Se puede resumir en: neoliberalismo y corrupción.
Es la famosa década perdida allá y acullá. Menem, Collor de Melo y Lacalle Herrera.
Menem lo primero que privatizó fue el Canal 13 de TV en beneficio del poder real: el Grupo Clarín de Magneto.
Luego siguió con los teléfonos, electricidad, petróleo, agua, bosques, aviones, y un interminable etc. Un vende patria que ganó con un discurso y luego hizo todo lo contrario.
Es el estandarte de una Argentina exhibicionista y criminal. El que mandó volar al pueblo de Río Tercero para ocultar pruebas de la venta de armas a Ecuador, cuando era el negociador entre ese país y Perú que habían tenido enfrentamientos armados. Un tipo repúgnate y despreciable. Que aumentó los índices de pobreza y
desocupación, engatusando a las capas medias con un dólar igual a un peso. Fue la preparación de la “bomba” que explotó con De La Rúa y el ministro Cavallo, que antes había pergeñado el 1 a 1.
Menem, el que se llevó a la tumba todo los chanchullos que hizo para que no se supiera quienes hicieron el atentado contra la embajada de Israel y la AMIA. El de las relaciones carnales con los gringos, llegando a mandar algunos buques en apoyo de la primera guerra en Irak, por parte de EE.UU.
El primer presidente de la Argentina que tuvo el apoyo incondicional del grupo Clarín y el grupo La Nación, que tienen un oligopolio mediático, presente en toda las provincias, en prensa escrita, radios y televisión. ¡Casi todos los programas alcahueteaban a Menem! Hacían punta Susana, Mirtha, Marcelo, Grondona, etc.
El gobierno de Menem fue el que indultó a los genocidas de la dictadura militar argentina.
Su gobierno siguió la política neoliberal de la dictadura. O sea, que siguió con las políticas y la profundizó, que se habían llevado bajo dictadura criminal. Tortura y desaparición de los opositores. Terror generalizado desde el Estado para imponer una política al servicio de una minoría de multimillonarios y del capital extranjero. Para eso estaba Martínez de Hoz y los grandes medios de comunicación.
Pero hay algo donde Menem fue original: el someter al Poder Ejecutivo los demás poderes del Estado, entre ellos el Poder Judicial.
No perdió el tiempo. En su primera presidencia puso bajo su control todo el Poder Judicial y diferentes mecanismos de control. No le hizo asco a nada: presiones, amenazas, ascensos para sacarse gente de encima, etc.
Por ejemplo, fue el primer presidente civil desde 1862 de la historia Argentina, en designar el Procurador General- que controla a los fiscales- por decreto, sin acuerdo del Senado.
El que siguió sus pasos fue Mauricio Macri, que cuando falleció fue el que más lo alabó. Hicieron negocios juntos.
El paso siguiente de Menem fue controlar la Corte Suprema de Justica. Venía del período del Alfonsín y había algunos jueces- pocos por cierto- que le complicaban la vida al presidente. Empezaron las amenazas, los intentos extorsivos para provocar vacantes. Como ese camino era muy largo se hizo votar en el Congreso, con la complicidad de los radicales una ampliación del número de integrantes de 5 a 9. De esa manera pasó a tener una amplia mayoría a las órdenes del Presidente. ¡Desde ahí viene podrida la cosa! Por lo menos.
Para entender el LAWFARE, donde se unen al mejor estilo mafioso, jueces, fiscales y periodistas, para perseguir opositores, hay que partir de Menem para llegar a Macri.
Menem hizo escuela en Argentina y en América Latina. Fue un adelantado del LAWFARE. Desde el primer día buscó concentrar en el Poder Ejecutivo la capacidad investigativa del Estado, coordinado la labor de la secretaría de justicia, la Procuración del Tesoro, la secretaría Legal y Técnica de la Presidencia, la secretaría de la Función Pública, La Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas, La Sindicatura General de Empresas públicas, y el Tribunal de Cuentas de la Nación. A lo que después agregó la Aduana y la Dirección General Impositiva.
Desde el primer día se propuso controlar y copar con incondicionales todos los organismos de contralor para hacer todas las porquerías que hizo. El robo y saqueo descarado de un país. Con el cuento de disminuir la deuda, privatizó todo y la Argentina multiplicó por 10 su deuda externa.
Muchas veces arrasaba con lo que había, para poner institucionalmente lo que le convenía. Como hizo en el primer mes de gobierno, el 7 de agosto de 1989: suprimió el Centro de Asuntos y Estudios Penales del Banco Central. Eran honestos y le podían complicar, porque había juicios millonarios contra banqueros y grandes empresarios que apoyaban al riojano patilludo.
Simultáneamente dígito al frente de la Procuración del Tesoro de la Nación a tres incondicionales: César Arias, Carlos Alfredo García y Jorge Maiorano, entenados respectivamente de Carlos Menem, Eduardo Bauzá y Eduardo Menem. En familia, al mejor estilo mafioso.
La seguimos en la próxima.
Por el Prof. Gonzalo Alsina
La ONDA digital Nº 992 (Síganos en Twitter y facebook)
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