La mayor victoria electoral en la historia del país

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Conocidos los resultados del escrutinio definitivo del balotaje del 30 de noviembre pasado, se confirma que el Frente Amplio ha obtenido la mayor victoria electoral de la historia del país, alcanzando por tercer período consecutivo el gobierno de la República. La fórmula Tabaré Vázquez-Raúl Sendic logró 1:241.568 votos (la mayor suma de votos obtenida por un presidente en nuestra historia), que configuran el 56,50% del total de 2:197.309 votos válidos. De esta forma superó a la fórmula de Luis Lacalle Pou-Jorge Larrañaga, que alcanzó 955.741 votos, el 43,49% del total de votos válidos. La notable diferencia es de 285.827 votos, el 13% del total. Ninguno de los balotajes anteriores alcanzó una diferencia semejante: ni el de 1999 ni el de 2009, ya que en 2005 Tabaré Vázquez logró su primera presidencia en forma directa en la primera vuelta con más del 50% de la totalidad de los votos emitidos, sin necesidad de recurrir a la segunda vuelta. En la elección de 2009, Mujica le ganó a Lacalle padre por 208.646 votos: 1:183.503 a 974.857. Ahora, como vimos, la diferencia a favor de Tabaré Vázquez se amplió apreciablemente, así como la cifra absoluta de la votación a su favor, nunca alcanzada en el país.

El Frente Amplio alcanzó además la mayoría parlamentaria en ambas Cámaras. En la Cámara de Diputados, obtuvo 50 diputados en 99 en el primer turno del 26 de octubre. En la Cámara de Senadores, la victoria de la fórmula presidencial del Frente Amplio el 30 de noviembre le otorgó la presidencia del Senado y de la Asamblea General al vicepresidente electo Raúl Sendic, y con ello el Frente Amplio reúne una mayoría de 16 senadores en 31 integrantes de la Cámara Alta.

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El Frente Amplio fue mayoría el 30 de noviembre en 11 de los 19 departamentos del país: Artigas, Salto, Paysandú, Río Negro, Soriano, Colonia, San José, Montevideo, Canelones, Rocha y Cerro Largo. El 26 de octubre había ganado también en Florida y Maldonado, que en la segunda vuelta pasaron a predominio del Partido Nacional. Un caso particular es el de Rivera, donde también había ganado el Frente Amplio en primera vuelta, pero ahora fue sobrepasado por unas decenas de votos a favor de Lacalle por el cómputo de los votos observados. Varios de los departamentos en que ganó el Frente son tradicionales bastiones blancos, tal el caso típico de Cerro Largo. Otros tenían gobiernos municipales colorados, como Salto, con su intendente como candidato a la vicepresidencia en la fórmula de Pedro Bordaberry, y también fueron derrotados por el Frente.

Dicho sea de paso, el Partido Colorado no logró la primacía en ningún departamento, y está sumido en una crisis total y en una situación de virtual bancarrota, ya que el partido que fue dueño del gobierno (por elección o por golpe de estado) en la mayor parte de la vida independiente del país, apenas si araña hoy el 13% de los votos. Los departamentos en los cuales el Frente Amplio logró mayor ventaja fueron Montevideo (61,3%), Salto (60,8%) y Canelones (59,5%) Estas últimas cifras corresponden a los votos a los lemas partidarios y no toman en cuenta el cómputo definitivo de los votos observados.

Un hecho notable en extremo y que significa un quiebre en la tradición uruguaya en la materia, es la distribución de estos votos no solo por departamento sino a la vez en cada una de las pequeñas localidades y pueblos de los departamentos del interior. El Frente Amplio es la principal fuerza política en la mayoría de las grandes ciudades, y al mismo tiempo adquirió una presencia real, concreta y activa, en todos los pequeños poblados del interior del país, sin excepción. Tengo a la vista un cuadro completo de los resultados finales departamentales de la segunda vuelta del 30 de noviembre discriminados por serie y por zona. Los cuadros estadísticos, que abarcan los 19 departamentos, establecen en columna los votos emitidos, los habilitados para votar, los votos anulados, los votos en blanco, y luego los votos a la fórmula Vázquez-Sendic y los votos a la fórmula Lacalle Pou-Larrañaga. Las series de credencial comienzan en la AAA de Aduana, Montevideo, y terminan en la serie TGE de Rincón de Pereyra, Tacuarembó. Un examen minucioso, línea a línea, revela que el Frente Amplio es mayoría en 273 circunscripciones nacionales y la fórmula del Partido Nacional lo es en 346 circunscripciones. Ahí está contemplado todo el país, hasta el último rincón. En general, en las cifras altas de votos predomina el Frente y en las pequeñas (aunque no siempre) tiene preponderancia la otra fórmula. Pero absolutamente en todos los casos, sin excepción, el Frente ha presentado batalla, y en muchos casos ha ganado.

La raigambre nacional y popular del Frente queda demostrada también por esta vía. Esto implica un cambio sustancial en la proyección nacional de la izquierda frenteamplista, sobre todo si se compara con la gravitación reducida de las fuerzas de izquierda en épocas pasadas, en particular en el interior del país y en las zonas rurales. Aquí se reflejan sin duda los efectos beneficiosos de las leyes aprobadas por iniciativa del Frente Amplio referidas a los trabajadores rurales, al servicio doméstico y todas las demás leyes sociales, en materia de atención a la salud y otras.

Debe tenerse en cuenta, además, que todos estos resultados de gran magnitud alcanzados por el Frente Amplio se lograron enfrentando a los blancos y a los colorados juntos. Se recordará que la noche misma del 26 de octubre, Pedro Bordaberry salió corriendo a ofrecerle su respaldo a Lacalle Pou, lo que suscitó la crítica y la condena acerba de los representantes del sector batllista del Partido Colorado. El resultado electoral demuestra< que los batllistas no le llevaron mayormente el apunte a Pedro. Un estudio comparativo de los resultados obtenidos por los partidos Nacional y Colorado entre el 26 de octubre y el 30 de noviembre pasados, revela una fuga de prácticamente 100.000 mil votos. Es más: muchos representantes caracterizados del batllismo, y no sólo Fernando Amado, anunciaron claramente que votarían a Tabaré Vázquez, y así lo hicieron en número apreciable y en forma pública. Muchos de ellos creen que no puede ser que el partido del viejo Batlle, de Baltasar Brum y de Julio César Grauert, de Hierro Gambardella, el que albergó a Alba Roballo y a Zelmar Michelini, siga siendo dirigido por el representante de su ala más retrógrada y heredera del régimen dictatorial. Este sentimiento se expresó claramente en la reciente renovación de la dirección del Partido Colorado, aun cuando todavía (¿por cuánto tiempo?) Bordaberry sigue teniendo la sartén por el mango.

Otro dato interesante surge de una comparación entre la actual votación de Luis Lacalle Pou y la que obtuvo su padre Luis Alberto Lacalle de Herrera en el balotaje del 2009. En aquella ocasión, el candidato del Partido Nacional recibió 994.510 votos (y fue derrotado por los 1:197.638 votos de Mujica). Ahora, el 30 de noviembre pasado, Lacalle Pou alcanzó 955.741 votos, o sea, 38.769 votos menos que su padre, a pesar de que el cuerpo electoral era mayor y que fue muy alto el porcentaje de votantes (88%, más allá de la lluvia y el deterioro climático). También ganó en menos departamentos que su padre.

La participación lograda por las mujeres en el Poder Ejecutivo y en los órganos legislativos es otro aspecto trascendente de esta elección. Nunca hubo tantas mujeres en el gobierno como las que integran el nuevo gabinete ministerial anunciado por Tabaré Vázquez al día siguiente de ser proclamada su victoria electoral. De los 13 ministerios, 5 serán ocupadas por mujeres, a saber: Ministerio de Industria, Energía y Minería: Carolina Cosse; de Turismo y Deporte, Liliam Kechichian; de Educación y Cultura, María Julia Muñoz; de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Eneida de León; de Desarrollo Social, Marina Arismendi. Dos mujeres ocuparán subsecretarías: Cristina Lustemberg en Salud Pública y Ana Olivera en el Mides, en cuanto deje la Intendencia de Montevideo. Nunca se había dado una representación femenina de esta dimensión.

Veamos ahora la presencia femenina en los órganos legislativos, y comparemos con lo acontecido tras la anterior elección de 2009. En la Cámara Alta, las senadoras eran 4 y ahora son 9. La mayoría pertenece al Frente Amplio, que es el único partido que respetó la ley de cuotas. Ellas son: Lucía Topolansky y Patricia Ayala del MPP, Daniela Payssé del Frente Liber Seregni, Mónica Xavier del Partido Socialista y Constanza Moreira de Casa Grande. Se agregan 3 senadoras del Partido Nacional: Graciela Bianchi y Carol Aviaga de Todos hacia Adelante y Verónica Alonso de Alianza Nacional, en tanto Martha Montaner será la única senadora del Partido Colorado.

En la Cámara de Representantes, había 15 mujeres en 2009 y ahora pasan a ser 18. La mayoría pertenece al Frente Amplio, en número de 11, a saber: Susana Pereyra, Ivonne Passada y Lilián Galán, las tres del MPP por Montevideo; Cristina Lustemberg, de la 711 por Montevideo; Gabriela Barreiro, del Partido Socialista por Montevideo; Bertha Sanseverino, del Frente Líber Seregni por Montevideo; Macarena Gelman, de Casa Grande por Montevideo; Orquídea Minetti, del MPP de Canelones; Manuela Mutti, del MPP de Salto; Cecilia Bottino, del MPP de Paysandú y Mercedes Santalla , del MPP de Colonia. El Partido Nacional eligió tres diputadas mujeres: Verónica Alonso, de Alianza Nacional por Montevideo, y Graciela Bianchi y Gloria Rodríguez, ambas de Todos Hacia Adelante por Montevideo. El Partido Colorado tiene cuatro representantes mujeres, todas de Vamos Uruguay: Valentina Rapela por Montevideo, Graciela Matiaude por Canelones, Cecilia Eguiluz por Salto y Martha Montaner por Tacuarembó.

La gran victoria del Frente Amplio se obtuvo en lucha a brazo partido enfrentando la alianza contra natura de blancos y colorados, pero también al virtual monopolio mediático, de los diarios y los canales de TV que apuntaron todas sus baterías contra el Frente y a favor de la oposición, en forma descarada. Todos estos medios no cumplieron su función como órganos de información, sino que actuaron a rajatabla a favor de la oposición. Fueron parte de la batalla electoral contra el Frente. Algún integrante de las redes frenteamplistas ha tenido la feliz ocurrencia de hacer circular algunos de los titulares de “El País” a lo largo de esta sostenida campaña. Leerlos ahora, visto el resultado, resulta regocijante. Uno de los titulares decía: “El Frente no logra captar el voto de los enojados”. Otro: “El FA deja de ser mayoría entre los que votan por primera vez”. Otro más: “FA perdería mayoría legislativa y blancos y colorados lo superan”. Más adelante tituló: “El flanco débil de Vázquez está en la clase media baja”. Y por último, ya cerca de la elección misma: “Frente cae en sus bastiones de Canelones y Montevideo”. Como se puede apreciar, el fiasco fue completo.

La Dra. Mónica Xavier, presidenta del Frente Amplio, ha destacado en una columna de opinión el significado de fondo de esta victoria, e inicia su reflexión señalando que el 30 de noviembre pasado, “a 34 años de que el pueblo uruguayo le dijera NO a la Constitución de la dictadura cívico-militar, el mismo pueblo fue protagonista de una de las mejores costumbres democráticas de nuestro país”. Recuerda la frase de Tabaré de que “más allá de divisas y candidaturas partidarias, el ganador ha sido el Uruguay” y agrega: “Triunfó el Uruguay del crecimiento con distribución. El Uruguay de las posibilidades de estudio, de trabajo, de emprendedurismo. El Uruguay de los jóvenes con futuro, el Uruguay que protege a su gente, el Uruguay de TODOS. Puestos a elegir entre dos bloques, los uruguayos reafirmaron su apoyo a la propuesta del Frente Amplio, y lo hace aún con más énfasis que en cualquier otra instancia anterior. Los uruguayos optaron por el Dr. Tabaré Vázquez, el Presidente del Uruguay para TODOS”.

Por Niko Schvarz
Periodista y escritor uruguayo

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