Oposición es el arte de prometer
aquello que el gobierno no puede asegurar.
Harold Nicolson
Buscando por ahí (dios google) me encontré con esta frase que me parece ilustra muy bien parte de lo que quiero comentar.
Días pasados apareció una encuesta de opinión. La medición de la encuestadora daba datos donde además de una pronunciada caída de la intención de voto del Frente Amplio el Partido Nacional por primera vez aparecía al tope de las preferencias de los encuestados.
Esto sucede en el marco de los festejos de 180 años del Partido Nacional. El dirigente Jorge Larrañaga decía hace pocos días en un programa periodístico, que el Frente Amplio estaba pronto para perder las elecciones pero que la oposición no estaba pronta para gobernar.
El líder “positivo” Luis Lacalle contestaba con firmeza diciendo que era mentira que el Partido tuviera vocación de oposición, que tenía vocación de gobierno.
No parece ser concordante con esta afirmación el volumen del accionar político de este dirigente. Como gran demostración de jerarquización de los temas políticos no encontró mejor manera de confrontar con el gobierno que condenar que el discurso del 25 de agosto lo diera el vicepresidente de la República.
Vale la pena recrear la historia de los Partidos para ver roles y posibilidades. Sin dudas el Partido Nacional ha sido un gran protagonista. Caudillos y líderes de enorme peso han incidido sobre los sucesos del Uruguay claramente. Aparicio Saravia, Herrera, Wilson. No obstante, si miramos quienes han gobernado podemos ver que el Partido Colorado ha tenido una larguísima hegemonía durante casi todo el siglo XX. Alguna interrupción con gobiernos blancos, pero nunca llegaron a lograr lo que el Frente Amplio si pudo desde que llegó al gobierno. Hacerlo por tres períodos consecutivos, y 6 en el gobierno departamental de Montevideo.
Supongo que el origen rural y el ser representante de sectores del campo han marcado fuertemente su historia y el proceso de industrialización primero con el consiguiente fortalecimiento urbano fue un condicionante nada menor para el lugar que ocupó en la política uruguaya.
El Partido Colorado muy progresista en los albores del siglo XX, impulsó fuertemente al Uruguay industrial y los avances sociales marcaron a nuestra sociedad. Solo las crisis dieron espacio para que el Partido Nacional, con permanente rol opositor tuviera instancias de verdadera disputa por el gobierno, siendo la más de las veces en todo caso, una fuerza política que “daba gobernabilidad”.
Por estos días y solo en un marco de cierta recesión el mal humor de los uruguayos lo ha favorecido en encuestas, pero “la verdad de la milanesa” habrá que buscarla y encontrarla en algún dato más que una encuesta.
El Frente Amplio en aciertos y errores, está en el centro de la política del Uruguay, es el partido excluyente. Toda gira en torno a su gobierno. Decisiones, críticas y condenas, pero lo que no aparece en ningún momento es una alternativa distinta, creíble que ofrezca algo mejor a la ciudadanía.
La oposición se refugia en criticas parciales, las nuevas reconfiguraciones partidarias en todo caso se alejan del pensamiento conservador salvo en lo referente a la seguridad, donde se ofrece solo endurecimiento en la represión y en la condena del quienes delinquen. Pero en general apelan a la desideologización, a no definirse como de “derecha” ni” neoliberal”, nadie quiere ese sayo.
Apelan a generar liderazgos desde la “eficiencia” y “contra la corrupción”. Por lo pronto, los reacomodos políticos tienen al Partido Colorado sumido en una profunda crisis que lo tienen irremediablemente reducido en su capacidad política. Su más encumbrado líder, Bordaberry, fue el gran derrotado en las últimas elecciones y el emergente de la concertación Novick, colorado de origen, crece a expensas de su ¿“ex”? partido.
Las opciones extra Frente, por izquierda agrupadas en la UP, no parece poder absorber ninguna fuga del FA, por izquierda y la opción socialdemócrata de Mieres con su objetivo bisagra para la gobernabilidad tampoco ha trascendido demasiado.
Por tanto, aún con fragmentaciones varias, el FA, aparece como el gran partido del escenario político y el P. Nacional, en su tradicional rol, el de ser opositor. Creo, además, como complejidad mayor para el Partido Nacional, han sido los gobiernos del Frente Amplio los responsables de un fuertísimo y favorable impacto en la producción del campo, del incremento productivo, de mercados y de riqueza. Los precios de la tierra en nuestro país son históricos.
Hasta han permitido que familias tradicionales y vinculadas a la política vendieran tierras a muy buenos precios aquí, comprando mucho más baratas en Paraguay donde producen con mano de obra más barata. Familias de “enorme sentido de identidad nacional”, ¡sin dudas!
Tampoco se le podrá reprochar al gobierno central que haya quitado apoyo a alguna Intendencia que gobernada por blancos o colorados se le retaceará presupuesto por no ser del FA. También allí el gobierno frenteamplista ha marcado diferencias.
No les será fácil desplazar del gobierno a una fuerza política que tanto y tan favorablemente ha cambiado para bien al Uruguay.
Por Walter Martinez
Columnista uruguayo
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