/ La universalidad de la profesión/
En las últimas décadas del siglo XX la Enseñanza universitaria nos remitía a las arquitecturas y contextos de países lejanos al nuestro, visitadas en el viaje de estudios.
Hoy la globalización de comunicaciones y transportes permiten apreciarlas junto a la dispersión humana que ha convertido al planeta en otro dinámico escenario. El mismo nos habilita profesionalmente, más que otrora, como ciudadanos del mundo.
Contradicciones de país
De acuerdo a esta realidad, deberíamos adaptar nuestros quehaceres a formas de vida, reseñadas en el Artículo “Más que vivienda, habitar”. Y que el Estado y la industria privada de la construcción procedan en consecuencia. Al efecto, enumero algunos de los aggiornamientos necesarios que pueden implementarse:
1. Acceso rápido de viviendas y por tiempo supeditado a las demandas actuales, atendiendo el nomadismo generacional y cambio demográfico unido a la dispersión territorial y de las fuentes y centros de trabajo. Es necesario actualizar las formas de tenencia, leyes de arrendamiento y propiedad colectiva.
2. Incorporar componentes tecnológicos a nuevos sistemas en mixtura con los clásicos de la construcción edilicia. Subsidios y exoneraciones fiscales a industrias y sistemas constructivos con valor agregado a recursos naturales y mano de obra especializada.
3. Contralor de emisiones, polución y residuos al medio ambiente, atendiendo los requerimientos internacionales para afrontar el cambio climático.
4. Actualizaciones pedagógicas: las instituciones pueden sumar a la currícula Cursos sobre nuevas tecnologías y componentes para renovar el compromiso social que construyó la Universidad de la República.
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