Esa maldita incertidumbre líquida

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El sol salía y fue un dios. La lluvia caía y fue un dios.

Cada asombro sin respuesta maravillaba a los seres humanos y les daba miedo. El conocimiento fue metamorfoseando las incógnitas y por supuesto aquello a lo que le temíamos.

Menudas proezas la de la religiones que han tenido que surfear hasta la teoría del Big Bang y vaya uno a  saber  cuánto conocimiento más. ¿Que diría nuestro querido  Ray Bradbury muerto en el 2012 sobre sus Crónicas Marcianas hoy?  Contaba relatos sobre colonias humanas viviendo en Marte. Ya no son una quimera, ni una utopía, un mero objetivo que tiene fechas de llegada, naves que van y vienen trayendo fotos y muestras del planeta. En fin, el reloj del tiempo que busca nuevas medidas para poder ¿cuantificarlo?

Hay alguna constante que no superamos tampoco, el fin, el Apocalipsis, por suerte esa gran amenaza del año 2000, que pareció bastante seria finalmente fue superada y allá vamos tan campantes surcando ya casi un cuarto de siglo después.

Mafalda, luego de escuchar un informativo que decía “desde el arco y la flecha al cohete teledirigido es asombroso  ver lo que ha cambiado la tecnología”….acotaba con esa agudeza ácida de Quino, “y lo poco que han cambiado las intenciones”.

Mucho me hacen  pensar 2 conceptos, “la incertidumbre” y “los tiempos líquidos”.

Intelectuales agudos buscan desentrañar las claves de este tiempo y estos conceptos se me están haciendo un poco  religión, incertidumbre por lo desconocido, intangibilidad por lo liquido, y sobre todo  miedo por ambos.

En este punto me gustaría tener la tenacidad del coyote corriendo al correcaminos con tecnología marca ACME. Pero no, simple mortal de estos días sucumbo frente a la tremenda incertidumbre y lo inasible de la liquidez de todo. Me desencanto, finalmente no puedo con eso, me  da miedo, ¿qué nos espera?.

Para mi sorpresa, descubro que el diablo metió la cola y las clases, o el distinto poder económico, el lugar que ocupamos en la sociedad como quiera decirse, nos da una medida distinta de ambos conceptos.

Parece que la tecnología ha desarrollado tales niveles que quienes tienen dinero han logrado que su incertidumbre sea menos incierta y que su liquidez sea un poquito más sólida.

La previsibilidad de los sucesos y del tiempo les permite trazar escenarios a recorrer  con plazos de décadas,  a optimizar ganancias con guerras mundiales en espacios reducidos. Se muere menos gente, se cuentan por miles y no por millones, la zona afectada por las batalles son acotadas y sin embargo los factores económicos, la apropiación de recursos se hace de manera increíblemente global optimizando ganancias y reduciendo los costos.

Las 2 guerras mundiales son fósiles de la historia si ponemos relación de territorio abarcado y millones de muertos con las ganancias provocadas por la fabricación de armas, sería risible hoy. En la zona limítrofe entre Ucrania y Rusia se desarrolla una guerra a esta altura horripilante por la cantidad de muertos y desplazados, sin embargo en relación a la fabricación de armas, tecnología y todos los sucedáneos bélicos es infinitamente mayor, en todo el mundo se venden y compran aviones, barcos, tanques, drones  que vigilan, que tiran bombas, en fin una parafernalia enorme con los miles de millones de dólares o sucedáneos  de costo y ganancia.

Los jóvenes nuevos ricos, Musk , Zuckemberg, hacen que miles de trabajadores  con el sacro fin de la eficiencia y la rentabilidad se queden sin trabajo. Una buena dosis de incertidumbre y liquidez para miles de hogares.

La tecnología veloz, impresionante, genera líneas de caja de auto atención, los clientes se cobran ellos mismos, otra dosis de incertidumbre para hogares de trabajadoras (sobre todo mujeres) que se quedan sin trabajo. Mientras las cadenas de grandes superficies ganan ahorrando salarios, haciendo que sus ganancias aumenten con estabilidad y previsibilidad.

Los seres humanos vivimos más, ¡Aleluya! , nuestra expectativa de vida es mayor, ¿adivinen qué?, más dosis de incertidumbre y liquidez de vida, habrá que trabajar más años, seguir aportando y cobrar menos. Pero ¿Por qué? , porque la estabilidad del sistema prevé (no quiere incertidumbre) que en 20 o 30 años no se podrá pagar la seguridad social. Por supuesto será menos segura pagando menos dinero.

Me da miedo la incertidumbre y la liquidez de la vida, sobre todo porque estoy del  lado de los que vivimos la incertidumbre día a día y sentimos en todo momento que la liquidez del tiempo nos puede hacer hundir.

¿Musk , Zuckember y el clan de Davos?, tranquilos ellos, sus ganancias les permiten planificar escenarios futuros en décadas, se van al espacio a nuevas conquistas.

Por Walter Martínez

 

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