Sanguinetti…como Matrix, recargado

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“No hago lo que me agrada, no hago lo que me gusta, no hago lo que mi conciencia y mis principios me inclinan, hago lo que hay que hacer”  (De la intervención de J.M.Sanguinetti, en la presentación del libro “las Raíces Coloradas” de Luis Hierro López. No se me ocurre nada que ilustre mejor mi comentario como título que eso de andar recargado).

Como todos sabemos los uruguayos somos idóneos en fútbol y política, pero también sabemos de economía, básquetbol, literatura,historia e infinidad de temas más,incluyendo por supuesto el estado del tiempo.La sabiduría de los huesos nos indican infaliblemente de acuerdo a nuestros dolores los cambios climáticos desafiando a toda la tecnología de los servicios meteorológicos. Amparado entonces en mi condición de uruguayo tipo me permito hacer alguna reflexión luego de leer la intervención de Sanguinetti en esta misma publicación (La ONDA digital Nº 616).
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Seria ligero de mi parte equiparar experiencias y sabidurías con el doctor, abogado, historiador, 2 veces presidente (mérito restringido a muy pocos) un hombre culto. Todos estos antecedentes hacen de sus textos y opiniones un recorrido de erudición que no siempre es fácil de seguir y justamente buceando entre conceptos algunas conclusiones que sorprenden.

Básicamente en su intervención reafirma su identidad colorada sustentada en el criterio de partido triunfador y responsable. Ubica al nacimiento de su colectividad en 1820.

No es pavada la del pavo, nace el Partido Colorado según su mirada en el instante en que Artigas es derrotado. Ubica a Rivera como gran protagonista de su tiempo y por si fuera poco justamente diferenciando conductas, la de Artigas el principista derrotado con la de Rivera, el hombre que “hace lo que hay que hacer”. Me disculpará el doctor Sanguinetti, pero si yo tuviera que ser publicista de compadre Rivera, levantaría quizás, que fue el último en acompañar a Artigas, o su pícara sabiduría militar para “invadir las Misiones” acelerando el final de la guerra con nuestra posterior independencia.Ahora justamente abandonar a Artigas para ser Brigadier General de la Campaña del gobierno de Federico Lecor, general lusitano invasor, no me parece la mejor defensa del caudillo colorado.

Así de memoria, recuerdo haber leído alguna vez en La Revista Histórica (notable recopilación de documentos que se publicara bajo la conducción de Pivel Devoto como ministro de cultura).Más que defender a los poseedores de tierra artiguistas, Rivera, llevando adelante la política portuguesa de pacificar a la campaña, mandaba a Montevideo a todo el que exhibiera título de posesión, fuera dado por Artigas o antiguos títulos otorgados por la corona española al Ministerio de Hacienda. Nicolás de Herrera titular del ministerio, otro oriental devenido en funcionario cisplatino avalaba todo título que cayera en sus manos. En buen romance el reclamante”volvía a sus tierras” convencido del valor de su título, cuando en realidad lo que permitía o no la propiedad era su ocupación efectiva. De esta manera el gobierno lusitano difería conflictos, transformaba una gran disputa en peleas parciales que se resolvían con quien tuviera más capacidad bélica para respaldar al famoso papel.Por supuesto los poseedores artiguistas eran quienes más reciente experiencia y paisanos tenían paraimponerse, por esta razón y no otra, muchos poseedores continuaron con sus tierras. Las fuerzas portuguesas no abandonaban los muros de la ciudad para respaldar a ningún titular de título, por más sello que tuviera. Por ende fue estrategia lusitana de no armar lío con el reparto artiguista de tierras y no la defensa insoslayable de Rivera la que mantuvo el estado de cosas.

Tampoco cargaré las tintas en lo referente a traiciones a la orientalidad, por aquellos días las identidades estaban en construcción y las lealtades respondían a temas menos abstractos que nuestra identidad que estaba en construcción. Justamente Artigas con ideas bastante más generalizadoras que las de Rivera y el resto de los prohombres de América alcanzó estatura de estadista ytanto que aún hoy países y presidentes reclaman para sí su pertenencia u origen.

La primera y tal vez la única reforma agraria en América, donde la tierra se la entregaba a los que la trabajaran, no para acumularla, es algunode los muchos ejemplos políticos y concretos que separarían al jefe de los orientales del “gaucho pillo” que era Rivera.

Entre los más leales guerreros de Artigas estaban los charrúas, a quienes Rivera como presidente los persiguió y exterminó. Como “hombre que hacía lo que había que hacer” por aquellos días respondió como antes a los lusitanos, a los hacendados que vieron en esos nómades guerreros un peligro para su producción ganadera naciente.

Las nacionalidades estaban en formación pero éstas iban detrás de los intereses encontrados que ya tenían fuerzas en desarrollo y contradicciones entre sí.

Me cuesta entender como un hombre erudito como Sanguinetti se anime a reivindicar comparativamente historias tan distintas. Artigas, fuera de época, la marcó, Rivera un caudillo que recorrió lealtades, causas diversas y polémicas, ¿presidente, caudillo, traidor, genocida, que caracterización será más justa, cuál más determinante?

No soy simpatizante del Partido Colorado, pero sí de historia se trata, reivindicaría con orgullo de oriental al Pepe Batlle, marcó una época, rescataría la elocuencia de Michelini y Alba Roballo, la contundencia de Vasconcellos para despreciar al militarismo. O la dignidad de Sapelli, que renunció a la vicepresidencia para no sumarse a la vergüenza golpista del electo Bordaberry que prefirió ser dictador a presidente. ¿Hizo lo que hay que hacer?

En su intervención hizo más comentarios discutibles,pero que aquí quiero acentuar es que las polémicas del campo histórico cuando se mezclan con el político se tornan en una herramienta de análisis que pueden ser peligrosas. ¿Qué estamos defendiendo en realidad, el ayer fundacional o el hoy discutible?, cuando reivindico un hecho, una personalidad y no otra,¿ que estoy diciendo en realidad?

Una y otra vez digo que somos hijos de la patria que nació con Artigas, el fundador de nuestra orientalidad, el guerrero de los humildes, el adelantado a su época y que realmente “Hizo lo que había que hacer” Finalmente destaco la audacia de Hierro López para tenerlo a Sanguinetti en su panel, porque está teniendo fama de “mufa” el ex presidente el candidato o causa que apoya, pierde, creo que el único que se salvó fue Damiani.

Por Walter Martinez
Columnista uruguayo

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