La integración continental es prioridad

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 / La IX Cumbre de CELAC fue ambiente propicio para la confluencia de voces importantes de América Latina y el Caribe en favor de la unidad y coordinación de acción.

La presidenta de México Claudia Sheinbaum hizo un fuerte llamado a «reconocer que América Latina y el Caribe requieren de unidad y solidaridad de sus gobiernos y de sus pueblos», en su intervención en Honduras.

Avanzando en esa idea, Sheinbaum dijo: «Hoy tengo una propuesta para ustedes, les invito que la CELAC convoque a una cumbre por el bienestar económico de América Latina y el Caribe parar hacer realidad una mayor integración económica regional sobre la base de la prosperidad compartida y el respeto a nuestras soberanías».

Otros representantes nacionales en el encuentro, cancilleres y presidentes, pronunciaron también su voluntad de mayor integración de América Latina y el Caribe. Notoriamente, el presidente brasileño Lula expresó que «Si continuamos separados, la comunidad latinoamericana y caribeña corre el riesgo de volver a ser una zona de influencia en un nuevo reparto del globo entre superpotencias. Este momento exige que dejemos de lado nuestras diferencias. Necesitamos recuperar el espíritu plural y pragmático que nos unió a principios de la década de 2000 y que dio lugar a la creación de la UNASUR y de la propia CELAC».

Entre otros, el canciller uruguayo Mario Lubetkin se expresó también en ese sentido, con la presencia en el encuentro del presidente uruguayo Yamandú Orsi. «Nos incorporamos en este espacio con un espíritu constructivo e integracionista, con una mirada de mediano y largo plazo, ya que, más allá de las coyunturas y de los gobiernos que hoy estamos al frente de nuestros respectivos Estados, el destino de nuestras naciones es común, como lo son muchos de los desafíos que enfrentamos, muchos de los cuáles no son coyunturales, sino estructurales por lo que requieren de una atención sostenida en el tiempo.

La unidad respetando la diversidad, principio fundamental de la CELAC, no sólo debe significar la mera tolerancia al otro, sino también la búsqueda activa de oportunidades de colaboración en áreas esenciales para el desarrollo de nuestros pueblos, especialmente aquellas que generan un amplio consenso y altos niveles de convergencia, tales como: la lucha contra el hambre y la pobreza; la protección del medio ambiente, la transición energética, la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado; la respuesta a los desastres naturales o fenómenos climatológicos extremos; la construcción de una red de infraestructura e interconexión regional y el acceso a nuevas tecnologías para la educación, la innovación y el desarrollo tecnológico, entre otros.»

De un pueblo generoso y solidario que ha emprendido desde hace más de seis años un nueve rumbo, le llamamos en México a cuarta transformación de la vida pública y a nuestro pensamiento el humanismo mexicano, todos los días construimos derechos para el pueblo de México que le fuero arrebatados durante el periodo neoliberal, nuestro sustento, dos pilares, la magia y la sabiduría de os pueblos originarios que forjaron civilizaciones gloriosas mucho antes de la invasión española y el otro la fecunda historia política de un pueblo con héroes y de heroínas extraordinarios que construyeron un país libre, libre, independiente y soberano y cada día más prospero, los héroes y heroínas de México juntos con muchos de América latina y el Caribe lucharon por la independencia pero también por la justicia, hemos logrado separar en México el poder económico del poder político, quedó en el pasado el desprecio por el pueblo y hoy se edifica con democracia e igualdad una nueva era que tiene como base la máxima de la prosperidad compartida o como decimos en México por el bien de todos primero los pobres, frase que debe de dimensionarse de México al mundo a nivel planetario: por el bien de todos primero los pobres.

Hoy después de quince años del primer encuentro de esta comunidad nos encontramos en un escenario internacional muy distinto. Son momentos de cambios profundos en el comercio mundial que afectan a nuestros países, cada uno de nosotros con legitimidad busca lo mejor para sus pueblos y sus naciones, sin embargo considero que hoy más que nunca es un buen momento para reconocer que América Latina y el Caribe requieren de unidad y solidaridad de sus gobiernos y de sus pueblos a fin de fortalecer una mayor integración regional siempre en el marco del respeto mutuo y la observancia de la soberanía y dependencia de nuestros países y de los acuerdos comerciales que cada uno de nosotros pueda tener, Latinoamérica y el Caribe no solo somos una región de proximidad geográfica, somos una comunidad de destino unida por la historia, por la diversidad, la resistencia y sobre todo los sueños de justicia, desde México partimos de una premisa básica una región más unida es una región más fuerte que puede articular soluciones y propuestas concretas de integración regional y acciones de cooperación en comercio, educación, ciencia, desarrollo tecnológico, energías limpias, conservación de la biodiversidad con la visión de construir siempre sociedades más igualitarias, ningún país de América Latina y el Caribe debe quedarse atrás, ningún niño o niña de América Latina y el Caribe debe quedarse atrás, ningún hombre o mujer de América Latina y el Caribe debe de quedarse atrás, nuestra población aún joven alcanza los 663 millones de personas con un Producto Interno Bruto que suma cerca de 6.6 trillones de dólares, somos la principal región exportadora neta de alimentos a nivel mundial, nuestras tierras son todavía fértiles pese a todo lo que ha ocurrido en nuestra historia para la agricultura, contamos con más del 30% de los bosques primarios del planeta, 33% del agua dulce, casi 20% de las reservas mundiales de petróleo, al menos 25% de minerales estratégicos y somos capaces de construir desarrollo con justicia y cuidado del medio ambiente y mitigación y adaptación al cambio climático, ejemplos de cooperación e integración regional sin debilitamiento 04.39 complementándonos son muchos, menciono algunos: la autosuficiencia alimentaria que promueve el comercio de productos agropecuarios complementarios, la seguridad energética, la consolidación de un plan de autosuficiencia sanitaria que incluye una plataforma de agencia reguladoras que facilita la regulación y reconocimiento mutuo de medicamentos fabricados en la región, las cadenas de suministro de equipamiento medico entre nuestros países, la complementariedad a través de acuerdos comerciales es una opción viable, real y posible, la colaboración científica y el desarrollo tecnológico también, por eso el día de hoy tengo una propuesta para ustedes, les invito que la CELAC convoque a una cumbre por el bienestar económico de América Latina y el Caribe parar hacer realidad una mayor integración económica regional sobre la base de la prosperidad compartida y el respeto a nuestras soberanías, a los pueblos latinoamericanos y caribeños nos hermana la historia, la cultura y la geografía de un continente que se extiende sobre dos hemisferios y entre dos océanos, el comercio y el intercambio económico nos han unido por solos en la búsqueda de la prosperidad de nuestra gente, la historia de América Latina y el Caribe desde la lucha por nuestras independencias se ha caracterizado por la solidaridad y el apoyo mutuo hoy no deberá ser la excepción son momentos de más voluntad a fin de impulsar el mejoramiento y el bienestar de nuestros pueblos, no puedo dejar de mencionar la necesidad de cooperar en la atención de la movilidad humana desde una perspectiva humanista, nuestra posición histórica ha sido que la forma más humana y con mayores resultados es la de atender las causas estructurales de la desigualdad, desempleo y violencia que provocan el fenómeno de la migración, rechazamos el racismo, el clasismo, la violación a los Derechos Humanos y la criminalización de hermanos de nuestro continente que por alguna causa han tenido la necesidad de migrar hacia el norte, para nosotros las y los mexicanos migrantes son héroes y heroínas que cuidan de sus familias en México pero que también sostienen una buena parte de la economía de los Estados Unidos, también es menester decirlo fuerte y claro, rechazamos como lo ha hecho históricamente México las sanciones y blanqueos comerciales que solo dañan el bienestar de los pueblos y no construyen regiones de paz y prosperidad, no al bloqueo a Cuba, no al bloqueo a Venezuela, nuestra política exterior se caracteriza por la búsqueda de la paz y el diálogo como resolución de los conflictos así como el respeto siempre a la autodeterminación de los pueblos, apoyamos la convocatoria para la realización de una reunión dedicada a la construcción de la paz en Haití, jefas y jefes de Estado, representantes de gobiernos y de estados, como la primera mujer presidenta de México un país extraordinario con un pueblo glorioso les comparto que en México hemos aprendido que frente a la adversidad siempre la esperanza y la esperanza hoy es la unidad, que viva América Latina y el Caribe.

 

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