la CoVid19 en todo el mundo, en un momento que se desarrolla una competencia entre países ante una insuficiente oferta de dosis. “Lo importante es tener una repartición justa …es que tengamos que optar por la vía multilateral y que el proteccionismo no resolverá los problemas sobre el acceso a vacunas “ Esto lo expresó en momentos en que su propio partido es criticado por la lentitud de la campaña de vacunación en Alemania, por la entrega insuficiente de dosis. Su ministro de Salud, Jeus Spahn, propuso que las vacunas y los insumos para producirlas que salgan de Europa requieran de una licencia para ser exportadas. De esa forma se podría garantizar una justa distribución de las vacunas producidas en Europa.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, se dirigió a las empresas farmacéuticas expresando: “ Deben mantener sus promesas y honrar sus obligaciones. Europa invirtió miles de millones para desarrollar las primeras vacunas… esas inversiones prometían un bien común verdaderamente global” Las enormes inversiones se destinaron a construir infraestructuras de investigación e instalaciones de producción y se hicieron para ayudar a desarrollar un bien global”. Todo ello ante el incumplimiento de las farmacéuticas en sus compromisos de entrega.
Esta temática, ya discutida hace varios meses en una asamblea general de la OMS en la que Merkel, Macron, Xi Jing Ping y el primer ministro de Corea del Sur, entre otros, abogaran con firmeza por el desarrollo de vacunas como bienes de dominio público de la humanidad. Resulta un espectáculo inmoral lo que está sucediendo en el mundo con las vacunas. El capitalismo salvaje juega con la vida de las personas, como siempre lo ha hecho. Es un sistema perverso en el cual los pocos dueños megamultibillonarios de las gigantescas corporaciones sacan cuentas de la plata y sabiendo perfectamente las cuentas de las vidas, se guían por sus “valores”: el dinero.
Son los estados, con las aportaciones de los que pagan impuestos, los que han hecho posible la formidable celeridad del desarrollo de las vacunas disponibles. Son los Estados los que tienen que imponer las normas y definir en instancias multilaterales todo lo concerniente a la fabricación, aprobación, distribución y aplicación de los planes de vacunación.
Es indignante ver lo que está sucediendo. El camino del multilateralismo debe imponerse en forma perentoria. La regulación de los estados en forma conjunta debe instrumentarse y llevarse a la práctica ahora. Estamos a tiempo. Basta de hablar de las virtudes del mercado sin fuertes regulaciones estatales multilaterales. Hay que ponerle fin al capitalismo salvaje. El internacionalismo humanista progresista tiene que organizarse para influir y para incidir en cuestiones concernientes a los derechos humanos en el planeta. Los caminos están para recorrerlos. Los liderazgos se demuestran en momentos como los que está viviendo la humanidad.
Por Carlos Pita
Médico, político, ex embajador uruguayo en EE.UU.
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