The good side of the system

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Proponen palear las condiciones de la explotación laboral y de recursos naturales que genera a su paso la carrera del desarrollo tecnológico de algunos productos, mediante la venta de un teléfono móvil. El Fairphone.

Detrás de los artefactos que todos los días usamos hay mucho más que el objeto o la cosa en sí, ella encierra un proceso fabril, administrativo y de distribución, digamos una cadena laboral desde el que extrae el material pasando por el que lo transforma y lo forma, etc.

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Muchas veces estos productos como pueden ser el caso de las prendas de vestir dónde quienes las fabrican perciben por su labor salarios indignos y derechos laborales trastocados en el mejor de los casos. Uno de estos ejemplos que salió a la luz fue la Guerra del Coltán (columbita y tantalita) mineral usado para la fabricación de los condensadores que necesitan nuestras pantallas táctiles, y demás procesadores computarizados, entre ellos en este caso los teléfonos móviles.

Las minas importantes están en la República Democrática del Congo, cerca de la frontera con Ruanda y Uganda, países que trafican el mineral producido por mineros en las peores condiciones y acosados por las distintas fuerzas armadas que toman el control del lugar. Desde 1998 existe una guerra por el control del coltán, financiada por los enormes recursos que genera. Como la mayor parte de la producción es luego vendida directamente a las fábricas chinas que producen para las grandes corporaciones transnacionales.

Así es entonces que mencionamos a esta ONG que comenzó a producir un celular sustentable que informa sobre las condiciones de su fabricación. Se titula como el teléfono: Fairphone.

Para más información: http://www.fairphone.com/#phone
Desde el año 2010 dos diseñadores holandeses Bas van Abel y Peter van der Mark con experiencia en la concientización de la lucha ambiental, asumieron que una buena forma de detener la guerra contra el coltán era ofrecer un producto que declarara de qué y cómo estaba fabricado. Junto al financiamiento de varias ONG que estudiaron el proyecto, diseñaron el Fairphone (teléfono justo) y fundaron la empresa con el mismo nombre.

Lo que este grupo propone es que uno comprando el teléfono puede intervenir en la forma en que los productos están hechos, y trabajando junto a la empresa se impacta positivamente en la cadena de suministros para armar el producto a la vez que se redefine la economía. El proceso empieza entablando relaciones genuinas con los proveedores para asegurar buenas condiciones de trabajo y prácticas de reciclaje seguras. Una serie de organizaciones ONG los ayudan para asegurar un salario acorde, con horas de trabajo definidas, mejorando las condiciones laborales y la comunicación de los empleados con sus empleadores.

Apoyan y promueven a la Organización Internacional del Trabajo (ILO: International Labour Organization) en convenciones que consagran la libertad de asociación y negociación colectiva. Concentrando sus esfuerzos en un principio con la fabricación del Fairphone, prestando un salario digno. También han progresado en la manera de cómo se obtiene el mineral, cooperativas locales compran equipo adicional para los trabajadores y estabilizan los pozos de extracción con pilotes de madera.

Aseguran que usan materiales libres de conflicto, ya que cada teléfono usa metales y materiales preciosos. Se han unido a las iniciativas de la República Democrática del Congo que garantizan que esos minerales no financian grupos armados ilegales. Se centran en una sola región, formalizan el sector minero, lo que provoca un aumento en el empleo y contribuye a la estabilidad regional. Estas iniciativas consisten en que cada teléfono producido, se haya construido con minerales libres del conflicto de estaño. A saber: su pasta de soldadura utiliza estaño de las minas libres de conflicto en la provincia de Kivu del Sur, República Democrática del Congo (RDC). Y de tantalio (coltán) en sus condensadores procedente de Mai Baridi, Kisengo y Luba en la parte norte de la provincia de Katanga también en RDC Aseguran que construyen un teléfono estable y de alto rendimiento.

Por cada Fairphone vendido tres Euros están reservados para la creación de proyectos en países donde todavía no se utiliza el reciclaje de materiales para la fabricación de nuevos productos electrónicos.

El diseño abierto y responsable es su principio rector. A medida que avanzan a través del proceso de creación del teléfono, se centran en el diseño que tiene en cuenta su ciclo de vida completo y le da un control sobre cómo usar y configurar. El manifiesto es: «Si usted no puede abrirlo, usted no lo posee.» A largo plazo, nuestro objetivo final es un teléfono completamente reciclable fabricado con materiales humanos y el medio ambiente, libre de plásticos y toxinas.

Otra cosa que ofrecen son repuestos, ya que el resto de los celulares del mundo no tiene porque afecta a la demanda del producto si las personas en vez de comprarse otro, los arreglan. En este caso si se arregla también se protege al medio ambiente.

También viene rooteado lo que significa que el usuario tiene un control total de las aplicaciones que desea tener. Han pedido a las comunidades del software libre que desarrollen un sistema operativo más liviano para extender el uso del teléfono. Hoy en día las aplicaciones son más rápidas y fuerzan el cambio de los aparatos porque no llegan a admitir sus nuevos requerimientos de velocidad y memoria. Aspecto que también suma a la generación de basura tecnológica por la obsolencia de los aparatos.

Fairphone no es sólo un celular sino un movimiento, y las dificultades para hacerlo competitivo son enormes y están bien relatadas en las entrevistas publicadas en su blog. El proyecto es de vanguardia porque ataca los intereses de las grandes corporaciones que viven de hacer todo lo contrario, explotar al trabajador abaratando costos de producción, etc.

Luego posicionan la marca en nuestras mentes con la necesidad implantada de tener siempre un
Teléfono nuevo, símbolo de prestigio y aceptación social.

Por Andrés Capeluto
Andresapeluto.wordpress.com
Fuente de referencia 

La ONDA digital Nº 670

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