La violencia irracional con su correspondiente correlato de irrefrenable alienación mental y fuertes resonancias en la escenografía social, es el removedor disparador temático de “El origen de la monstruosidad: los asesinos seriales más famosos de los últimos tiempos”, del psicoanalista Jorge Bafico.
Esta investigación, que nos interpela como colectivo, es – más allá de su mero abordaje científico-una suerte de ensayo sobre la violencia, en tanto construcción social, psicológica y, por supuesto, también simbólica.
No en vano el profesional ha dedicado buena parte de su actividad a indagar concretamente en torno a los asesinos seriales, que por cierto no son tan frecuentes en nuestro país, salvo en el caso de tristemente célebre Pablo Goncálvez y otros homicidas de menor visibilidad pública.
Es tal el impacto que provocan los crímenes de estos siniestros personajes en la sociedad, que el temor suele devenir en una sensación de obsesión y estupor colectivo.
En ese contexto, este libro, que es una suerte de continuación y profundización de “Los perros me hablan: ocho casos de asesinos seriales”, del mismo autor, se adentra en la génesis y diversas causalidades de episodios terribles y cuasi inenarrables.
Este título confirma la vocación de Jorge Bafico por desentrañar los aun inescrutables misterios de los psiquis humana, una suerte de caja negra que siempre reserva nuevas sorpresas, en la medida que la ciencia asuma renovados desafíos en materia cognitiva.
En este tan revelador como ilustrativo libro el avezado profesional analiza nueve casos de asesinos seriales, quienes, en su momento, conmovieron a la opinión pública mundial por su extrema perversidad.
Este extraño fenómeno -que estadísticamente parece estar más identificado con las sociedades desarrolladas que con las periféricas o emergentes- pretexta un trabajo que impacta por la profundidad de su planteo y su descarnada explicitud y frontalidad.
Bafico inicia su periplo aludiendo a dos famosos asesinos de ficción: Hannibal “El Caníbal” Lector, el perturbado psiquiatra protagonista del film “El silencio de los inocentes” y el forense Dexter Morgan, que otorga nombre al serial “Dexter”. El escritor reproduce el coloquio entre el temible “Caníbal” (Anthony Hopkins) y la agente del FBI Clarice Starling (Jodie Foster), desnudando las diversas facetas de la perturbada personalidad de un psicópata inteligente, carismático y dominante.
Empero, la ulterior descripción de los casos verídicos corrobora que la realidad trasciende con creces a la ficción, por la intrínseca ferocidad de esos homicidas.
Al tiempo de establecer las radicales diferencias entre los asesinos en masa y los seriales, el autor emprende una intensa indagatoria que tiene mucho de experiencia pesadillesca.
Bafico define a los asesinos seriales con perfiles muy concretos. En efecto, estos individuos suelen ser organizados, prolijos y meticulosos cuando cometen los crímenes.
Normalmente, hacen desaparecer el cuerpo del delito y todas las pruebas que puedan incriminarlos y, en sus vidas privadas, salvo excepciones, son individuos integrados al entramado social.
En este trabajo, el absorto lector podrá conocer, entre otros, los crímenes de personajes como Ted Bundy, quien secuestró, violó y asesinó a treinta y seis mujeres en cuatro años.
No menos espeluznantes son las siniestras historias del colombiano Luis Alfredo Garavito, quien mató nada menos que a 140 niños o la de Richard Trenton Chase, “El asesino vampiro”, quien ultimó a seis personas -una de ellas una mujer embarazada- bebió su sangre y devoró su cuerpo.
En casi todos estos episodios, que remueven por su crueldad y desenfreno, sorprende la casi total ausencia de culpa y el regodeo con la violencia, que está condensado en las confesiones de los propios protagonistas.
El autor ensaya una mirada psicoanalítica para analizar las conductas, las actitudes y los comportamientos de estos seres enajenados, afirmando que, en la mayoría de los casos, la génesis de la violencia reside en serias carencias afectivas que se remontan en el tiempo a la infancia y la adolescencia.
“El origen de la violencia” –que no es un catálogo de morbo de consumo masivo-es un trabajo realmente calificado, que desentraña las circunstancias y diversas causalidades de estas compulsiones de dimensión patológica y explica su fuerte componente emocional pero también social, que está imbricado a las propias disfuncionalidades ambientales colectivas.
Por Hugo Acevedo
Periodista y crítico literario
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